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Murió en la cárcel Alexei Navalny: el terror de Vladimir Putin que denunció la corrupción estatal en Rusia

"Fue Putin quien me llevó a la política", dijo una vez. Resistió como nadie la presión que llevó a muchos críticos del gobierno a escapar de Rusia. En su lucha contra el "partido de criminales y asesinos" de Putin, fue juzgado, encarcelado, vetado y envenenado varias veces.

Alexei Navalny
Alexei Navalny adquirió relevancia pública en 2008, al denunciar en su blog malas prácticas en la esfera política rusa y en algunas de las principales empresas estatales. | AFP / Bloomberg

Ningún político ruso causó tanto pánico dentro del Kremlin como Alexei Navalny, que durante años fue la figura de oposición más fuerte en la Rusia de Vladimir Putin. El hombre, un ferviente denunciante de la corrupción estatal, cuyas investigaciones apuntaron directamente al círculo íntimo del presidente ruso, resistió como nadie la presión que llevó a muchos críticos del gobierno a escapar de Rusia, sometidos a repetidas sentencias de cárcel por cargos falsos, arresto domiciliario o agresión física

En 1999, una camarilla de oligarcas y miembros de la familia del expresidente Boris Yeltsin maniobraron para que Vladimir Putin, un ex oficial de la KGB sin antecedentes en la política, llegara a la presidencia con la esperanza de que protegiera sus riquezas y sus propias vidas de un juicio seguro. Ese momento, en palabras Navalny, la elección de Putin por algunas personas, en lugar de una elección por parte de los ciudadanos, fue crucial para impulsar su carrera: "Fue Putin quien me llevó a la política".

Murió en la cárcel el opositor ruso Alexei Navalny, el mayor crítico de Vladimir Putin

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Alexei Navalny
Putin jamás pronunció públicamente el nombre de Alexei Navalny, incluso cuando el carismático opositor era como la principal amenaza interna del gobierno.

Aunque Putin nunca mencionó a Navalny por su nombre, y los medios estatales lo describían como un bloguero sin importancia, el político logró extender su alcance al punto de que el Kremlin hizo todo lo posible para impedirle participar en la carrera presidencial. “Putin quiere ser el zar de Rusia”, acusó en una entrevista. “No le agrada nadie que se le oponga. Considera peligrosa nuestra organización, como considera peligrosa a cualquiera que denuncia la corrupción. Cree que matarme destruirá nuestra organización”.

Navalny publicó decenas de informes que exponían la corrupción en el país y estimuló las protestas más masivas que vio Rusia: “Existe una corrupción extrema. Putin creó un círculo de personas, que eran sus antiguos colegas y vecinos, y todos se convirtieron en multimillonarios. No es una exageración”, denunció. La venganza se hizo sentir cuando fue condenado dos veces por cargos criminales (malversación de fondos y luego fraude) y recibió sentencias en suspenso de cinco años y tres años y medio. Respondió denunciando las condenas por motivos políticos, y la Corte Europea de Derechos Humanos también cuestionó ambas condenas.

Alexei Navalny
Navalny nació el 4 de junio de 1976 en Butyn y creció en Obninsk, a unos 100 km al suroeste de Moscú. Sus padres dirigían una fábrica de cestería. 

Navalny atrajo multitudes de seguidores en casi todas las ciudades rusas y, detenido con frecuencia, pasó largas temporadas en la cárcel por cargos relacionados con las protestas. En 2017 un atacante le arrojó un un tinte verde antiséptico conocido como "zelyonka" y sufrió quemaduras químicas en un ojo. En las elecciones de 2018 Navalny intentó desafiar a Putin en las elecciones de 2018, pero una de sus condenas le impidió postularse y al año siguiente se le diagnosticó "dermatitis de contacto" mientras estaba en la cárcel, y su médico dijo que podría haber sido expuesto a "algún agente tóxico".

La repentina intoxicación de Navalny en un avión que según los médicos que lo atendieron se debió a un envenenamiento, se ajustó perfectamente a lo que les sucede a los críticos de Putin. El piloto aterrizó rápidamente y sus partidarios lograron llevarlo en avión a Berlín, donde permaneció en coma durante más de dos semanas. Se le diagnosticó envenenamiento por un agente nervioso de la era soviética, el Novichok, el mismo químico por el que casi mueren el exespía ruso Sergei Skripal y su hija en Inglaterra en marzo de 2018.

Alexei Navalny
Después de graduarse en Derecho, Navalny pasó un tiempo en los EEUU con una beca en la Universidad de Yale, lo que sus críticos aprovecharon como evidencia de que era un agente de la CIA.

Lejos de asustarse, Navalny regresó a Rusia para continuar con su trabajo, mientras que las autoridades amenazaron con arrestarlo. Dijo que no abandonó Rusia por elección, sino que “terminó en Alemania en una caja de cuidados intensivos” y que nunca consideró la posibilidad de quedarse en el extranjero. “Es difícil entender exactamente lo que está pasando por la mente de Putin. No soy el primero en ser envenenado, y definitivamente no seré el último. Putin ha estado en el poder durante 20 años. Es demasiado, 20 años de poder malcriarían a cualquiera y lo volverían loco. Cree que puede hacer lo que quiera”, reflexionó.

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Quién era Alexei Navalny, el hombre que acusó a Putin de "chuparle la sangre a Rusia"

Nacido el 4 de junio de 1976 en Butyn, en las afueras de Obninsk, una ciudad nuclear cerrada cerca de Moscú, Alexei Anatolievich Navalni hijo de un teniente coronel en las fuerzas de misiles soviéticas y de una contadora. Cuando se retiraron, el matrimonio se hizo cargo de una empresa artesanal de tejido de sauces que fabricaba canastas y estatuillas tejidas que estaba ubicada fuera de Moscú. Navalny tenía 9 años cuando ocurrió la explosión de la central nuclear de Chernobyl, ciudad en la que había pasado muchas temporadas con sus abuelos. Cuando regresó a la casa abandonada de su abuela unos 20 años después, solo encontró su viejo abrigo tirado en el piso y fotos de él mismo cuando era niño, todo lo demás había sido robado. 

Alexei Navalny
Abogado y experto financiero, compró pequeñas participaciones en algunas de las empresas más grandes de Rusia para exigir mayor transparencia para los accionistas y el público.

Alexei estudió Derecho en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos de Moscú y trabajó como abogado y corredor de bolsa. En 1998 Navalny comenzó su carrera política en el partido liberal Yabloko antes de involucrarse en la "Marcha rusa", un movimiento de fuerzas derechistas y xenófobas. El partido lo expulsó en 2007, después de que se uniera a una marcha de nacionalistas y neonazis rusos, y fue entonces cuando comenzó a ganar popularidad gracias a Internet, mientras la TV estatal, completamente dominada por Putin, comenzaba a hablar de él como un “títere de Occidente”.

En 2008 Navalny surgió como una fuerza opositora cuando lanzó un blog sobre malas prácticas y corrupción de algunas de las grandes corporaciones controladas por el Estado. Desde entonces, desafió al poder ruso para convertirse poco a poco en el líder de la oposición, caminando por las calles de Moscú en numerosas protestas y denunciando la corrupción de las esferas más altas del Kremlin. "Me gustaría ver a Rusia como un país europeo normal, un país que no amenaza a nadie, no invade a nadie, sino que vive por su propio bien", dijo a la multitud. 

Alexei Navalny
Navalny se involucró en la política rusa a finales de los años 90 cuando se unió a un partido socialista-democrático llamado Yabloko. 

Al principio del año 2010, todavía Navalny era menos conocido que su expresión “Partido de los criminales y ladrones”, que utilizó en su blog para describir a Rusia Unida (el partido de Vladimir Putin) y fue el eslogan de campaña del partido de centro-izquierda Una Rusia Justa en las legislativas del 2011. Navalny se definió como un político liberal y cada vez que lanzó su plataforma electoral, prometió una “revolución anticorrupción”. Acusó a Putin de "chuparle la sangre a Rusia" a través de un "estado feudal" que concentra el poder en el Kremlin y presentó decenas de denuncias por corrupción contra la elite rusa.

Después de las elecciones parlamentarias de 2011, denunciadas como fraudulentas, Navalny llamó a la gente de todas las tendencias políticas (“nacionalistas, liberales, izquierdistas, verdes, vegetarianos, marcianos”) a salir a las calles y defender sus votos, por lo que fue arrestado y encarcelado durante 15 días. Durante las siguientes semanas y meses las protestas recrudecieron y cientos de miles de personas marcharon por Moscú y otras ciudades coreando "Rusia sin Putin" y "Aquí somos el poder". Navalny finalmente había emergido como un actor político influyente y el Kremlin comenzó a considerarlo un peligro para el Establishment. 

Alexei Navalny
Navalny fundó su propio partido y adoptó algunas posiciones nacionalistas antiinmigrantes controvertidas, incluso cuando se postuló para la alcaldía de Moscú en 2013.  

Todo el aparato estatal contra Navalny, que denunció la corrupción del gobierno

Navalny fundó la Fundación Anticorrupción, que se encargó de la producción de dos documentales de investigación, uno sobre el fiscal general ruso, Iouri Tchaïka, y otro sobre el expresidente y primer ministro Dmitri Medvedev. En el primero (con más de 7 millones de vistas), mostró cómo los hijos del fiscal general se enriquecieron de manera ilícita con la ayuda de funcionarios trabajando bajo la autoridad de su padre. El segundo documental fue visto más de 25 millones de veces y acusó a Medvedev de haber creado un patrimonio inmobiliario excesivo gracias a financiaciones ilegales de oligarcas rusos, todo a través de fundaciones benéficas falsas, dirigidas por familiares o amigos.

En 2013 Navalny fue llevado a juicio, acusado por el Gobierno de liderar un grupo que malversó madera de la compañía estatal maderera Kirovles, por valor de US$500.000, cuando trabajaba como asesor del gobernador de Kriov. El juicio terminó con una sentencia suspendida de cinco años de prisión, un veredicto que sus simpatizantes interpretaron como políticamente motivado, pero Corte Europea de Derechos Humanos determinó que no había sido un juicio justo y la justicia rusa ordenó un nuevo proceso. Navalny describió el segundo juicio como una "copia exacta" del primero y vaticinó que sería encontrado culpable una vez más: “Es obvio que estos procesos judiciales fueron fabricados para que no pueda presentarme en las elecciones”, denunció.

Alexei Navalny
Navalny saltó a la fama cuando las manifestaciones contra Putin en diciembre de 2011, doce años después de que el ex oficial de la KGB llegara al poder por primera vez.

Desde febrero de 2014, Navalny fue puesto bajo arresto domiciliario durante varios meses y se le negó el acceso a Internet durante las investigaciones de otro caso de fraude que terminó en una condena suspendida. Navalny se convirtió el principal blanco del Kremlin, que lo hizo objeto de una campaña de denigración y agresiones físicas. En abril del 2016, una cadena de TV estatal difundió documentos supuestamente del MI6, el servicio de inteligencia británico, que revelaron que Navalny trabajaba para la CIA buscando la “desestabilización del orden constitucional de la Federación de Rusia”. Varios observadores criticaron la autenticidad de los documentos indicando que estaban llenos de errores de gramática y de inexactitudes.

Navalny se unió al Partido Democrático Unido Ruso para dirigir varios movimientos juveniles. Más tarde, movilizó manifestaciones masivas contra el partido gobernante Rusia Unida y alentó el llamado "voto inteligente", una estrategia destinada a aflojar el control férreo de Putin sobre el país votando por cualquier candidato en su contra. En 2019, el proyecto Smart Voting ayudó a los opositores a ganar 20 de los 45 escaños en el Ayuntamiento de Moscú, y las elecciones regionales de 2020 vieron al partido de Putin perder su mayoría en las legislaturas de tres ciudades.

Alexei Navalny Detención
En su campaña para la alcaldía de 2013, Navalny criticó abiertamente al partido Rusia Unida de Putin, al que denominó el "partido de los estafadores y ladrones". Navalny obtuvo el 27% de los votos contra un candidato respaldado por el Kremlin.

Después de eso, Navalny prometió utilizar la estrategia durante las elecciones parlamentarias de 2021, que determinarían quién controlará la Duma estatal (parlamento) en 2024, año en que expirará el actual mandato de Putin. Los analistas creían que Navalny era muy capaz de influir en esta votación clave y eso era ser razón suficiente para que Putin lo quisiera fuera de escena. Y la oportunidad llegó en agosto de 2020, cuando agentes del Servicio de Seguridad Federal (FSB) le aplicaron un agente nervioso de grado militar en su ropa interior mientras se dirigía a la ciudad siberiana de Tomsk, lo que lo colocó al borde de la muerte.

Navalny sobrevivió a "Vladimir el envenenador de calzoncillos"

Navalny enfermó violentamente en pleno vuelo y los pasajeros dijeron que lo escucharon aullar de dolor en el piso del avión. Fue tratado por paramédicos siberianos tras un aterrizaje de emergencia y luego fue evacuado en un avión sanitario al Hospital Charité de Berlín donde, en coma inducido médicamente, permaneció durante 30 días. Navalny era tan tóxico que lo llevaron en una camilla sellada que parecía un ataúd. Dijo que no recordaba nada de sus semanas en coma y, cuando despertó ni siquiera reconoció a su esposa. 

alexei navalny
En 2018 se le prohibió a Navalny postularse en las elecciones presidenciales y fue encarcelado tras convocar protestas masivas en Moscú.

Expertos de varios países occidentales, incluidos médicos en Berlín y la canciller alemana Angela Merkel, dijeron que determinaron de manera concluyente que Navalny fue envenenado por Novichok, un agente nervioso desarrollado por los soviéticos. El Kremlin dijo que Navalny inventó la historia del envenenamiento y que estuvo trabajando con la CIA y el MI6 para humillar a Putin y debilitar su influencia.

En una asombrosa operación encubierta, Navalny se hizo pasar por un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia y llamó a Konstantin Kudryavtsev, un miembro de élite del FSB, para pedirle información sobre el intento de asesinato. El hombre le dijo que fue el encargado de limpiar la ropa interior de Navalny “para que no quedaran rastros” después de que cayera en coma y que si el avión no hubiera aterrizado de emergencia, “la situación hubiera resultado muy diferente”.  

Alexei Navalny
En 2011 Navalny creó su Fundación Anticorrupción, que realiza y publica investigaciones destinadas a sacar a la luz los negocios sucios del círculo de élite de Putin.

Cuando salí del hospital y realicé mis primeras entrevistas, en ese momento no tenía ninguna duda de que era una orden directa de Putin”, dijo Navalny. “Me baso en un hecho muy simple: Novichok es el agente más tóxico inventado por los humanos. Y para hacerlo, necesita un laboratorio estatal, necesita enormes esfuerzos del estado para producirlo. Es un arma química. En 2017, Rusia declaró oficialmente que todas las armas químicas fueran destruidas y oficialmente no hay Novichok en Rusia, pero un laboratorio secreto podría haberlo producido bajo las órdenes directas de Putin”.

En enero de 2021 Navalny voló a Rusia desde Alemania y fue detenido poco después de aterrizar en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú. La detención provocó la condena de varias potencias europeas y mundiales y un coro de llamamientos para su liberación inmediata. Días después, un juez lo envió a prisión preventiva durante 30 días por violar los términos de su sentencia de cárcel en suspenso. Según la fiscalía, durante el tiempo que pasó en coma en Alemania, recuperándose del intento de asesinato, no había cumplido con su deber dos veces al mes de informar al servicio penitenciario ruso. 

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A través de su blog, Navalny animó a los rusos a votar por cualquier persona que no fuera el partido “Rusia Unida” de Putin, al que calificó como “un partido de estafadores y ladrones”. 

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El envenenamiento no hizo más que fortalecer la figura de Navalny tanto dentro como fuera de Rusia. "Lo he ofendido mortalmente al sobrevivir", dijo, refiriéndose a Putin, desde una caja de vidrio a prueba de balas en la sala del tribunal que lo condenó. “Putin entrará en la historia como un envenenador. Teníamos a Yaroslav el Sabio y Alejandro el Libertador. Y ahora tendremos a Vladimir el envenenador de calzoncillos”, lanzó. Después instó a los rusos a tomar las calles en protesta y a pesar de su encarcelamiento, pasó a la ofensiva: poco después de que llevaran a su celda, su equipo publicó un explosivo documental sobre el palacio secreto de Putin en el Mar Negro. 

El documental enfureció al Kremlin. Los partidarios de Navalny habían lanzado un dron desde un bote inflable para filmar el recinto, que contaba con helipuertos, viñedos y una pista de hielo subterránea. Utilizaron planos arquitectónicos para hacer reconstrucciones en 3D del interior, que fue equipado con un salón de narguile, un escenario de pole dance y un cepillo de baño de 850 dólares. Las puertas de hierro forjado de la mansión estaban rematadas con águilas doradas de dos cabezas, una copia copiadas de las del Palacio de Invierno de San Petersburgo, una de las residencias de los Romanov asaltadas durante la revolución rusa en 1917. El video fue visto más de 110 millones de veces en YouTube.

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En 2021 la fundación de Navalny publicó una investigación sobre una mansión de lujo en la costa sur del Mar Negro de Rusia, “39 veces más grande que Mónaco” y “pagada con el mayor soborno de la historia” que supuestamente pertenecía a Putin. 

Convertido en el prisionero más famoso de Rusia, Navalny pasó la mayor parte del tiempo leyendo cartas y visitando el comedor donde el menú solía ser avena. Como el resto de los prisioneros, fue obligado a mirar televisión estatal rusa y películas de propaganda durante más de ocho horas al día como parte de lo que las autoridades definen como un programa de “concientización” que reemplazó los trabajos forzados. “Leer, escribir o hacer cualquier otra cosa está prohibido Debes sentarte en una silla y mirar televisión”. Y si un recluso cabecea, dijo, los guardias le gritan: ¡No te duermas, mira!”, relató Navalny. 

“Todo está organizado para que yo esté bajo el máximo control las 24 horas del día", relató desde la cárcel. "Se puede imaginar a hombres musculosos tatuados con dientes de acero que se pelean con cuchillos para quedarse con el mejor catre junto a la ventana. Pero hay que imaginar algo parecido a un campo de trabajo chino, donde todo el mundo marcha en fila y donde hay cámaras de video colgadas por todas partes. Hay un control constante”.

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