OPINIóN
Universidad del Salvador

Ya febrero, y estamos comenzando todavía

Cómo plantear objetivos para que sean alcanzables en vez de generar frustraciones. El cambio no debe ser algo para temer sino algo motivador.

Decisiones conscientes
Decisiones conscientes | Freepik

Cada inicio de año está lleno de anhelos y entusiasmo por “empezar de nuevo”, se tienen pensamientos que motivan decir: “éste será mi año”, este año será mejor en mi trabajo, en mis estudios, en mi plan B de vida. 

Sin embargo, aunque el efecto del nuevo comienzo tiene un impacto positivo, hay que recordar que este es temporal, puesto que la motivación y optimismo que representa la euforia de arrancar “de cero”, representando para muchos nuevas oportunidades y posibilidades, no dura para siempre.

Podríamos preguntarnos, al finalizar el año, cuántos de esos nuevos o reiterados propósitos, se llevan a cabo.

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El tema de cumplirlos o no, es la forma en que se redactan, la cantidad que se plantean y cómo se piensa lograrlos, así como la manera de visualizarlos, ya que, de tantos planteados, con total honestidad el 10 por ciento con mucha suerte quizás llegaremos a cumplirlos y la frustración luego será un gran bajón en nuestras vidas.

La idea es cómo los formulamos, deberemos entonces reformularlos, para así poder cumplirlos. «si la meta es dejar de comer dulces para bajar de peso, sería más probable lograrlo si en vez de eso se dice ‘comeré fruta varias veces al día’, ya que se reemplazarían los dulces con algo más saludable, perdiendo peso y manteniendo el objetivo. Quizás no pueda cambiar mi comportamiento, pero sí remplazarlo por uno, en este caso más saludable.

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Por esa razón, la redacción de un objetivo es importante para que tenga el impacto correcto y pueda ser alcanzado.

Elaborar propósitos con objetivos alcanzables y más específicos (y no de manera genérica como bajar de peso) no solo brinda claridad, sino que permite que sean más asequibles. Además, una redacción con conciencia plena, puede ser una buena opción para reflexionar sobre lo que se desea y se quiere alcanzar, y cómo lograrlo.

Para este fin se pueden definir objetivos específicos. Este sistema invita a redactarlos de forma concreta, medible, alcanzables, realistas y con una duración limitada. Otro punto importante es la cantidad de propósitos que nos proponemos, los deseos de las 12 uvas al comenzar el año, es hermoso, pero lograr 12 deseos sistematizados en propósitos es un montón.

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Es bueno recordar que más no significa mejor, puesto que finalizar el año con una o dos metas logradas sería preferible que definir 12 y no alcanzar ninguna o medio hacer algunas. Aquí se debe pensar seriamente en lo que se quiere lograr, es decir, qué áreas de la vida se quieren mejorar o cambiar y por qué.

Una meta es efímera, pero los hábitos permanecen toda la vida, de esto se trata, comenzar un año, siendo conscientes, que, si queremos acercarnos al éxito de nuestras metas o propósitos, debemos aprender a formar hábitos, hábitos de comida, hábitos lectores, de estudio, de finanzas, de gestión etc.

Ya febrero, y estamos comenzando todavía

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La constancia es clave para la formación de hábitos, así como saber el papel que juega la motivación y la disciplina dentro de este proceso. Ser constante es una característica fundamental para conseguirlo, puesto que estos se logran mediante la repetición continua.

Por ende, no hay que esperar. “Empiezo el lunes”, “el próximo mes inicio la dieta”, “la semana que viene arranco a estudiar” estas son algunas de las cosas que decimos con tal de postergar el inicio de algún objetivo y quedar en la zona de confort lo más que se pueda. Esto es normal, ya que el miedo a los cambios es algo completamente razonable.

No obstante, esa mentalidad más que ayudar es perjudicial, puesto que ese lunes no se inicia nada porque se presenta algún inconveniente y en el próximo mes se tendrán otros planes, etc. Se necesita la voluntad de querer hacer y tomar acción instantánea. El cambio no debe ser algo para temer, sino algo para motivar.

No hay que esperar a mañana para empezar con un cambio pequeño, tampoco hay que caer en la desesperación por no ver resultados. Todo cambio implicará un proceso, el cual no siempre será lineal.

Por lo tanto, empezar de a poco, en forma contínua; fijar metas en un espacio de soledad y de conciencia; probar conocerse más… es comenzar algo diferente, que sin duda dará muchos resultados positivos.

La constancia, la motivación y la disciplina serán parte fundamental para formar o cambiar hábitos que nos beneficiarán o perjudicarán conforme a lo que decidamos hacer en la vida.

Hay que recordar que las metas son favorables, pero tener hábitos positivos nos acercarán más a un estado pleno.

*Lic. en Psicología, Lic. en Psicopedagogía USAL, Doctora en Psicología University of Weston, Doctora en Educación USAL, Ex investigadora CONICET, analista, docente universitaria, investigadora, Decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador