El ex ministro de Planificación Julio De Vido pasó ayer su primera jornada fuera de un penal, después de estar 780 días detenido. Instalado en su chacra de Puerto Panal, Zárate, desde la madrugada de ayer, De Vido fue excarcelado en el marco del caso conocido como "Los cuadernos de las coimas", en tanto que cumplirá arresto domiciliario en la causa en la que se investigan los presuntos desmanejos en Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT).
Su salida del penal de Ezeiza fue luego de que el Tribunal Oral Federal (TOF) 7, que tiene a su cargo el caso que comenzó con la aparición de las notas de Oscar Centeno, dictara el fallo en el que se lo excarcelaba. Fue tras una orden de la Sala I de la Cámara de Casación Federal y el mismo beneficio alcanzó a su hombre de máxima confianza en el desaparecido ministerio, Roberto Baratta, quien también quedó libre ayer. Ambos son controlados con tobillera electrónica.
El fallo de Casación, máximo tribunal del país, se conoció la tarde del viernes. Allí se ordenaba al TOF que revisara su decisión de no morigerar la situación de De Vido y Baratta, y que lo hiciera teniendo en cuenta las nuevas normas del Código Procesal Penal que se puso en vigencia recientemente.
Cerca de cumplir 70 años (lo hará el 26 de diciembre), De Vido venía insistiendo desde hace meses con sus pedidos de liberación. “El TOF 7 ordenó mi liberación, pero el TOF 1 había dejado firme una domiciliaria que seguramente en la semana mis abogados buscarán la forma de remover para darle valor a la decisión de Casación”, adelantó De Vido la noche del viernes, en diálogo con A24, poco después de conocerse la decisión del Tribunal.
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Sus días en prisión –primero en Marcos Paz y después en Ezeiza– comenzaron el 25 de octubre de 2017, cuando se entregó en los tribunales de Comodoro Py, luego de que el juez Luis Rodríguez pidiera su detención una vez que el Congreso decidió desaforarlo. Por entonces era diputado nacional y se convirtió en el primer preso de la llamada “doctrina Irurzun”, como se conoció la decisión judicial que permitió avanzar con los encarcelamientos de ex funcionarios.
En ese momento estaba siendo juzgado por el caso Once II, por la tragedia ferroviaria en esa terminal, en la que en febrero de 2012 murieron 52 personas. Allí De Vido fue condenado en 2018 a 5 años y 8 meses de prisión por administración fraudulenta. El caso está actualmente en manos de la Sala III de Casación, integrada por los camaristas Carlos Mahiques, Eduardo Riggi y Liliana Catucci, que aún no resolvió sobre el expediente que llegó hace diez meses a esa instancia. “Está probado que el tren frenaba y que el maquinista no accionó los frenos”, sostuvo De Vido al ser consultado por el tema, durante la misma entrevista.
Además, De Vido está siendo juzgado actualmente en el caso de Obra Pública, el primero que tiene a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en el banquillo de los acusados. En tanto que, en su escenario, además de los casos YCRT y Cuadernos de las coimas y sus apartados, también están: Skanska, Odebrecht, Trenes chatarra, Sueños compartidos y Mamá Corazón.
Por su parte, Baratta recuperó su libertad ayer, ya que sobre él no pesan otras prisiones preventivas. Así puso fin a sus más de 16 meses en prisión. Su detención se produjo la madrugada del miércoles 1° de agosto de 2018, por orden del juez Claudio Bonadio. Fue durante la redada en la que también se detuvo a otros ex funcionarios y empresarios. Allí, Baratta y De Vido están acusados de ser organizadores de la asociación ilícita que habría operado en el país entre 2003 y 2015.