CICLO DE ENTREVISTAS
Perfil Educación

Victoria Montenegro: “En el PRO hay muchas diferencias con respecto a la dictadura”

La diputada del Frente de Todos participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Su historia de vida como nieta recuperada. Montoneros y la Contraofensiva. Juntos por el Cambio y los derechos humanos.

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Victoria Montenegro fue entrevistada por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación | Ernesto Pages

Victoria Montenegro participó de una conferencia de prensa organizada por los estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, en la que sostuvo que hay diferencias entre los legisladores que trabajan junto a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta con respecto a las violaciones de los derechos humanos cometidos entre 1976 y 1983. “Hay diputados negacionistas de la dictadura y hay diputados con una postura que reconocen que esa historia pasó y entienden que eso no debe suceder nunca más”, afirmó la diputada de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Todos.

La nieta recuperada número 66 por el Banco Genético de las Abuelas de Plaza de Mayo remarcó su rechazo a los discursos de odio y detalló su trabajo dentro de la Legislatura Porteña para combatirlos. Por otro lado, mencionó la historia de vida de “mucho dolor” que protagonizó hasta llegar a ser Victoria. “En ese proceso para mí todo era mentira, todo era una cuestión política de persecución a papá, que había sido un soldado que había luchado por la patria”, declaró Montenegro en el Ciclo de  Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

Usted declaró en una entrevista que se crió en una casa donde decían que los desaparecidos no existían. ¿Qué significó haber vivido esa historia y hoy estar en otro lugar?

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—Mi apropiador era un coronel del Ejército y hasta que aparezco, estuve absolutamente convencida de que todo lo que tenía que ver con los desaparecidos, con las Madres y las Abuelas, era una gran mentira, no podía pensar que existían personas de carne y hueso a las que les había pasado eso. Cuando me enteré de la verdad, a los 25 años, fue muy difícil poder hacer el proceso hasta recuperar mi identidad. Los nietos tenemos un momento legal que es cuando recuperamos la identidad a partir de la notificación del Banco Nacional de Datos Genéticos, pero eso no constituye la persona que sos, porque en mi caso durante todos esos años le dije "papá" y "mamá" a dos personas que me formaron ideológicamente de determinada manera. Desde que aparecí en el año 2000, tardé siete años en poder decir mi nombre, en poder presentarme como Victoria. Entonces, gracias a esa formación y esa deshumanización que yo había tenido, me significó un proceso tremendamente doloroso poder aceptar mi identidad porque eso era aceptar que las personas que yo mas amaba, principalmente, el hombre que yo más amaba, no era mi papá, sino que era el responsable del asesinato de mis verdaderos padres.

Acaba de decir: “Cuando yo aparezco en 2000”. ¿Esa es la forma que encontró para referirse a la recuperación de su identidad?

—Sí, es muy difícil. A gran parte de mi familia la desaparecen, a mi mamá, mi papá y mi tío. A mi tía Juana la desaparecen cuando mi prima Laura era una beba que queda internada en el hospital. Entonces, yo siempre digo “cuando aparezco”, pero mi prima, que tiene más o menos mi misma edad, me dice siempre: “No apareciste, te buscamos toda la vida”. No es que aparecí, queda raro, hubo gente que trabajó toda la vida para encontrarme, pero es la única forma que yo todavía, después de tantos años, encuentro para explicar lo que a me pasó. Claramente no aparecí, no caí del cielo, hubo mucha búsqueda detrás de mi desaparición, pero es la única forma que yo encuentro.

—Lo dijo en la respuesta anterior y lo escribió en su autobiografía, donde usted dice: “Mi papá mató a mi papá”. ¿Cómo sale de ese lugar y cómo se supera?  

—Hubo un proceso de mucho dolor, porque yo nací en plena dictadura. En el 76 desaparezco a los más o menos 13 días de nacimiento. Mi papá, perdón, mi apropiador, fue el jefe de nuestro operativo. Desde que tengo uso de razón, mi primer recuerdo de la infancia es entrando a lugares cerrados, en plena dictadura, con muchísima seguridad. Lo amaba profundamente, a quien yo pensaba que era mi papá. La causa empieza cuando era chiquita, yo acompaño a Herman, mi apropiador, a un juzgado, creo que era San Martín, tengo el registro de haber entrado con él a la oficina del juez. Ahí veo que el juez saca una carpeta rosa y le dice: "Las viejas están jorobando, pero yo me voy a encargar". Me acuerdo de todo eso siendo una niña de ocho años. Va pasando el tiempo, hasta que a mis 15 años un día vienen y nos dicen: "Las viejas avanzaron, hay un juez montonero, van a fingir un resultado y seguramente me van a llevar a una casa terrorista". La causa es tomada por el juez Marquevich y me citan a sacarme sangre por primera vez, para mí  todo ese proceso era mentira, todo era una cuestión política de persecución a papá que había sido un soldado que había luchado por la patria. Eso lo supe siempre, la formación ideológica, la guerra y el enemigo, siempre lo tuve clarísimo. A mí me notifican en el 97 que ellos no eran mis verdaderos padres y en diciembre del 97 detienen por primera vez a Herman Tetzlaff.  A mí me importaba mucho que mi papá no fuese preso, sentía que la culpa era mía por haber dado sangre. Me acuerdo que mi papá iba preso y yo decía: “Yo lo entregué”. Yo sentía que había entregado a mi papá, todo lo otro no existía, mis verdaderos padres, mi vida, no existían porque toda mi vida había pasado por esa vida de María Sol y él era mi papá. Logramos que salga, él tenía un amigo fiscal que lo ayuda y recupera la libertad. Pero me vuelven a pedir sangre, me niego, me peleo con el juez, la causa va a la Cámara y le prohíben al juez volver a sacarme sangre, así que si hubiera sido por la justicia yo no habría aparecido. Pero el Banco Genético incorpora un mecanismo nuevo de búsqueda y así aparezco en el año 2000 y mi apropiador me informa que había sido el jefe del operativo. Fue muy difícil entender que había matado a mis verdaderos padres. Tardé un montón de años en saber que mi papá no era mi papá y que no era el bueno en esa película. Hoy yo amo a mis verdaderos padres y repudio todo lo que él hizo, pero, a pesar de todo, no lo odio, no puedo odiarlo. A veces se me escapa decirle papá, y algunos de mis compañeros me lo reclaman, yo lo sé pero todavía lo estoy procesado.

Después de todo lo que vivió y transitó, ¿sigue conservando algún vínculo con su familia de apropiadores?

Sí, tengo una hermana de crianza. El matrimonio Tetzlaff tenía una hija de diez años adoptada legalmente, no es hija biológica porque María no podía tener hijos. Tengo una hermana mayor que yo y tengo sobrinos. A mi hermana la quiero mucho, es muy particular ella, sigue siendo Tetzlaff, así que a veces son pocos los temas en común, salvo los chicos o el medioambiente, no puedo charlar mucho con mi hermana de otros temas. Pero sí, yo la quiero mucho y ella sabe que si me necesita yo estoy. Ella me lleva diez años pero yo siempre fui la más madura así que con mi hermana tengo un vínculo. Con la hermana de mi apropiador, mi tia Nely también tengo vínculo, había perdido el contacto y lo recuperé de grande, hoy por hoy es por whatsapp y mi tía, la hermana de Herman, es muy creyente entonces todos los viernes me pone bajo el manto de la virgen y todas esas cosas que para los que no somos creyentes es un montón. Y también con algunos primos por parte de Tetzlaff.

¿Qué mensaje le daría a los negacionistas de los desaparecidos en la dictadura?

—Trabajo mucho en los discursos de odio mediante la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura Porteña, como yo fui negacionista durante 25 años y estaba convencida que eso que a mí me rodeaba era la verdad, considero que hay que construir un puente con el que niega y relativiza la dictadura. Yo creo que acá hay que dividir entre quien sabe que eso sucedió y no le importa, que son los menos, los responsables que llevaron adelante los secuestros, los tormentos, ese sector duro que es mínimo, y algunas personas que no saben muy bien de que se trató el Estado de terror y las desapariciones. Hace poco fui parte de una comitiva de la Casa Anna Frank, estuvimos en Amsterdam y en Berlín. Yo no soy parte de la comunidad judía, pero mi compromiso con el Nunca Más y con el horror del Holocausto es algo que voy a tener toda la vida. Lo que hicieron, el secuestro de nuestros padres, el tormento, la apropiación, que te despojen de todo lo que vos sos y que te implanten en una casa que no tiene nada que ver con tus raíces, tus orígenes, tu vida, todo ese proceso, es algo que nunca más tiene que pasar en la Argentina. Tenemos que trabajar mucho con las nuevas generaciones, ya que pasó hace mucho tiempo y quizá no linkean que aquellos bebés que están desaparecidos con vida, hoy son hombres y mujeres y somos madres y padres de jóvenes que también viven con una identidad falsa. El trabajo permanente y el compromiso con los derechos humanos es que estas historias no tienen que pasar nunca más. Creo que claramente algunos tenemos responsabilidades mucho más importantes, desde tener que trabajar más y redoblar el esfuerzo y la educación, con la formación de los agentes de la fuerzas, contra los discursos de odio y multiplicando este compromiso para que estas historias no se repitan. Hay varios proyectos de ley que se están trabajando en el Congreso no de las personas a pie que tienen todo el derecho del mundo a pensar distinto, pero sí de quienes tenemos responsabilidades institucionales de no poder negar cuestiones por las cuales el Estado Argentino ya se pronunció.

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¿Estaría a favor de una ley que penalice el negacionismo?

Yo creo que hay que poder discutirlo separando la libertad de expresión y pensando en las responsabilidades que tenemos los funcionarios. No es lo mismo lo que pueda decir un vecino cualquiera, que lo que podemos decir los funcionarios. Entonces hay varios proyectos, hay uno que es de Abuelas que se basa en la la capacitación. Si un funcionario niega el Holocausto bueno claramente va a tener que ir al museo del Holocausto, a la Casa de Ana Frank y después de recorrer todo eso, ya no podés negarlo. Es lo mismo que los que niegan la dictadura militar o los nietos. Pero si estoy en frente tuyo, tócame, estoy acá. No me gusta lo que me pasó, solo me pasó y no podés negar que eso que sucedió, que es un horror, aunque yo te caiga muy mal, no importa eso, lo que importa es tu humanidad, tenés que entenderlo. Sobretodo, las nuevas generaciones tienen que saber que esas historias no se pueden repetir. Nosotros empujamos esto, ahora vamos a trabajar en la Legislatura y con Télam en capacitaciones con respecto a los discursos negacionistas para periodistas. Nosotros articulamos pero pensemoslo juntos, yo no sé si es la mejor forma, se que esto no puede suceder, se que un diputado nacional, un legislador, un funcionario público no puede minimizar ni el Holocausto, ni el genocidio armenio, ni la dictadura, porque hay un proceso judicial que lo comprobó, que confirmó que eso efectivamente sucedió, entonces vos no podes ir en contra de lo que tu propio Estado ya se pronunció.

El exlíder de montoneros, Fernando Vaca Narvaja, declaró que la Contraofensiva había sido necesaria y había sido un éxito. ¿Usted coincide con esa postura?

—No, no escuché toda la entrevista, pero a mí me toca otro lugar. Yo soy muy amiga de una de las nietas apropiadas en la Contraofensiva, Victoria Ruiz Dameri. Sus papás regresaron durante la dictadura, su mamá embarazada y ni bien llegan los secuestran y los llevan a la ESMA. Victoria tiene recuerdos, era muy chiquita pero tiene recuerdos de su mamá encadenada, esperando el momento del parto. Nace la beba y es apropiada por Asís, el apropiador de Vicky Donda, que la apropia unos años antes y apropia a la última beba nacida en la ESMA. Yo tengo quizás la peor consecuencia, mi lugar es distinto porque nosotros éramos bebés. Hay una cuestión que a mí me cuesta mucho, lo entiendo en términos políticos e ideológicos, quizás, desde una lectura de la que yo no fui parte. Yo era parte de los bebés que pagamos las peores consecuencias porque fue el secuestro y la apropiación. Entonces me cuesta mucho todavía poder ordenar porque hay un factor humano que me atraviesa, que a nosotros nos atravesó desde un lugar distinto. Por supuesto respeto la lucha de quienes estaban dispuestos a entregar la vida por un país más justo, lucha que era de mis padres, pero yo lo veo desde otro lugar y nunca puedo minimizar el impacto humano en la pérdida.  Otra cuestión que yo siempre discuto mucho y que tiene que ver con los bebés que todavía siguen desaparecidos. Quizás entender cuánto impactó en un sector de la sociedad el no meterse o el no comprometerse con la búsqueda que todavía tenemos centenares de hombres y mujeres que llegaron a hogares de hombres y mujeres, de mujeres que nunca estuvieron embarazadas, es muy fácil saber que una mujer no estuvo embarazada y que llega con un bebe pero todavía no dicen nada. Entonces, mi forma de interpretar ese proceso histórico es desde otro lugar.

¿Qué piensa de la responsabilidad política de que un exlíder montonero salga a reivindicar la Contraofensiva?

No hay una sola postura con respecto a aquel momento de la historia. Mis referencias pasan por otros actores políticos, que con más madurez y desde otro lugar plantean ese proceso histórico. Hay muchos compañeros de aquellos años que hoy por hoy me ayudan muchísimo a poder aprender de esos errores. Me parece que todos cometemos errores, obviamente separando la diferencia entre el estado de terror que no hay punto de comparación y los errores que pudieron haberse cometido en aquellos años. Yo no fui parte de eso, pero hay una cuestión de respeto con respecto a quien se jugaba la vida todos los días. En el caso de mis padres, yo pienso en mi mamá que a los 16 años activamente militaba, luchaba y tenía tanta claridad en su posicionamiento político, que por supuesto le respeto y claramente dejó su vida, le arrebataron la vida en esa lucha. Entiendo que nosotros tenemos que aprender de nuestros errores. Es lo mismo que yo me siente y diga bueno desde que asumí como diputada hice todo bien, no, claramente que no, siempre tuve las mejores de las intenciones y haciendo todos nos equivocamos. Pero siempre soy muy cuidadosa con respecto a no minimizar el impacto de la pérdida. A mí, lo que siempre me hace mucho ruido es como efectivamente trabajamos en combatir los discursos de odio. A veces no nos damos cuenta y queremos responder y replicamos algo lo cual no compartimos, digo sí yo creo en el valor de la vida, independientemente de cómo pienses, quizás porque en la vida me toco perder demasiado, para mí la vida, la política y el diálogo como algo que efectivamente nos sirva para construir, pensemos distinto y es sano pensar distinto. Por eso es muy difícil interpretar ese tiempo histórico en esta realidad nuestra, sobretodo con los más jóvenes que tienen naturalizada la democracia, digamos es muy difícil y yo soy muy cuidadosa en ese sentido, sí reivindico la lucha de mis padres por supuesto eso llena de orgullo, pero este presente nos tiene que encontrar en un lugar distinto y pensando cómo podemos construir a futuro desde el respeto y con otra cabeza.

En una entrevista con Jorge Fontevecchia, el periodista Horacio Vertvisky señalo que, a diferencia de Macri, Larreta no duda en hablar de la dictadura, en condenar lo que pasó. ¿Usted cree lo mismo sobre Larreta?

—Yo ingresé a la Legislatura en el peor contexto. Con Macri de presidente y Larreta como jefe de Gobierno pensando como en esa pared donde todo es igual, a veces uno también tiene que hacer un ejercicio y deconstruir eso que en algún momento lo constituyó. Y claramente no, no son todo lo mismo, en el PRO hay muchas diferencias con respecto a la dictadura. La verdad es que hay diputados, sobre todo más cercanos a Larreta, con los que compartimos esto, una base. Con los que recorremos los espacios de memoria, con los que podemos compartir proyectos, que en definitiva son para la sociedad, tienen que ver con el negacionismo, con políticas de derechos humanos y con política de inclusión. Por ejemplo, yo presenté un proyecto de Ley para crear la Comisión de Discapacidad ni bien asumí y logramos en dos años crearla de forma especial y ya es permanente. Logramos poder hablar con diputados que entiendan porqué era importante esto de la discapacidad y que el 10% de nuestra población tiene alguna discapacidad. Y plantear temas de inclusión con respecto a la discapacidad. Hay personas con las que sí se puede hablar y otras con las que es muy difícil hablar. Creo que no son lo mismo en líneas generales y lo que sí claramente hay una diferencia que es de fondo, que tiene que ver con el proyecto político que se defiende, si vos dejas que absolutamente todo lo regule el mercado y, bueno, vamos a tener un problema. ¿Qué es lo que planteaban? Bueno, lamentablemente un periodista se lo preguntó y dijo: ¿cuánto cuesta un discapacitado? Esas preguntas no deberíamos hacernos como sociedad.

—¿Entonces coincide con Vertibisky en afirmar que Macri y Larreta no tienen una misma postura frente a la dictadura?

Sí. No son lo mismo, mentiría si dijera que son lo mismo. Hay diputados abiertamente negacionistas que atacan a los organismos de Derechos Humanos, que atacan a Estela de Carlotto, una persona referente en el mundo y que ha logrado encontrar 130 personas adultas, o el trabajo del Banco Genético y del Equipo Argentino de Antropología Forense, que tienen prestigio internacional. Tenés abiertamente un negacionismo y tenés una postura que reconoce que esa historia pasó y entiende que eso no debe suceder nunca más. No, no son lo mismo, por lo menos lo que veo con sus legisladores. Al menos, esa es mi experiencia y desde mi lugar. De algunos que abiertamente te niegan, que te dicen que los derechos humanos son un curro, que habría que terminar con los organismos de Derechos Humanos, que llevan adelante el 2 x1, y otros que dicen que ya se terminó la impunidad para todos, que son un actor político que reconoce el 24 de Marzo, que cuentan que su propia vida fue atravesada por esa historia y que trabajan para hacer otra cosa. Pero bueno, eso se define en otro escenario, que son las elecciones.

—Agradecesmos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación y le damos la posiblidad de cerrar el reportaje con un comentario final que quiera realizar.

—Quiero agradecerles a ustedes el espacio y felicitarlos porque es muy importante que se formen como periodistas, que estudien y que puedan ejercer su pasión con compromiso y responsabilidad.

Por Melody Blanco, Romina Veloso, Julieta Morales.
Estudiantes de Periodismo Perfil Educación
Escuela de Comunicación