El exministro de Economía Jorge Remes Lenicov criticó la política económica actual del Gobierno nacional y consideró que “es central llegar a un acuerdo político que permita controlar la inflación”. En esa línea, resaltó que “no se puede hacer nada con inflación de 40% o 50%”.
El exfuncionario de Eduardo Duhalde participó este martes 15 de junio de un encuentro virtual organizado por la Fundación Mediterránea y, desde Bruselas, donde se encuentra por compromisos laborales, analizó la coyuntura económica de la Argentina.
En primer lugar, el exfuncionario remarcó que según datos del Banco Mundial "ningún país crece con inflación superior al 20%". Por eso, Remes Lenicov apuntó que “desde 2010 a la fecha, Argentina tiene niveles de inflación que exceden holgadamente ese porcentaje”.
El economista consideró “clave” resolver el problema de la inflación: “Es algo del siglo pasado, en el mundo no se discute más la causalidad de la suba de precios. Hoy día no hay más 10 países con inflación alta. Los desarrollados tienen uno y medio, y los países en vías de desarrollo tienen 4 o 5% anual”.
El recuerdo de 2002
En enero del 2002, Remes Lenicov asumió al frente de Economía, 10 días después de la salida de Fernando de De la Rúa, y desarmó la convertibilidad con una fuerte devaluación, la pesificación de los depósitos bancarios y las deudas tomadas en dólares, la indexación de las tarifas, la reforma del Banco Central, un acuerdo fiscal con las provincias, las retenciones al campo, la negociación de la deuda y el lanzamiento de los planes sociales.
"En 2002 tomamos medidas heretedoxas por la situación, pero el corazón fue ortodoxo: congelamos el gasto, revertimos el déficit, no gastamos nada y el Central tenía una pauta de cuánto emitir", recordó. Y advirtió: "uno tiene que hacer cosas que a veces no le gusta a la gente, para bien del país, no se puede gobernar con encuestas".
Remes Lenicov contra la dirigencia política
Además, Jorge Remes Lenicov criticó la gestión económica del Gobierno, al tiempo que reclamó alinear las políticas fiscales, monetaria, de ingresos y cambiaria: “Hace una política fiscal que mira para el norte, la monetaria va para el sur, la de ingresos va para el este, y la cambiaria para el oeste, así no se puede”.
“La economía es un sistema de vasos comunicantes: cualquier cosa que uno hace, impacta en el resto. Por ejemplo, si uno aumenta los impuestos, se incrementa la evasión. Esas decisiones las toma el ministro de Economía, pero depende de la política porque es el Presidente el que decide”, explicó el exministro, quien a su vez apuntó contra la dirigencia política como una de las grandes responsables de lo que sucede porque “es la que define hacia dónde hay que ir”.
Por ello, llamó a la clase política a “respetar las leyes de la economía, que no están escritas, pero existen”, porque si no “caemos en el voluntarismo y la magia”.
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Y agregó: “Dedicamos muy poco tiempo a discutir la causalidad de los problemas. La pobreza, por ejemplo, es un problema, pero hay pobreza porque falta empleo, y no hay empleo porque falta inversión, y no hay inversión porque no hay ahorro. Nos engañamos a nosotros mismos como sociedad y hacemos aparecer problemas que son derivados de los problemas originarios, que nunca se analizan seriamente”.
En definitiva, para el exministro de Economía, “la política tiene que convencerse de que, así como va el país, no funciona”. “Esto es como una escalera, y el primer escalón en el corto plazo es la inflación”, expresó.
En esa línea, propuso trabajar, a largo plazo, en “mejorar la competitividad, la productividad de todos los factores y la acumulación de factores productivos, pero teniendo como prioridad la generación de empleo”.
Gradualismo o shock
Por último, en el debate entre gradualismo y shock, Remes Lenicov descartó la posibilidad de éxito en el manual gradualista, dado que “ninguna política gradual funcionó y la pobreza aumentó”.
Sobre este aspecto, recordó que las dos veces que en los últimos años “Argentina tuvo un período de 7 u 8 años de crecimiento continuo fue durante la convertibilidad y luego en 2002, al salir de la convertibilidad bajo su gestión”. “Fue shock y se hizo porque estábamos al borde del precipicio”, concluyó.
CFT/FF