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Alberto estrábico, Cristina muda, Guzmán alerta

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Alberto Fernandez y Cristina Fernández de Kirchner. | afp

Por estas horas, Alberto Fernández sufre una suerte de estrabismo político. Mientras gira por China tratando de dar buenas noticias económicas –simbólicas o prácticas– está tensamente atento al silencio de Cristina Fernández de Kirchner.

La vicepresidenta no se ha expresado aún sobre el principio de acuerdo con el FMI y el portazo de su hijo Máximo a la jefatura del bloque del FdT en Diputados, justamente por su disconformidad con el entendimiento anunciado.

El propio presidente y las tribus cristinistas se han prodigado en los últimos días en aclarar que CFK no respalda la renuncia de Kirchner Jr. Aunque la entiende: ella misma lideró en público y en privado la resistencia a firmar ajustes con el Fondo, con un espíritu crítico y directo que se reflejó en la demoledora carta de despedida de Máximo al frente de la bancada oficialista.

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“La madre no va a explicar al hijo, sería una pelotudez, y él quedaría como un pelotudo. No funcionan así”, explica una fuente de La Cámpora con acceso a ambos.

En el círculo albertista creen que CFK no se pronunciará, al menos durante el tiempo que formalmente esté a cargo del Poder Ejecutivo por el viaje presidencial. Esa creencia se revierte una vez que llegue el tiempo del regreso. “Nos tenemos que preparar bien para su carta”, anticipa un funcionario que se quedó en Buenos Aires.

En esa lógica, abundan los conciliábulos. Como el que protagonizaron el martes 1° los ministros Martín Guzmán, Santiago Cafiero y Matías Kulfas. O el jueves 3 sus colegas Juan Zabaleta y Wado de Pedro, el más cristinista del Gabinete.

Desde la comitiva viajera, el gobernador Axel Kicillof y el diputado Eduardo Valdés han mantenido contacto tanto con Cristina como con Máximo, con el propósito de que la tensión no escale.

Por eso todos y todas salieron a jurar que no está en riesgo la unidad del FdT. Curioso: los diálogos relatados no incluyen el principal que debería haber y no hay, entre el Presidente y su vice. Otro silencio atronador.

Cerca de CFK descartan una ruptura mas no una respuesta dura. “Ella no es Cobos ni Chacho, no va a poner en riesgo lo institucional”, avisa un allegado memorioso con dos vicepresidencias ruidosas.

Por las dudas, el albertismo ha hecho filtrar la repetición de una opción si el Operativo Contención no da resultado. Es la misma que surgió tras la sorpresiva derrota electoral oficialista en las PASO: que el cristinismo deje de participar del Gobierno. Los oídos de Alberto F fueron azuzados entonces por algunas de esas voces (no todas las que tiene a su alrededor), pero al final apretó el freno. Acaso el desenlace también se reitere ahora.

Otro que alumbra un Plan B es Guzmán. Ante el renunciamiento de Máximo y que los posibles dardos de CFK compliquen la aprobación legislativa de un acuerdo con el FMI, el ministro de Economía sondea alternativas.

El mismo día que se fue por la noche con el Presidente a Rusia, Guzmán hizo ir a buscar a la costa en auto oficial a su secretaria Legal Administrativa, Rita Tanuz, a la que volvió a llevar a la playa en auto oficial horas después de una reunión tan cara a cara como reservada.

Fuentes del Palacio de Hacienda reconocen que debió ser delicado el temario del encuentro entre el ministro y su jefa de legales, como para interrumpir las vacaciones o no poder hablarlo por teléfono.

La filtración sobre esa cumbre se aproxima a la posibilidad de que Guzmán evalúe la alternativa de un DNU para aprobar lo que se firme con el Fondo, con posterior aval legislativo de ese instrumento.

Existe otra conjetura más inquietante en este momento sobre el cerradísimo cónclave en el amplio despacho que Guzmán tiene en el quinto piso del ministerio: la posibilidad de su renuncia.