MODO FONTEVECCHIA
ANÁLISIS DE GOBIERNO

Alfredo Serrano Mancilla: "El gol que le falta a Milei es no disociarse de la realidad"

El analista y escritor considera a la literatura como un terreno fértil para abordar cuestiones políticas mediante la ficción, como lo hace en su última novela, en el que narra la historia de un futbolista estrella que se presenta a elecciones en Argentina. "Cuando un presidente se disocia de lo que pasa tiene una derrota por goleada", precisó en Modo Fontevecchia.

Alfredo Serrano Mancilla
Alfredo Serrano Mancilla | NA

Alfredo Serrano Mancilla presentará en la Feria del Libro "El gol que me falta", novela en la que narra la historia de un jugador de fútbol estrella que se presenta a presidente en la Argentina. El autor contó que buscó, mediante la ficción, "poner a la democracia en jaque, al discutir situaciones inesperadas”. "Lo escribí en los tres últimos años previos a la llegada de Milei, iba percibiendo que estaban pasando cosas y me parecía interesante abordarlas desde un thriller electoral", expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Alfredo Serrano Mancilla es economista, asesor político y Director Ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). Como investigador realizó trabajos en Argentina, Bolivia, México, Ecuador, Venezuela, España y Canadá. Está lanzando su nuevo libro, “El gol que me falta”, que presentará oficialmente en la Feria del Libro. Recientemente afirmó: “El gol que le falta a Milei es que tenga responsabilidad, no desapegarse”.

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¿Qué punto de contacto hay en la novela y en el novelista con el asesor político, con el sociólogo, con el pensador, con lo real?

Esta novela, creo que, por un lado tiene el objetivo de contar cosas saliendo de la autocensura que nos imponemos cuando hablamos, pensamos o escribimos. Creo que la literatura es un género muy fértil, maravilloso, para poder abordar, a partir de la ficción, todo lo que tiene que ver con la política y las elecciones en una sociedad en movimiento, y por momentos aparentemente distópica, como es la argentina. 

Creo que es otra manera de afrontar lo que sigo estudiando. De hecho, lo escribí en los tres últimos años previos a la llegada de Milei, Iba percibiendo que estaban pasando cosas y me parecía interesante abordarlas desde un thriller electoral que es un género literario poco explotado y que siempre tiene su desenlace final en el día de la elección.

Luego, abordar todo ese laberinto que es una elección, que yo creo que tiene mucho de magnificar emociones, contradicciones, mezquindades, de situaciones surrealistas que van pasando, y poner a la democracia en jaque a la hora de discutir situaciones inesperadas. Por eso yo quería traer parte de la experiencia, contándolo de otra manera, seguramente se desliza mi hipótesis política de fondo, pero con muy poco prejuicio. 

De hecho, poco tengo que ver con quien escribe. El candidato, que es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, argentino, quien se retira y a la hora de decidir qué hace el día después, acepta una propuesta para ser candidato presidencial en la Argentina, y a partir de ahí se desenlaza la trama, con ese trasfondo de un futbolista más que reconocido y exitoso, cómo sería el desembarco a la política y a las elecciones en un país como Argentina

En la novela hay cosas reales y hay cosas ficcionales, y me apetecía ponerme en la figura de este personaje, que además no es nuevo. Si vos miras Paraguay, estuvo el caso de Chilavert, que fue candidato presidencial. En África hay un ex presidente de Liberia, George Weah, jugador del Milán que fue Balón de Oro. 

Creo que en Argentina tampoco me parece tan descabellado, a pesar de ser ficción, que un día, más pronto que tarde, tengamos una situación de este tipo. 

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¿Y cuál es el gol que le falta a Milei en particular?

Yo diría que no disociarse de la realidad. Es el gol que le falta a cualquier político que tenga responsabilidad, no desapegarse. No inventar, no disociar lo que pasa en el día a día. 

Cuando a un presidente le consulta por el precio de la leche, si no lo sabe, es preferible decir “no lo sé y ahora voy a llamar a mí Ministro para saber cuál es el precio”, más que desprestigiar a la periodista que le hizo esta pregunta, como en el caso de la BBC, o incluso tratarla mal por una pregunta que es muy pertinente para la ciudadanía

Yo creo que cuando un presidente se disocia de lo que pasa en la cotidianidad, en la heladera de la mayoría de las familias de un país, es cuando va a tener una derrota por goleada más pronto que tarde.

Para esto hay que tener perspectiva de las cosas, no será ni el primero ni el último. Hicimos un trabajo reciente en CELAG de análisis de los presidentes en América Latina, de que algunos empezaron con un promedio de imagen positiva similar a la de Javier Milei, incluso superior, pero en los últimos cuatro meses terminaron con una imagen positiva en el piso. Como por ejemplo Piñera, Lasso, Duque, y demás.

Y podríamos agregar también a Alberto Fernandez, que en el momento de la pandemia llegó a tener un 80% de imagen positiva. 

También, durante varios meses. El primer semestre después de su toma de posición tenía una imagen positiva muy superior a la de Javier Milei. A Piñera le pasó parecido, a Duque también. Y en esto creo que todos los signos ideológicos tienen que tener perspectiva, más allá si van a un lugar u otro.

Y todo depende de cuanto te disocies de la realidad porque es importante entender lo que le pasa a la gente, más allá de las batallas culturales que quiere dar, que son legítimas, pero cuando el estómago no está lleno, la batalla cultural tiene un freno. 

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Permitime ser tan disruptivo como el propio Milei. Nosotros medimos la popularidad de los presidentes en sus países, entonces, imaginemos por un instante que, en realidad, el público que Javier Milei quiere conquistar no es argentino sino el público global de la derecha, y que a ese público le habla Milei, por lo cual, si en su plan económico triunfe o fracase en la Argentina no es tan importante para él como lo fue ganar las elecciones. ¿Se podría medir, en las redes sociales, el grado de llegada que deja Javier Milei a nivel global? Porque si uno se basa en sus discursos, como el de ayer en Los Ángeles o como el de Davos hace un par de meses, pareciera que la popularidad que él desea, no está en su país. 

Además de ser una gran idea, nosotros lo hemos medido. Presidentes de un país, en otro país. No en el caso de Milei, pero lo tendremos más pronto que tarde. 

Pero existe ese tipo de juego, porque es cierto que Javier Milei tiene un público internacional, pero con cierta afinidad ideológica. De hecho, en España se va a reunir, no con el partido de la derecha española, sino con el partido marginal de la ultraderecha española

Es importante aclarar que en España el partido popular de la derecha española, que ha tenido presidencia desde Aznar hasta Rajoy, no va a recibir con honores a Javier Milei. Sí lo va a hacer VOX, que es un partido hijo del franquismo y que hoy en día es cuarto en términos de electorado en España.

Efectivamente, tiene su público internacional, con ciertas facilidades ideológicas, pero también hay una parte del público mundial que está desconcertado y no termina de entenderlo. Mucha gente no termina de entender a Milei, desde la clase política hasta la ciudadanía, porque sus códigos, sus formas y su violencia verbal es difícil de digerir.

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Creo que estamos en un momento donde Javier Milei está intentando recibir el aplauso de determinados foros, pero también el rechazo inequívoco. Yo no sé si él cree que hay una conexión entre la performance internacional para un determinado sector con su popularidad en la Argentina. Dicho sea de paso, cuando uno mira las encuestas con lupa, empieza a crecer eso que se llama “regular-bien”, y baja un poco eso que llaman “buena” o “muy buena”. 

Dicho de otro modo, se atenúa el apoyo positivo que tienen, que yo creo que está más basado en el odio hacia la otra parte de la política, que en afinidades hacia él porque el día a día de los precios de las cosas, los bajos salarios y una situación económica al borde del colapso, y que pretenda normalizar y naturalizar. Yo creo que más pronto que tarde tendrá un respaldo cada vez más decadente

MB FM