MODO FONTEVECCHIA
ELECCIONES 2023

Juan Courel: "En la Plaza de Mayo nadie cantó por Sergio Massa, Axel Kicillof ni Wado de Pedro"

El consultor político habló sobre los posibles candidatos del oficialismo, la comparación con la situación electoral del 2015 y la elección de tercios que se espera para este año.

Juan Courel
Juan Courel | CEDOC

Juan Courel, consultor político, sostuvo que las encuestas demuestran que las elecciones de este año son “de tercios”. “No estamos hablando de un triple empate, pero sí de una diferencia de menos de diez puntos entre el primer y el tercer lugar”, manifestó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

Entrevistando a Luis Alberto Quevedo, él planteaba que es muy probable que Scioli pueda ganarle a Wado de Pedro en una interna.

Reflexionamos, si finalmente Scioli, a quien se lo consideraba esclavo del kirchnerismo en el 2015, finalmente es quien tiene la Piedra de Rosetta que interpretará todo el mapa político del Frente de Todos. ¿Te parece plausible una teoría así?

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Yo creo que el escenario electoral dentro del Frente de Todos está absolutamente abierto.

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Fuera de Cristina Kirchner, ningún referente político dentro del peronismo tiene una instalación nacional en la opinión pública que haga que uno pueda decir cuál es el candidato nacional.

Scioli, en 2015, era el candidato natural del peronismo, sin lugar a dudas. Lideraba la opinión pública a nivel imagen. Después de Cristina, era el dirigente más instalado nacionalmente, y le sacaba bastante ventaja a los demás competidores. En ese momento se mencionaba a Randazzo, pero ni siquiera terminó postulándose.

Eso hoy no ocurre en el peronismo. En el acto de la Vicepresidenta había tres precandidatos o tres posibles "candidateables", y en la Plaza de Mayo nadie cantó por Sergio Massa, Axel Kicillof ni Wado de Pedro.

Tampoco los pidió después de que Cristina dijo que no sería candidata. Los cantos estaban dirigidos a ella, no había un liderazgo alternativo. Partiendo de esa base, cualquier cosa puede pasar, todos arrancan más o menos igual.

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No me consta que no vaya a haber primarias. Creo que tal vez se esté dando un proceso de aprendizaje en el oficialismo. Además de la campaña de Scioli, formé parte en la de Alberto Fernández de 2019, y ha cambiado mucho el debate interno respecto de este momento, cuando la decisión de elegir al candidato sin ninguna instancia de validación interna era comúnmente aceptada por todos los sectores.

Hoy, dentro del peronismo quedó un sabor de que la experiencia no fue positiva. Por lo tanto, creo que los sectores kirchneristas pueden estar abiertos a decir “pongamos un candidato pero que tenga una validación previa”, para que al momento de enfrentarse en octubre a la elección general, ya haya acumulado alguna milla, un éxito previo, algún mérito que le permita decir “soy el candidato, no es que me pusieron, voy a poder liderar y gobernar”.

En ese sentido Daniel Scioli ya tiene instalación hace mucho tiempo, sabe hacer campaña, tiene un mensaje claro, y habrá que verlo ya en la cancha.

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Quevedo también nos decía que él creía que si Scioli quería separarse en exceso del kirchnerismo podría terminar siendo peor el remedio que la enfermedad.

Partíamos de que nosotros le decíamos que escuchamos de gente cercana a Scioli decir que esta vez no quiere que le pongan a nadie de vice, para no repetir el problema que tuvo en 2015, a su juicio, de que le colocaron a una persona que le terminaba restando votos, por ser una especie de "comisario" que reducía su autonomía.

Esto surgió a partir del lugar de Alicia Kirchner en el escenario y que sería la forma de tener una Kirchner en la boleta que no sea ni Cristina ni su hijo.

Vos, si tuviera que asesorar a Scioli ¿le dirías que ponga a un referente del kirchnerismo para sumar o no ponga a nadie referente del kirchnerismo para demostrar que esta vez está él solo y así tenga más posibilidades de captar votos de centro en una eventual segunda vuelta?

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En primer lugar, no creo que Carlos Zannini le haya quitado votos a Scioli en 2015. En todo caso, puede que no le haya aportado porque no era un dirigente con instalación pública, fue una suma neutra.

Dicho esto, depende de cuál sea la estrategia. Si Scioli es el candidato (como hasta ahora se viene planteado) más cercano al Presidente, creo que debe buscar de candidato o candidata a vice a alguien que represente ese sector del peronismo que busca un liderazgo alternativo al de Cristina para los próximos cuatro años.

Si, en cambio, busca ser un candidato de consenso, en acuerdo con Cristina, me parece que lo lógico y esperable es que ese vice represente un sector diferente al suyo. En todo caso, es saludable que ese vice se elija de una manera que permita maximizar el voto y potenciar una estrategia.

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Ahora, no me da la sensación de que la estrategia de Scioli en este momento sea ir en consenso con los sectores más afines a la Vicepresidenta. Entonces, desde ese punto debería elegir a alguien que contraste fuerte con ese sector interno, que no sea identificable con ese sector.

Alejandro Gomel (AG): ¿Compartís la versión de Cristina Kirchner, en cuanto a los tercios electorales?

Sí, comparto que en las encuestas hay un escenario de tercios. No son reflejos fidedignos de la realidad, pero sí nos permiten planear estrategias, agrupar comportamientos y marcar tendencias.

Estamos en un escenario donde no hablamos de un triple empate, pero sí de una diferencia de menos de diez puntos entre el primer y el tercer lugar. Y dentro de eso, por supuesto que el peronismo tiene riesgo de no entrar al balotaje, y la premisa debe ser escalonada.

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Porque además, las elecciones de segunda vuelta son elecciones aparte. Uno tiene que tenerlas en cuenta en la estrategia desde el primer día, pero después los comportamientos electorales varían mucho.

Cuando vemos los resultados de otras elecciones en América Latina, de cómo se imaginaban al principio de las campañas y cómo terminaron siendo, uno ve que los balotajes convierten, polarización mediante, a candidatos que parecen poco competitivos en virtuales ganadores.

Bolsonaro frente a Lula parecía que iba a perder por paliza y fue por medio punto. Trump, cuando empieza la campaña de su reelección, también estaba totalmente fuera de competencia, y cuando llega el día de la elección empieza siendo más pareja.

En Colombia, Petro parecía que iba a ganar de punta a punta y, si bien ganó, fue por tres puntos de diferencia en el balotaje.

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Es decir, el comportamiento electoral se deja guiar mucho por estas posiciones contrastantes, cada vez más radicalizadas, que hacen que uno agrupe mucho en el polo propio pero genera un antagonismo muy fuerte del otro lado.

Esto lo vimos ayer con el corrimiento a la derecha en España. Estas posiciones cada vez más extremas y radicalizadas en la oposición, y que lo esperable es que la reacción de Pedro Sánchez de convocar a elecciones, lo que le permite al sector que se le antepone es agruparse mejor.

El éxito electoral, en instancias como primarias, además de fortalecer la postura que gana, también fortalece a su competidor, porque genera rechazo y los mensajes son cada vez más repelentes y antagonistas.

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AG: En el mismo razonamiento, quienes plantean la elección de tercios dicen que hay que ir con un solo candidato.

Pero las primarias no son las elecciones. Fijate lo que pasó en las últimas cuatro o cinco elecciones en Argentina.

En las primarias de 2021, Juntos por el Cambio ganó por una diferencia muy amplia. En las generales, el Frente de Todos achicó la diferencia, y en la provincia de Buenos Aires fue casi un empate.

En 2019, Alberto Fernández gana por 17 puntos, en las generales descuenta Mauricio Macri, y saca ocho puntos de diferencia. En 2017, Cristina gana la provincia de Buenos Aires, y en las generales pierde contra Esteban Bullrich.

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En 2015 pasó lo mismo. Scioli arrancó la campaña pareja y terminó ganando por tres puntos en las generales. Es decir, la foto de la primarias está demostrado que no anticipa lo que pasará en las elecciones de octubre.

Y no solo salir primero no es garantía de éxito en el resultado final, sino que al contrario, ayuda a agrupar en contra en este fenómeno de polarización que describimos. La amenaza de ganar hace que mis adversarios crezcan.

MVB JL