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El fraude de Milei, terraplanismo electoral

Tener certezas es parte de la convención democrática. Poner dudas sobre el resultado electoral sin pruebas puede ser una forma sutil de negacionismo. También puede resultar una forma de horadar la credibilidad democrática.

La extrema derecha reclama fraude electoral
La extrema derecha reclama fraude electoral | Télam

“Estas nuevas derechas habitan una especie de terraplanismo político en el cual se afirman y se niegan cosas que sólo son verdad porque las dice el referente. Cuando esta forma de manejarse con la verdad choca con las instituciones democráticas es preocupante”, subrayó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del jueves 2 de noviembre del 2023.

Desde que se conocieron los resultados de las elecciones generales, que dieron por ganador con más de 7 puntos  a Sergio Massa, el círculo íntimo de Javier Milei empezó a hablar de cuestiones relacionadas con la posibilidad de fraude. Insinúan la idea de que el triunfo del candidato oficialista podría ser falso.

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Definición de fraude

La RAE define al fraude de la siguiente manera:

1. Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.

2. Acto tendiente a eludir una ley o a conseguir un fin mediante engaño.

3. Medio doloso destinado a alterar la verdad o la realidad.

4. Falsedad, engaño.

La duda por la moral del candidato Sergio Massa y del voto de Unión por la Patria se transformó en uno de los ejes de la campaña de Javier Milei y de su virtual jefe de comunicación, Mauricio Macri.

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Hay varias características que tienen en común estas nuevas extremas derechas en todas partes del mundo: todas apelan al argumento del fraude. Tanto  Vox, Trump, Giorgia, Meloni, Bolsonaro y Javier Milei, por nombrar solo algunos ejemplos hablan de la importancia de la batalla cultural contra la izquierda y todo lo que tiene que ver con la noción misma de tener derechos, están totalmente en contra del feminismo y niegan el cambio climático.

Pero hay una característica en particular que la tienen fundamentalmente las expresiones americanas, que sin duda es la más inquietante: la puesta en duda de aspectos básicos de la democracia. Es decir, tanto Trump como Bolsonaro y Javier Milei denunciaron fraude cuando fueron derrotados electoralmente. 

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La extrema derecha reclamando fraude

El 3 de noviembre del 2020, Donald Trump, en una conferencia de prensa, aseguraba que los resultados de las elecciones no habían sido los correctos. “Esto es un fraude. Hemos ganado las elecciones”, decía el ex presidente de los Estados Unidos luego de que los resultados de estas no lo hayan dado ganador y no le hayan permitido una reelección. 

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Por otro lado, pero en Brasil, Jair Bolsonaro también denunciaba fraude después de la derrota, además de denunciar a la justicia en el proceso electoral. 

Javier Milei, luego de las elecciones de las PASO del 13 de agosto, denunció en un programa de televisión que “sin fraude” él sacaba “35 puntos”, incluso habiendo ganado las primarias. 

Los dirigentes norteamericanos y brasileros fueron un paso más allá. Una vez derrotados, convocaron a sus seguidores a tomar las instituciones democráticas y a realizar bloqueos en las rutas.

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No importó que fueran denuncias sin ninguna prueba, ni importó luego corroborar las afirmaciones de Trump y  Bolsonaro. Todo se hizo sobre conjeturas y especulaciones sin ningún rigor.

Sólo con las palabras de estos dirigentes les bastó a los seguidores de Trump y Bolsonaro para salir a repetir y a poner en duda los resultados que los dieron como perdedores. Obviamente, relacionado al fenómeno que se genera con las redes sociales, un terraplanismo electoral, no hace falta que haya evidencia para que se considere verdadero lo que no lo es. 

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El día de la toma del capitolio en Estados Unidos, Donald Trump advirtió a los ciudadanos de su país que iban a tener un “presidente ilegítimo”. “Cuando encuentras a alguien en un fraude, estás autorizado a cambiar las reglas de juego”, afirmaba Trump. 

En el caso de Brasil, el  vocero del Partido Liberal de Jair Bolsonaro hizo una presentación a la justicia electoral que fueron las antecesoras a las tomas de las instituciones de Brasil. Presentaron un documento de 30 páginas que reclamaba que 350 mil urnas electrónicas impidieron la reelección de Bolsonaro debido a fallas en el funcionamiento.

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El pensamiento científico siempre busca los invariables. En este caso, los tres candidatos son, en gran medida, candidatos que se apoyan en las redes sociales para la pelea política. Las redes tienen la característica de mostrarle a los usuarios contenidos con los que ya están de acuerdo para que permanezcan más tiempo dentro de la aplicación, sin importar la correspondencia entre el contenido y la realidad. Todo esto concibió el desarrollo de teorías tan absurdas como el terraplanismo. 

Estas nuevas derechas habitan una especie de terraplanismo político en el cual se afirman y se niegan cosas que sólo son verdad porque las dice el referente. Cuando esta forma de manejarse con la verdad choca con las instituciones democráticas es preocupante.

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Milei dijo que era imposible que él tuviera tanto apoyo electoral y hubiese mesas con cero votos. Sin embargo, las placas que sintetizan el informe de la CELAG, muestran que decir que hubo fraude porque hubo mesas con 0 votos es un fenómeno que se da en todas las elecciones.

En esta última elección, hubo 1669 mesas de Milei con 0 votos, 1659 mesas con 0 votos de Sergio Massa y 1675 mesas con 0 votos de Patricia Bullrich. Por lo que se ve, todos tuvieron mesas con 0 votos, lo que demuestra que eso no determina fraude electoral.

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También se manifestó en ese sentido el eventual ministro del Interior de Milei, Guillermo Francos, diciendo que hubo fraude en las elecciones generales. Y anunció que habrá fiscalización del PRO para garantizar los resultados electorales. 

En las elecciones del 2019, en las que ganó Alberto Fernández, hubo 3229 mesas con 0 votos para el presidente. 

En el 2015, en las elecciones que disputaban Mauricio Macri y Daniel Scioli, 2939 mesas dieron 0 votos para Macri, quien había sacado 51% de los votos.

Argentina tiene muchos problemas, pero hay que reconocer que hace 40 años somos un ejemplo de democracia. Hay que reconocer que nuestro sistema electoral funciona. El deseo de ver que “está todo mal” nos lleva a este tipo de conclusiones erróneas.

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Por su parte, el director nacional electoral, Marcos Schiavi, declaró en una entrevista radial que “las discusiones son injustas e inverosímiles”.

El pasado martes 1 de noviembre, Cristian Ritondo, que está alineado a Mauricio Macri y a Patricia Bullrich en el apoyo a Javier Milei, ofreció la fiscalización del PRO y habló de denuncias sobre fraude que circulan en las redes. "Garantizar que una elección sea limpia es una responsabilidad democrática", afirmaba Ritondo en una entrevista para Radio La Red. Además, dijo que si tuviese la certeza “lo denunciaíia”.

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Certezas y diferencias electorales

No alcanza mucho más para implantar la duda, que cobra más importancia en un balotaje porque las diferencias entre los candidatos tiende a ser muy pequeña.

Por ejemplo, en el balotaje argentino del año 2015, Mauricio Macri tuvo el  51.34 de los puntos y Daniel Scioli 48.66. Es decir que hubo 2 puntos y medio de diferencia. Con un solo punto de diferencia, hubiese sido un empate. 

En Brasil hubo un caso parecido, Lula ganó con el 50.79 y Bolsonaro perdió con 49.34 puntos, una diferencia de menos de un punto.

Tener certezas es parte de la convención democrática. Poner dudas sobre el resultado electoral sin pruebas puede ser una forma sutil de negacionismo. También puede resultar una forma de horadar la credibilidad democrática.

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Como ejercicio, se le preguntó a Chat GPT si pudo haber fraude en las elecciones de los Estados Unidos. La respuesta tiene una sensatez que quizás sea de agradecer en la discusión política argentina:

“No hay evidencia sólida que respalde la afirmación de que hubo fraude en las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos, en las que se enfrentaron Joe Biden y Donald Trump. Tanto el Departamento de Justicia de Estados Unidos como numerosos tribunales, incluida la Corte Suprema, rechazaron las denuncias de fraude presentadas por el equipo de Trump debido a la falta de pruebas contundentes”.

La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) calificó la elección de 2020 como "la más segura de la historia de Estados Unidos". Además, se llevaron a cabo múltiples auditorías y recuentos de votos en estados clave, que confirmaron la validez de los resultados.

Explicar lo inexplicable 

“Es importante destacar que las afirmaciones de fraude electoral generalizado han sido ampliamente desacreditadas y se consideran teorías de conspiración infundadas. La elección de Joe Biden como presidente fue certificada por el Congreso de Estados Unidos, y Biden asumió el cargo el 20 de enero de 2021.

La acusación de fraude en esta elección fue un tema muy polémico, pero no se encontraron pruebas suficientes para respaldar dicha afirmación, y los resultados fueron validados por múltiples fuentes”

También le preguntamos por la posibilidad de fraude en la Argentina. Contestó lo siguiente:

“La posibilidad de fraude en una elección en Argentina, como en cualquier otro país, existe, pero es importante destacar que Argentina tiene un sistema electoral que ha evolucionado con el tiempo y que está diseñado para garantizar la transparencia y la integridad en el proceso electoral. El sistema electoral argentino se rige por normativas y leyes que establecen procedimientos para llevar a cabo elecciones libres y justas.

“En Argentina, las elecciones suelen ser organizadas por la Justicia Nacional Electoral y supervisadas por la Cámara Nacional Electoral, lo que contribuye a un proceso electoral más imparcial y controlado. Los partidos políticos y candidatos también tienen representantes en las mesas de votación y pueden realizar un seguimiento del proceso electoral”.

Matar a la democracia 

Además, el país ha implementado el voto electrónico en algunas jurisdicciones para mejorar la eficiencia y la transparencia del proceso electoral.

Si bien la posibilidad de fraude siempre existe en cualquier sistema electoral, es importante destacar que Argentina ha trabajado en el fortalecimiento de sus instituciones y regulaciones electorales para minimizar esta posibilidad y garantizar elecciones justas y confiables”.

A partir de todo esto, los interrogantes se abren: ¿El fraude será una forma de terraplanismo electoral? ¿Tendremos episodios como los del Capitolio de Estados Unidos o los de Brasilia luego del 19 de noviembre? Esperemos que los políticos argentinos nos den  respuestas moderadas e inteligentes  y no empecemos a alentar antes de tiempo con ideas de fraude.

VF JL