Con un juego zigzagueante, el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló (Metalúrgicos), pretende retomar las negociaciones con el Gobierno esta semana y volverá a reunirse, como lo hizo el miércoles por la noche, con Cristina Kirchner para delinear lo que será la estrategia de la central obrera de cara a las paritarias.
En particular, el eje del encuentro con la mandataria pasará por el techo que intenta colocarle el kirchnerismo a las paritarias y en medio del reclamo de aumento del 61% por parte de los docentes. La idea de Caló es mantener una serie de reuniones más con los funcionarios nacionales para llegar, el jueves próximo, al encuentro de la CGT con un panorama claro.
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El Gobierno, complicado por la devaluación y la situación económica, ya le planteó a los gremios que deberán moderar sus reclamos. Incluso Cristina Kirchner, en cadena nacional, retó al metalúrgico por haber expresado su preocupación por la pobreza y la inflación.
En este contexto, Caló, tras reunirse con Cristina, también salió a apoyar el reclamo docente. Es que cuatro de los cinco gremios del Frente Nacional Docente que negocian con el ministro de Educación, Alberto Sileoni, pertenecen a la CGT oficialista.
El pedido es aumentar de $3.140 a $5.500 el salario inicial. No todos concuerdan: el jefe de la UOCRA, Gerardo Martínez, ya deslizó que está en contra de semejante aumento y cree que debería estar alrededor del 25%.
Por su lado, Caló también estaría dispuesto a negociar ese porcentaje siempre y cuando se garantice que no habrá despidos. Es que su gremio, metalúrgicos, es uno de los que más siente el impacto por el freno de importaciones y la caída de la actividad económica.
Paralelamente Hugo Moyano y Luis Barrionuevo intentan afianzar su alianza política. Ambos deambulan entre el apoyo a Sergio Massa o a Daniel Scioli.
Quien no dudó fue Pablo Micheli. El líder de la CTA opositora dijo que su candidato es el diputado del Frente Renovador. Aunque en los últimos meses se distanció de Moyano, desde la central obrera que conduce apuntan que este año volverá a haber marchas y medidas de fuerza conjuntas entre la CTA no kirchnerstas, la CGT del camionero y la central obrera Celeste y Blanco de Barrionuevo.
En este marco de conflictividad social también ya se vislumbra la preocupación que hay en el Gobierno nacional sobre la policía, tras los acuartelamientos de diciembre del año pasado.
Esta semana se conoció que se imputó a más de 100 personas por “sedición” y por instigar las medidas de fuerza. A los reclamos de la fuerza se sumaron estatales, docentes y trabajadores de la salud.
