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Argentinos apoyan a Fernández en medio de agitación del mercado

A medida que Argentina cojea por segunda semana después de la sorpresa electoral, las actitudes se están endureciendo en ambos lados de la división política. Esa polarización sugiere poco apetito por un frente común para convencer a los mercados.

Alberto Fernánndez
El renunciamiento de Cristina Fernández con Alberto, posibilitó que amplios sectores populares encontraran su espacio de expresión. | ARCHIVO NA PRENSA AF.

Liliana Díaz puede parecer una fuente poco probable de pánico para los inversores. Y, sin embargo, la médica de 67 años de Buenos Aires emitió un voto entusiasta por el candidato de la oposición, Alberto Fernández, en las elecciones primarias del domingo pasado, con lo que contribuyó a su victoria y la posterior caída del mercado. Permanece imperturbable. "El gobierno creó esta situación. Es autoinfligida", dice Díaz.

Las condiciones en su instituto para adultos con discapacidades financiado por el estado se deterioraron con los recortes presupuestarios de Mauricio Macri, y si ayudar a los argentinos pobres "es populismo, bienvenido sea", asegura. En cualquier caso, agregó, la caída de la moneda "no es sorprendente, mantuvieron el peso artificialmente fuerte y la elección lo liberó".

A medida que Argentina cojea por segunda semana después de la sorpresa electoral, las actitudes se están endureciendo en ambos lados de la división política. Esa polarización sugiere poco apetito por un frente común para convencer a los mercados de que Argentina es una apuesta segura, y sin esa tranquilidad, tanto los votantes como los inversores enfrentan la posibilidad de dos meses turbulentos hasta la primera vuelta.

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Los partidarios de Macri se aferran a las esperanzas de que pueda revertir su campaña y logre revertir las elecciones presidenciales del 27 de octubre. Los partidarios de Fernández y su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner, la expresidente, culpan a Macri por los problemas económicos de Argentina, incluida una semana de crisis en el mercado que concluyó con la rebaja de dos agencias calificadoras y la renuncia del ministro de Economía.

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La falta de puntos en común permite que florezcan las teorías de conspiración. Macri las alimentó cuando dijo el lunes, después de la venta masiva, que "esto es solo una muestra de lo que va a suceder". El comentario fue interpretado como si culpara a los votantes por la agitación del mercado y alimentó la creencia de la oposición de que trató de castigar a los votantes de Fernández. Macri se disculpó el miércoles.

"Fue aun peor que el presidente culpara a las personas que tienen derecho a votar", asegura Sofía Gómez, una bailarina de 18 años en el famoso Teatro Colón de Argentina. Gómez emitió su primer voto para Fernández, diciendo que había visto demasiado dolor económico con Macri. Fernández "sería mucho mejor de lo que podría pasar si el presidente actual continúa su mandato por cuatro años más", asegura.

Desde las primarias, los argentinos han retirado dólares de los bancos y los mantienen en casa. El mercado de valores en la segunda economía más grande de Sudamérica cayó 48% en dólares el lunes, la segunda desbandada más grande para cualquier mercado en los últimos 70 años. El rendimiento de los bonos centenarios del país se disparó a un máximo histórico.

Mientras los votantes de Fernández refutaban los argumentos de que su victoria sorpresa fue la fuente de la derrota, los partidarios de Macri luchaban por recoger los pedazos. Un mitin con baja asistencia a favor del presidente el viernes por la noche demostró cuánto impulso perdió.

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Acusaciones de fraude

Los partidarios de Macri recurrieron a otra teoría para su débil desempeño: el fraude electoral. Razonaron que el resultado del fin de semana pasado debe haber sido contaminado ya que era muy diferente de lo que habían sugerido las encuestas de opinión preelectorales.

"Estaba triste, realmente triste, porque no podía creer la diferencia en los votos", asegura Nuria Barberis, una mujer de 43 años del suburbio de Buenos Aires, que se unió a otros votantes de Macri en una marcha del viernes hacia el palacio presidencial para manifestar su apoyo al presidente actual. "Me pareció un fraude".

Las reuniones masivas rutinariamente detienen el tráfico en Buenos Aires; sin embargo, los autobuses pasaban sin problema mientras los manifestantes solo llenaban la mitad de una de las amplias avenidas de la ciudad y difícilmente ocupaban una plaza histórica. Algunos culparon de la asistencia mediocre a un fin de semana festivo; otros dijeron que fue resultado de una mala planificación. Cualquiera sea la razón, la esperanza pende de un hilo para un regreso de Macri.

Macri lanzó una serie de medidas económicas provisionales en un último esfuerzo para apaciguar a los votantes. Daniel Lamagne, un trabajador textil desempleado, afirma que las medidas provisionales suenan huecas, "como el queso frente a un ratón, que luego se lo quitan". Macri "debería haber hecho todo esto cuando asumió el cargo", dice Lamagne, de 54 años, viudo y con dos hijos.

Ezequiel Ciriacos, un estudiante de ingeniería aeronáutica de 23 años, asegura que la victoria de Macri parece difícil ahora y "lo único que me queda es venir a marchas como esta". "Si él no gana, supongo que me iré del país", dice. "Cualquiera que pueda abandonar el país se irá".