PERIODISMO PURO
Entrevista con Fontevecchia

Horacio Verbitsky: "Clarín ganó en su pelea con el kirchnerismo"

El histórico columnista de Página 12, hoy en El Cohete a la Luna, consideró que Cristina no tiene interés en reabrir ese conflicto.

Horacio Verbitsky, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Horacio Verbitsky, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Juan Obregón

Horacio Verbitsky es una de las plumas más influyentes del periodismo argentino. Polémico, conocedor como pocos del kirchnerismo, el Perro fue entrevistado por Jorge Fontevecchia en el marco del ciclo televisivo Periodismo Puro, que se emite por NET TV.

En uno de los tramos del reportaje, Verbitsky aseguró que el peronismo reunificado es "imbatible". Además, agregó: "Cristina no quería ser candidata ni en 2017 ni ahora".

Por otra parte, añadió que la persona que propuso que Axel Kicillof fuera el candidato del Frente de Todos a la Gobernación bonaerense fue el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.

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Alberto Fernández dijo que el 80% de los votos son de Cristina. ¿Pasa lo mismo en la provincia de Buenos Aires o allí el 100% son de Cristina?

—Hay personalidades distintas, hay historias diferentes, pero existe un proyecto en común. Alberto presidente y Axel gobernador serán la expresión de un mismo proyecto. No va a haber contradicciones. Existirán matices vinculados a las historias personales, las  políticas, las diferentes alianzas, pero dentro de un mismo proyecto. Hay mucha especulación, por interés o por intención, en buscar una brecha entre Alberto y Cristina, pero en este momento no la hay. Mi opinión es que no la va a haber tampoco en el futuro.

—El kirchnerismo ¿es algo distinto del peronismo, tiene continuidad biológica, más allá de Cristina?

—Hay una renovación propia de las edades de las personas y de los momentos del país, pero dentro de un mismo proyecto, como una continuidad. Tampoco ahí veo contradicciones.

—¿Fue un error creer que el peronismo se podía dividir, ¿que una cosa era el kirchnerismo y otra cosa era el peronismo federal, republicano?

—El peronismo se puede dividir, se puede reunificar, se puede volver a dividir, se puede volver a reunificar. Eso es lo que no entiende el antiperonismo, ni lo va entender nunca. Y es lo que le produjo esa indigestión al Gobierno el 11 de agosto, porque no se lo esperaba. Vos hablás con gente del Gobierno y te dicen: “No quisimos ver lo obvio”. La reunificación del peronismo es imbatible. A menudo, los elefantes pasan por delante y uno no los ve porque se detiene en un granito que tiene en un dedo.

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—¿Un error de diagnóstico?

—Durante el primer año efectivo de gobierno de Macri, en 2016, hubo un movimiento muy fuerte dentro del peronismo para correr a Cristina Kirchner y Máximo Kirchner, para desbarrancar a todo lo que se caracterizaba como kirchnerismo. Se demonizaba a la letra K. Es algo que duró hasta diciembre del 16, cuando se avizoraba la elección de medio término. Eso pasó cuando se empezó a mirar las relaciones de fuerza. Los mismos intendentes que antes pensaron en ese cambio, la llamaron a Cristina y le plantearon que tenía que ser la candidata. Cristina no quería ser candidata en el 17 como tampoco quiso ser candidata ahora. Los intendentes tuvieron en claro que si había elecciones, el deber era ganarlas. Y los votos eran de CFK. En el mismo 2018 escribí que ese fenómeno se repetiría en la presidencial del 19. Es lo que pasó con los intendentes y lo que descubrieron para esta elección los gobernadores. Así surgió aquello de que si Cristina sería candidata a presidente, ni Axel Kicillof ni Máximo podrían ser candidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Así es como lo que fue un proceso mental, se empezó a discutir en una mesa. Axel comenzó a recorrer la Provincia hace tres años. Aquello del gobierno de que si gana Axel, gobierna La Cámpora es una soberana tontería. La Cámpora no quería que Axel fuera candidato en la provincia de Buenos Aires, fue él quien decidió hacerlo. La Cámpora quería que Axel fuera candidato en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los intendentes se resistían, vos sabés perfectamente cómo se dio ese proceso. Hasta que llegó el momento de cerrar las candidaturas. Y en la reunión definitiva, quien propuso la candidatura de Axel fue el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.

—El mismo que todos consideraban que tenía que ser el candidato a gobernador.

—Fue taxativo y breve. Dijo:“Muchos desearíamos ser candidatos, pero Axel tiene una intención de voto que triplica al que tiene más de nosotros. Debe ser el candidato”. Así se dirimió la cuestión. Un procedimiento muy peronista: no tiene sentido presentar una bandera ideológica o personal frente a la contundencia de los datos. Ahora, si me preguntás por qué Axel tiene tanta popularidad, no lo sé: es uno de los grandes misterios de la política argentina.

—Sería quien mejor captura los votos de Cristina Kirchner. El más cercano a ella.

—Ese sería el punto de partida. Pero no creo que Axel sea un reflejo de Cristina. Logra retener los votos de ella, pero es algo que hay que ver cuando estén los resultados definitivos, ¿quién va a sacar más votos?

—Nuevamente, el error de ver al kirchnerismo como separado del peronismo.

—En todo caso son líneas internas, son matices. Pero el gobierno de Cristina fue lo más peronista que hubo en la Argentina desde Perón en adelante. Leo mucha historia y hay cosas que hizo Cristina que son las mismas que las del general. ¿Quién inventó el cepo? ¿Cristina? No, fue Perón. Acaba de aparecer un libro, El dólar, una moneda argentina, de dos académicos, Ariel Wilkis y Mariana Luzzi en el que se relata esto con todo detalle: el cepo nació en la primera presidencia de Perón, cuando fue necesario importar materiales pesados para el desarrollo de la industria y se empezó a racionar el uso de los dólares para lo prioritario. Es exactamente lo mismo que hizo el kirchnerismo.

—¿Los movimientos sociales de hoy son lo que fue el sindicalismo en el comienzo del peronismo?

—Complementan a los sindicatos. No los reemplazan. El sindicalismo sigue existiendo y es parte importante de la construcción política de la fórmula de los Fernández. Esta semana, estuvo Alberto en Tucumán, con gobernadores, pero también estuvieron Héctor Daer y Carlos Acuña, los dos  secretarios generales de la CGT en la mesa.

—Cuando Juan Grabois habla de Reforma Agraria o cuando el Movimiento Evita realiza acciones en un sho-pping, ¿le está marcando el territorio al futuro gobierno?

—La opinión es libre y los hechos son sagrados. Los candidatos son Alberto presidente, Cristina vice, Axel gobernador de Buenos Aires. Qué piensan Juan Grabois o el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, hay que preguntárselo a ellos. No seré exégeta de sus intenciones, porque no las conozco.

—Todo parte de la idea de un peronismo bifronte, en el que la vicepresidenta tiene una importancia fuera de la normal. En otras épocas se hablaba del doble comando.

—¿Por qué bifronte? Es cierto, ella tiene una enorme importancia, es una lideresa histórica, de una dimensión única en la historia argentina. Aparece Cristina en cualquier lado y es una conmoción. Pero eso no quiere decir que vaya a ser bifronte la conducción. Ella va a cumplir sus funciones y Alberto las suyas. Se van a coordinar entre ellos, como sucede desde que se reencontraron. Los veo muy felices a ambos con el reencuentro. No me imagino que haya en el futuro un conflicto entre ellos. Los dos son muy conscientes de lo que aporta el otro, ambos saben que se necesitan recíprocamente. Cristina sabe que para su rol histórico es fundamental que Alberto haga un gobierno exitoso, si fracasa, será un fracaso histórico de Cristina. El fue quien acuñó la frase “Sin Cristina no se puede, solo con Cristina no alcanza”. Acertó en la primera parte desde el punto de vista electoral y político. Sobre la segunda, tuvo que revisarla, porque entendió que Cristina ganaba también sin él. Cristina le recuerda que después de ganar, hay que gobernar. Esto que te cuento contradice absolutamente la vulgata de lo que se difunde. Quieren dar una imagen inversa.

—¿A qué lo atribuís?

—Primero, al efecto devastador de los cuatro años del peor gobierno no militar de la historia argentina. Causó un daño, un dolor, un retroceso en todos los terrenos. Ni aún quienes sabíamos quién era Macri podíamos imaginar hasta qué punto iba a ser dañino y destructivo este gobierno. Después de años de hablar de pesada herencia y de gozar de lo que recibió, que le permitió endeudarse como lo hizo, deja una pesadísima herencia. Recibió el Gobierno con la mejor relación de deuda pública sobre el producto bruto, sobre exportaciones, de la historia Argentina. Frente a eso, la gente que tiene un mínimo de preocupación por el país y no solo por su ego y por su narcisismo entiende que es necesario sacrificar muchas cosas de tipo personal para enfrentar una situación que es más grave que la del 2001/2002 e infinitamente más grave que el 2015, en un contexto internacional de una volatilidad y gravedad que tampoco tiene precedentes desde la crisis de 1930.

—Es también parte de esa vulgata pensar que Cristina eligió los candidatos al Congreso y Alberto elegirá los miembros del Gobierno ¿cómo será todo en el 2021?

—Exactamente igual que ahora. Se elegirán candidatos pensando en quiénes están mejor posicionados. Y será de común acuerdo entre Alberto y Cristina. No va a haber una lista de uno y otra de otro. De eso estoy seguro. Conozco mucho a los dos: vi cómo se separaron, se pelearon y vi cómo se reencontraron. Por eso afirmo que no tengo dudas.

—¿La relación de Alberto Fernández con Clarín puede molestar a Cristina?

—A Cristina Kirchner no le va a molestar nada de lo que haga Alberto al respecto. Alberto asumirá la presidencia a diez años de haberse ido del Gobierno. Clarín ganó en su pelea con el kirchnerismo, eso nadie lo ignora. Cristina no está pensando de ninguna manera en reabrir el conflicto. Es Clarín quién está buscando...

—¿Qué ventaja obtendría Clarín de un conflicto con el nuevo gobierno?

—Ellos demonizaron a Cristina. Para ellos es el mal absoluto. Buscarán todo lo que puedan hacer para crearle conflictos, problemas. Si es así, esa batalla la perderá Clarín. No se gana siempre.

—¿Cómo ves la relación de Alberto Fernández con los medios?

—Tiene una paciencia admirable. Se sometió a cosas que merecen toda mi admiración y mi respeto. Todos sabemos a qué me refiero.