Matías Kulfas: "Alberto Fernández no hizo su propio plan ni consensuó con Cristina Kirchner"
El economista y ex funcionario nacional analizó la gestión del Presidente y realizó su balance. "No creo que haya sido un gobierno de científicos", sostuvo.
Matias Kulfas |
Télam
El ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aseveró que muchos votos de Javier Milei "tienen que ver con la bronca y la esperanza de algo distinto". Además, se refirió a la dureza de las críticas del kirchnerismo sobre su paso por el Gobierno, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Al principio, Alberto Fernández había planteado la idea de que tenía un "gobierno de científicos", a diferencia del "gobierno de CEOs". Antropólogos, sociólogos, economistas, Martín Guzmán y vos, daban ese perfil. Luego, parecía que era necesario traer prácticos, como intendentes o como Sergio Massa.
Dada tu capacidad académica y de haber hecho libros, comparando las distintas fases del kirchnerismo, ¿hay una posibilidad de que hagas una especie de réquiem de qué no funcionó de un "gobierno de intelectuales y científicos"?
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Es una frase de esas que se plantean en un marco de campaña, pero creo que el gabinete de Alberto es el primero, y los que fueron sucediéndose fueron, como suele ocurrir, un balance entre diferentes perfiles.
No creo que haya sido un gobierno de científicos, de hecho, creo que están para hacer ciencia y, en todo caso, en algún momento que algunos decidan participar políticamente, ahí pueden cambiar el perfil, porque es muy distinto hacer ciencia que estar en la gestión cotidiana de cualquier área de gobierno.
Hubo un balance, algunos que estuvieron en un principio aún continúan y en otro habrá habido un refuerzo, pero no creo que se haya dado un contraste entre un gobierno más del "pensamiento" contra uno más de "acción". Siempre es un balance entre dos tensiones que lo van a plantear.
Intelectuales como Ernesto Semán vienen señalando que el voto de Milei no es solamente una manifestación de la bronca, sino también una expresión de una nueva clase social y política emergente, de una economía empobrecida, que ven en el Estado, en lugar de un apoyo, un límite.
¿Habría alguna lógica económica en un voto de clases medias-bajas vulnerables en Milei? ¿Se puede seguir hablando de derechos laborales, por ejemplo, cuando hay personas que manejan su propio auto en una aplicación como forma de subsistencia?
Siempre es difícil catalogar el voto a un candidato (en este caso a Milei) de una sola manera. Hay gente que se entusiasmó por lo que está diciendo y otra por cómo lo está diciendo.
Cuando uno dice "lo que está diciendo", hay un mensaje donde está proponiendo un conjunto de recetas que algunos los comparten, aunque yo no, pero hay un entendimiento de que ahí hay una agenda importante. que es un Estado que se retire y que ese retiro del Estado le daría a la iniciativa privada un verdadero florecimiento.
Luego, hay otras personas que están cansadas y enojadas por diferentes motivos. Recientemente, por lo que significó la pandemia, que es un problema mundial, hay mucho enojo, y después tocó otra crisis. Hay temas que son específicamente argentinos, que tienen que ver con más de 10 años con una economía que va "a los tumbos".
Muchas veces, creo que, equivocadamente, se dice que hay que hacer "planes platita", ponerle plata en el bolsillo a la gente, y es un error conceptual eso, porque la plata cada vez vale menos, se desvaloriza. Entonces, son parches, es estar haciendo remiendos en lugar de ver cómo se genera un horizonte distinto.
Lo que está pidiendo mucha gente es que cualquier dinero que llegue lo recibirá bien, pero lo que pide es un poco de previsibilidad, pensar que puede tener un progreso social, que es lo que históricamente planteó el peronismo, es decir, recuperar esa esencia.
Muchos votos de Milei tienen que ver con la bronca y la esperanza de algo distinto, sin tener muy en claro qué y sin cuestionar a fondo las propuesta que hace, que son cuestionables y, en muchos casos, inviables. Pero está esta otra cuestión que es cómo se estructura un esquema de funcionamiento distinto, que permita recuperar la previsibilidad y bajar la inflación.
Mencionaba lo de los derechos laborales del siglo XXI, estamos siempre hablando del mercado laboral del siglo XX porque hay 10 millones de personas en el país que trabajan en relación de dependencia, cobran su salario todos los meses en blanco, con aguinaldo y vacaciones, pero otras 10 millones no están en ese esquema, y no quiere decir que sean todos de las informalidad tradicional: hay sectores formales y monotributistas.
La persona que trabaja en una aplicación está formalizada, es monotributista, pero tiene otro esquema de trabajo y, en lugar de denostar o romantizar eso, hay que entender cómo funciona.
Hay que ver cómo se trabaja en reformas en la legislación laboral para darle derechos a esas 10 millones de personas que hoy están en una situación distinta a la de las 10 millones de tradicionales del mercado de trabajo.
Está muy alejado de la idea de reforma laboral que plantean personas como Milei, pero también lo está de la idea de que no hay que hacer nada, de cierto sector un poco conservador del peronismo, de que todo se resuelva solamente con las leyes laborales de hace 50 años.
¿Por qué el kirchnerismo fue tan duro con vos y Guzmán y acepta una estrategia más ortodoxa de Massa?
¿Porque no le queda alternativa y tenía un error de diagnóstico, donde creía hace dos años que tenía otras alternativas y se dio cuenta que no? ¿Por un problema personal o por prejuicio ideológico?
No lo sé. La pregunta es muy pertinente. Uno de los motivos por el cual hubo un enfrentamiento muy abierto conmigo y con Guzmán fue por la cuestión de las tarifas de electricidad, y nos decían que no tenía ningún sentido dejar congeladas las tarifas permanentemente porque esto traía más problemas, y lo que planteamos siempre fue la segmentación.
Es decir, tenemos que lograr que un conjunto de personas que son de altos ingresos paguen las tarifas al costo real y, en todo caso, que los subsidios se orienten a los sectores de bajos recursos, los que no los pueden pagar.
La realidad es que esa lucha encarnizada por algo tan básico, que es lo que los subsidiosvayan a quienes lo necesitan y no a quienes no, generó una discusión enorme. Este último tiempo, con este cambio de gestión y al haber retirado esos funcionarios que obstaculizaban la Secretaría de Energía y este tipo de herramientas, se llevó a una segmentación y está funcionando bien. En ese sentido, hay que reconocer el buen trabajo de Flavia Royón al frente de Energía, y Massa.
La segmentación no tenía un efecto muy importante en el ahorro fiscal. Sin embargo, lo dijo Royón, un tercio de los hogares está pagando ya la tarifa sin subsidios y la realidad que no hay ningún problema.
Simplemente son hogares que tienen ingresos altos o medios altos y que pueden perfectamente pagar una factura con los nuevos montos que se plantearon. La explicación no tiene mucha racionalidad de porqué este cambio.
Vos decías que había una parte de los votantes de Milei que podía tener que ver con cómo lo decía y no qué decía, es decir, las formas y no sus ideas. Mi conjetura es que, y vuelvo a la pregunta de los científicos, para mí, un economista y un antropólogo son científicos.
Es el cómo lo decían: Guzmán y vos lo hacían como intelectuales y, por alguna razón del orden del inconsciente, hay personas que prefieren formas más contundentes y prácticas si sienten identificados con estilos que tengan más que ver con el poder y la acción que con la razón.
Quería consultarte respecto a otro disenso, que no tiene solo que ver con las tarifas, sino que pudo haber sido lo que llevó a que la economía no funcionase, que tiene que ver con el desdoblamiento del mercado cambiario.
En algún momento se discutió y se llevó a los accionistas del Frente de Todos, a Cristina Kirchner y a Massa, de la mano del Presidente, a la idea de dividir el mercado cambiario para que las deudas empresarias y todos los servicios se pagasen al dólar financiero y, en ese momento se opusieron la Vicepresidenta y Massa, y se adoptó lo que había presentado el presidente del Banco Central, que eran estas diferencias de distintas cargas tributarias, pero no el desdoblamiento del mercado cambiario, lo que hizo que hizo que se perdieran, según cálculos, entre 15 y 20 mil millones de dólares de reservas.
Por la información que tengo, el que apoyaba el desdoblamiento de dólar comercial y financiero para todo los servicios, que había propuesto Guzmán, eras vos. ¿Es correcto esto y vos apoyabas esta idea? ¿Es correcto decir que, si se hubiera hecho eso, hoy habría 15 mil a 20 mil millones de dólares de reservas?
Primero, una cosa que dijiste de la pregunta anterior. No me considero un científico, en el sentido de la persona que está en el laboratorio, que no son los de química y física. Mi práctica fue de hace años, un diálogo permanente entre la investigación y la gestión.
Trabajé mucho en elsector público y también el ámbito privado como asesor, con lo cual, en mi caso lo que resalta es este diálogo, poder tener una buena formación y una investigación de lo que ocurre a nivel económico en el país y en el mundo, además de poder llevarlo a la práctica y ver cómo funciona.
Ya que abriste ese punto nuevamente. Para nada peyorativo lo de "intelectual y científico", por el contrario. A mi juicio, no es excluyente de la acción, pero para personas como Máximo Kirchner, que nunca fueron a la universidad, por ejemplo, evidentemente debe haber una cosmovisión respecto de aquellos que utilizan en sus exposiciones ejemplos más complejos y una formación más sistémica. Es mi opinión, no pido que compartas...
Simplemente para aclarar, no es una cuestión de estar en un laboratorio. Pero volviendo al tema anterior, soy de de los que piensan que los esquemas de regulación cambiaria tan estrictos y rigurosos, como los cepos, no son buenas herramientas para sostenerlas mucho tiempo.
Parecen ser necesarias, pero cuando tenés una crisis externa y un elemento de corrida muy violento, como el que vivió Argentina mucho antes de que Alberto Fernández fuera presidente de la Nación (empezó en abril del 2018, en el gobierno de Macri), creo que en esos contextos pueden ser necesarios.
También creo que medidas tan extremas deben tener un periodo de tiempo acotado, no se puede estar con cepos cambiarios durante uno, dos, tres o cuatro años, porque rápidamente genera distorsiones.
Los mercados financieros están cada vez más sofisticados y rápidamente le toman el pulso de cómo encontrar la trampa para eludir esas regulaciones, y los empresarios, en lugar de estar viendo cómo mejoran sus negocios y a su actividad productiva, están viendo qué hacen para conseguir dólares baratos.
Es el problema principal, por cual, los cepos tan rigurosos tienen que durar poco tiempo. Es mi opinión, lo dije hace mucho tiempo. Así como también rechazo la idea que plantean los sectores más a la derecha de JxC y Milei, de que hay que desregular todo, porque parece que eso es algo que tampoco puede ayudar a que Argentina se ordene económicamente.
Dicho esto, mi posición en este sentido es que había que ir a una salida gradual del cepo cambiario. En esa idea, acompañé en su momento, en septiembre del 2020, la idea que tenía Guzmán de hacer un desdoblamiento como un paso intermedio a esta salida del cepo e ir de a poco desregulando y volviendo a tener una regulación cambiaria, pero no tan estricta como es un cepo.
Lo otro que mencionás, con respecto a quién se opuso, son cosas que las conoce más en detalles Guzmán, que es quien estaba a cargo del Ministerio de Economía. Yo, simplemente, participé de esas discusiones dando mi visión, desde el punto de vista de la producción. Y sí, efectivamente, un desdoblamiento hubiese evitado pérdida de reservas.
Para ser bien bien claro, lo que ocurrió en este periodo fue que hubo un superávit muy fuerte, entre 2020 y 2022, que es donde hay datos bien cerrados y analizados, y el más grande de los últimos tres periodos presidenciales. Sin embargo, no se acumularon reservas, en el sentido de que de dos terceras partes de ese superávit se destinó al pago de la deuda privada.
Si hubiera habido un desdoblamiento, que no era un tema sencillo pero tenía ventajas, se habría estimulado una reestructuración de la deuda privada. O sea, para poder hacer una refinanciación de otras deudas. Finalmente, se tomó otra decisión que llevó a esto, a que una parte importante se destinara al pago de la deuda.
Aclaro esto porque cuando uno mira qué sectores son los que más deuda pagaron, en el sector privado, básicamente, está energía.
YPF y varias más. Energía es el sector que tenía que haberle provisto un saldo de dólares muy importante, pero terminó teniendo frutos negativos por pagos de deudas. Ahí entramos en el problema de que una política energética implicó pérdida de divisas que podían haber ayudado a tener un balance mucho más holgado y, al mismo tiempo, acelerar la inversión en Vaca Muerta y otras cuentas del país.
O sea, ese día y en esa decisión que no le dejaron hacer a Guzmán, se jugó el destino de la economía del gobierno de Alberto, que hubiera sido totalmente distinto si se hubiera hecho, no solamente la deuda sino también lo servicios. Hoy estaríamos con una situación diferente. ¿Es correcto hacer ese análisis contrafáctico?
Es difícil ser tan categórico, sería más prudente. Con un desdoblamiento hubiésemos tenido mejores chances de afrontar esta situación económica. Después, la realidad también es que hubo un montón de otros sectores.
La política energética tendría que haber sido mucho más activa en materia de inversiones, de ahorro de divisas, fue una locura el esquema de subsidios que se implementó y que se volvió a caer en un error. También es eso, muchas veces ocurre esto en política, uno señala dónde está la piedra en el camino y, en lugar de tomar ese indicador para eludir esa piedra, se terminan enojando con el que señala la piedra.
Eso es un poco volviendo a tu pregunta de por qué estaban molestos con lo que yo decía. Era necesario normalización gradual del mercado del cambio. No se puede vivir con cepo, es para periodos muy puntuales y acotados.
Alejandro Gomel (AG): Sumo esto a todo lo que pasó durante el gobierno de Alberto Fernández, de lo que muchos llaman el "fuego amigo" y esta resistencia que tenían.
En ese punto, más desde lo político que de lo económico, ¿faltó por parte de Alberto una defensa más enfática de los suyos? Fue perdiendo soldados, algunos hablan de que le faltó ejercer poder. ¿Le hubiera gustado otra actitud del presidente frente a estas cuestiones?
Más que nada, el problema fue la indefinición. Alberto tenía una situación difícil de entrada, pero tenía dos alternativas: tomaba la decisión de pactar con Cristina un plan económico que fuera consensuado con ella y un equipo económico que también estuviera de acuerdo o avanzaba con sus propias convicciones.
Alberto no hizo su propio plan ni consensuó con Cristina. Ahí creo que se fue desdibujando y vaciando de contenido su gestión, por eso terminó teniendo que ir para otro lado que fue el acuerdo con Massa y su incorporación al Gabinete que le devolvió la cohesión que se había perdido.
Ese es el tema central, lo más importante en este contexto electoral que se está viviendo es plantear un escenario de futuro. A veces, escucho en el medio de la campaña hablar de términos retrospectivos a algún candidato, y la verdad es que lo que Milei está haciendo es proponer algo para Argentina, creo que equivocado e inviable, como dolarizar: no están los dólares para hacerlo y duplicará la deuda.
Por dolarizar está proponiendo, prácticamente, duplicar la deuda monetaria. Me parece una locura pensarlo desde esos términos,
Desde este sector de la política, el peronismo tiene que plantear una propuesta a futuro. Cuando hablamos de que no alcanza con poner plata en el bolsillo, hay que dar perspectivas de cómo bajar la inflación y, claramente, haciendo más de lo mismo no bajará la inflación. Necesitamos tener un plan integral de estabilización.
La campaña presidencial
AG: Faltan propuestas desde la candidatura de Massa...
Massa las tiene, confío. Los lineamientos los fue planteando, pero hay que ser más enfático y contundente respecto a plantear una propuesta de futuro, ser claros y autocríticos respecto a las cosas que fallaron y plantear cómo se harán de otra manera.
En ese sentido, son tres grandes ejes: plan de estabilización, plan productivo (que permita que Argentina duplique las exportaciones) y cambios en el mercado laboral (que permitan entender la situación de esos otras 10 millones de personas que trabajan en Argentina y está por fuera de los parámetros tradicionales del mercado de trabajo).
AG: Después de esta experiencia que pasaste, ¿volverías a ser ministro?
No es algo que tenga en mi cabeza en este momento, estoy con otros proyectos. No te digo ni que sí ni que no.
En muchos aspectos estoy orgulloso de lo que trabajamos en plena pandemia, con un montón de medidas que implementamos en tiempo récord y que fueron muy valoradas y tuvieron impacto positivo, como la reactivación económica, los nuevos actores que trajimos a la mesa de discusión y que hemos transformado en leyes que permitirán su desarrollo: cannabis medicinal, electromovilidad, litio, minería y muchas cosas que son buenas para Argentina.
No es un tema que esté en mi agenda y sea mi intención trabajar para eso, pero tampoco digo que no y que no lo haría de ninguna manera.
Supongamos que hay balotaje y se enfrentan Massa y Milei, ¿votás por algunos de los dos o votás en blanco?
Votaría a Massa. Lo hice en las primarias y lo haré en todas las que vengan por delante.
¿Hay por alguno de los candidatos que seguro nunca votarías?
Te diría por los dos. En un balotaje entre Bullrich y Milei votaría en blanco. Llegado la circunstancia, habrá que analizarlo seriamente si hay algunos matices.
