La crisis generada por la pandemia de coronavirus ha demandado un esfuerzo extraordinario por parte del Estado para garantizar los derechos básicos de las personas. La labor desplegada durante esta etapa de aislamiento social no se ha limitado a la ayuda alimentaria a través de los programas existentes y mediante los auxilios adicionales, sino que de modo simultáneo avanzamos con la mirada puesta en fortalecer el trabajo y el desarrollo local, como dos ejes que constituyen los pilares de las políticas sociales.
La Argentina vive una situación social compleja, hoy agravada por el coronavirus. El aislamiento social se ha demostrado como una política exitosa para preservar la salud de los argentinos y las argentinas, pero es evidente que la salida de la actual situación demandará políticas públicas que crucen lo social y lo productivo y ayuden a impulsar el desarrollo local, para motorizar la economía de abajo hacia arriba. A la lucha contra el hambre, que necesita nuevos esfuerzos, debemos sumar acciones que apunten a la reconstitución del mercado laboral y a generar alternativas eficaces que atiendan al sobreendeudamiento de las familias.
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El flamante programa Potenciar Trabajo busca avanzar en la conversión de planes sociales con el fin de poner foco en la empleabilidad y las propuestas productivas, para promover una inclusión social plena y lograr el mejoramiento progresivo de los ingresos de ciudadanos. Integra acciones de formación profesional, terminalidad educativa, certificación de competencia y creación de unidades productivas para que las personas puedan poner en marcha, reactivar, consolidar o mejorar iniciativas individuales o colectivas, urbanas o rurales.
La propuesta contempla la inclusión de mujeres y hombres mayores de 18 y menores de 65 años y prevé un salario social complementario para los titulares individuales y créditos ministeriales a las unidades de gestión conformadas por gobiernos provinciales, municipios, universidades y organizaciones de la sociedad civil. Seis actividades económicas nos parecen centrales para la generación de fuentes de trabajo: tareas de cuidados y servicios socio-comunitarios; reciclado y servicios ambientales; construcción, infraestructura social y mejoramiento barrial y habitacional; agricultura familiar y producción de alimentos; producción de indumentaria y otras manufacturas y comercio popular.
El otro eje fundamental es la ampliación del sistema de crédito no bancario. Queremos afrontar el problema del sobreendeudamiento de los sectores populares mediante una estrategia destinada a masificar el microcrédito para la generación de trabajo y apoyo a la producción de la economía solidaria. Desde la Comisión Nacional de Microcréditos (CONAMI) redujimos al 3 % anual la tasa de interés y se definieron nuevas líneas de gestión de finanzas solidarias. Junto a los fondos de microcrédito a través de organizaciones administradoras y por medio de gobiernos provinciales y municipales, estamos trabajando en una propuesta de financiamiento de Proyectos Integrales de Desarrollo Territorial con la intención de combinar subsidios para la inversión productiva en escala junto a fondos de microcrédito destinados a vincular producción y consumo solidario.
El teletrabajo podria alcanzar a tres millones de trabajadores en el país
La pandemia ha mostrado una Argentina unida y solidaria, en la que todas las fuerzas sociales, religiosas y políticas trabajamos de forma articulada ante el desafío más importante que nos presenta este siglo, como señaló el presidente Alberto Fernández.
Desde esa misma fortaleza de la unidad, estamos convencidos de que la salida del aislamiento deberá apoyarse en propuestas integrales que, además de seguir atendiendo las urgencias, apuntalen la creación de fuentes de trabajo y la reactivación del aparato productivo. Sabemos que el desarrollo solamente es genuino y posible si está basado en mejoras en la calidad de vida de ciudadanos y ciudadanas.
(*) Ministro de Desarrollo Social de la Nación.