En medio de la intensa controversia sobre las facultades extraordinarias para el Presidente que establece la ley ómnibus, un repaso histórico por la delegación de poderes a mandatarios, inconsistencia de posturas políticas y riesgos para la democracia.
Ramiro Tosi: “Si se observa la reacción del Presidente durante el fin de semana, alguna pista dió sobre que si no se aprueba este proyecto, va a haber más licuadora y motosierra” |
Télam
“Los superpoderes que se plantea Milei son el centro de la discusión actual en el Congreso. El presidente tuitea nerviosamente durante todo el día, hace declaraciones provocadoras al respecto y mientras el resto de sus funcionarios negocia artículos de la ley ómnibus, él explica en entrevistas que no está dispuesto a negociar nada”, indicó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del martes 30 de enero de 2024.
Según la RAE, extraordinario significa: “Fuera del orden o regla natural o común”. La discusión política argentina en el tiempo que lleva de gestión La Libertad Avanza parece estar todo el tiempo cuestionando las reglas y el orden de la institucionalidad.
Por eso, la irrupción de lo ordinario de algo inesperado, que es otra de las definiciones de “extraordinario” parece ser el eje de este enero caliente y no solo por lo climatológico.
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El núcleo de la discusión política en Argentina hoy es la delegación de facultades extraordinariasal Presidente Javier Milei. La oposición llamada “dialoguista”, compuesta por bloques como el de la Unión Cívica Radical y Hacemos Coalición Federal dirigido por Miguel Ángel Pichetto están negociando reducirlas todo lo posible. Mientras la oposición más dura, Unión Por La Patria y la izquierda, se niegan rotundamente a delegar ninguna facultad extraordinaria y rechazan todo el proyecto de la Ley Ómnibus por completo.
Todos los gobiernos, quién más quién menos, hizo uso de las facultades extraordinarias. Desde 1810, la Primera Junta, y 1811, la Junta Grande, los Triunviratos, las Legislaturas provinciales durante las guerras civiles tras la disolución del año 20, y así, hasta llegar a Juan Manuel de Rosas, el brigadier general y gobernador de la provincia de Buenos Aires que, tras un plebiscito, asumió en 1835 con la suma del poder público proyectando su poder a las provincias (caudillos) que avalaban de hecho la idea de la Federación en ciernes.
Estos superpoderes vienen desde el nacimiento de nuestra nación.
Existe una controversia sobre qué significarían esas facultades extraordinarias para el Presidente. El líder de la bancada peronista, Germán Martínez, sostiene que todas las modificaciones al proyecto que Milei pueda ceder, al tiempo las puede volver incluir y ejecutarlascomo medidas sin siquiera pasar por el Congreso. Y estamos hablando de temas centrales como derechos laborales, retenciones a las economías regionales, el precio de las tarifas de los servicios y los subsidios al transporte.
El problema no radica en la validez de la herramienta, si no en el uso que se le quiere dar.
Sin embargo, podríamos decir que Milei se posa sobre una larga tradición presidencialista de nuestra historia y es verdad que gran cantidad de mandatarios tuvieron facultades extraordinarias. Algo que no necesariamente estuvo bien en cada una de esas ocasiones.
En enero de 2002 Eduardo Duhalde asumió como presidente de la República Argentina. Dos semanas después, en medio de una de las crisis sociales e institucionales más duras de la historia argentina, envió al parlamento la Ley de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario. El núcleo del proyecto planteaba la salida de la Convertibilidad. Esto habilitaba al Poder Ejecutivo a poner el precio de la moneda nacional. En ese momento hubo intercambio entre los principales diputados.
“Estamos ante la necesidad de resolver urgente los problemas de la patria” indicaba Raúl Alfonsín, ex presidente de la Argentina.
Alfonsín había sido parte de los dirigentes que se habían juntado para resolver la crisis de la convertibilidad en 2001 y apoyó a Duhalde para que pueda hacerse cargo del país luego de la crisis. A pesar de que Duhalde era un dirigente del peronismo, el dirigente radical entendió que era lo mejor para la estabilidad del país.
El diputado Rodolfo Terragno, luego presidente del partido radical, aseguraba que “lo más preocupante es el artículo que somete el valor del peso a la discrecionalidad del Poder Ejecutivo”, mientras afirmaba que ya había adelantado su voto en contra.
“Hay algo que tienen determinadas personas que los destaca, porque no cabe duda que Terragno coloca sujeto y predicado de manera perfecta, adjetiva correctamente y pone la puntuación correcta, sin embargo, su oratoria no tiene la belleza de la de Alfonsín” agregó Fontevecchia.
Esto sucedía en un contexto de una emergencia social, en un país en el que literalmente había hambre, con 52% de pobres por primera vez, que no podía sostener la convertibilidad y la delegación de facultades era sólo respecto el precio de la moneda nacional.
Durante el período kirchnerista también hubo facultades extraordinarias y también fue un debate en el Congreso.
En agosto de 2009, Agustín Rossi indicaba que “nos parecía un plazo razonable una prórroga de un año de todas las facultades delegadas”.
Es muy interesante el resumen que hace Agustín Rossi de todas las facultades delegadas que se fueron dando desde Menem hasta el kirchnerismo. Más interesante aún es la defensa argumentativa que se hace de estas facultades delegadas. “Como al resto le dieron tantos años, que nuestro gobierno pida menos es razonable” manifestaba el ex candidato vicepresidencial.
Tal vez la división de poderes y las atribuciones del Congreso deban ponerse más firmes en la democracia argentina, y desde los medios de Perfil criticamos aquellas facultades delegadas por tanto tiempo, tanto en el momento del menemismo como en el momento del kirchnerismo.
“La Constitución es lo que garantiza el equilibrio de los poderes” sostenía Federico Pinedo, demostrando su posición contraria a la delegación de poderes.
Muy buena intervención de Pinedo, lamentablemente lo que durante el kirchnerismo le parecía, correctamente, un atropello a la Constitución, ahora, durante el Gobierno de Javier Milei, le parece una necesidad.
En el gobierno de Alberto Fernández también se delegaron facultades extraordinarias.
En 2019 el Congreso aprobó, con 41 votos a favor, la ley de emergencia económica, mientras que Juntos por el Cambio aportó 23 votos en contra.
Realmente lo de el PRO es difícil de comprender. Siempre tuvieron reparos en el problema de las facultades delegadas para el peronismo y siempre, correctamente, presentaron el problema de la división de poderes y los valores de la república. Ahora, son los primeros defensores de las facultades delegadas para Javier Milei.
La posición de la Coalición Cívica es más sólida al respecto a lo largo de los años. El diputado Juan Manuel López se refirió a este problema en las comisiones durante el tratamiento de la Ley Ómnibus hace algunos días y sostuvo que “nuestro partido no le votó delegaciones legislativas a ningún presidente en los últimos 23 años”.
En estas comisiones, primero hay que remarcar esa consistencia de la Coalición Cívica a lo largo de esos 23 años, algo que se le reclama a los distintos partidos.
En este debate, Germán Martínez, presidente del bloque de Unión por la Patria en Diputados, a quien tendremos el gusto de entrevistar durante el programa de hoy, manifestó que “todo aquello a lo que Milei renuncia para la aprobación de la ley, lo puede hacer con facultades delegadas”.
Las facultades delegadas pueden llegar a ser una herramienta necesaria para un gobierno. Está claro que la mayoría de los gobiernos la utilizaron y se fue haciendo una tradición poco sana para nuestras instituciones democráticas y la división de poderes.
Sobre esta base, Milei se montó y planea llevarla mucho más allá el uso de estas facultades porque es un Gobierno que se planteó la reestructuración total de la matriz productiva, social e institucional del país con un DNU y una ley, en solo un mes y medio de mandato. No hay antecedentes de transformación similar bajo un gobierno institucional democrático.
La contradicción es que lo que Milei plantea sea una revolución, y los cambios de la velocidad que plantea Milei no son posibles dentro de un sistema democrático, ya que su naturaleza es la división de poderes.
Pedro Peretti, productor rural, señaló sus diferencias con la Mesa de Enlace a la hora de delegar facultades, aseguró que Javier Milei contradijo su promesa electoral, y pidió el rechazo del Congreso al DNU y la ley ómnibus porque son “perjudiciales para el pueblo argentino, para el sector agropecuario y para todos los habitantes este bendito y querido país”.
A través de este mensaje en un video, demostró que el campo el año pasado, en esta misma época, era pura sequía y durante este 2024 se tendrá la mejor cosecha en mucho tiempo, marcando que sembró las plantaciones con el 12% de retenciones y que Milei ahora puso el 15%.
Un gobierno no puede fijar el precio de las tarifas, decidir sobre privatización de empresas, sobre la deuda externa, cambiar el sistema educativo, sanitario o eliminar libertades democráticas como el derecho a la protesta sin siquiera discutirlo con el Congreso, dentro de un sistema democrático. Dentro de un sistema no democrático sí se ha hecho, por eso en nuestro país hubo muchos golpes militares llamados “revoluciones”.
Más allá que se sirva de una herramienta utilizada por otros gobiernos, el uso que pretende dársele puede ser un peligro real para la democracia de nuestro país.
Imagínense si ya quisieron una transformación total del país en un mes con el Congreso y la división de poderes funcionando plenamente, cómo podría resultar si Milei tuviese libertad para decidir, así sea sobre el área económica únicamente, por seis meses.
Sin embargo, más allá de los debates, ayer parecía que habría un acuerdo entre los sectores más amigables de la oposición con el gobierno.
Ayer se reunieron los gobernadores con el ministro del Interior, Guillermo Francos, en el CFI y se vislumbraba un avance de cara a la sesión de Diputados que comenzaría mañana a las 10.
Sorpresivamente, la Oficina de la Presidencia de la Nación emitió un tweet que abre la incertidumbre.
“La oficina del presidente reitera que el Impuesto PAIS y el resto del paquete fiscal, anteriormente incluido en la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, se discutirá más adelante”.
Queda la duda de si esto implica una posición intransigente, con el presidente en el papel de policía malo y el ministro del Interior de policía bueno, y llegan a lograr una sesión mañana.
Tal vez esta discusión sobre las facultades delegadas a Milei sea un tocar fondo para las instituciones argentinas y se pueda debatir profundamente sobre el carácter de la división de poderes de nuestra república para asumirla más decididamente.
