MODO FONTEVECCHIA
FÚTBOL ARGENTINO

Daniel Vila: "El ascenso de Independiente Rivadavia fue la noche más feliz de mi vida"

El presidente del Grupo América habló sobre su pasión por el fútbol, la decisión de involucrarse en el club de su provincia natal y el ascenso a la máxima categoría.

Daniel Vila
Daniel Vila | NA

Daniel Vila, presidente del Grupo América, sostuvo que el éxito en el deporte implica planificación, trabajo duro, perseverancia y un poco de suerte. "Hay cosas que no tienen precio", declaró el empresario sobre el ascenso de Independiente Rivadavia de Mendoza, en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

¿Cómo alguien que está hecho en la vida y a quien le sobra todo puede interesarle dedicar su tiempo a que el club de fútbol de su provincia natal ascienda a Primera? ¿Por qué te da más placer eso que ser, por ejemplo, el accionista principal de Edenor?

Porque el fútbol es una pasión, siempre estuve vinculado al deporte, entiendo que es la manera de devolver algo de todo lo que me dieron mi provincia, y porque hay una cosas que me pasó y me viene pasando, pero fundamentalmente me pasó este fin de semana, que fue ver caras de alegría, de felicidad, de agradecimiento, gente llorando con una ilusión cumplida después de toda una vida.

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Independiente Rivadavia de Mendoza es campeón y de Primera

Hay cosas que no tienen precio, tienen mucho valor emotivo, emocional, pero la verdad que no tienen precio. No tuvo precio para mí eso, ver la alegría de tanta gente, esperándonos en Mendoza después de la final en Córdoba, a la orilla de las calles en Mendoza, y ese tránsito del aeropuerto hasta el estadio, que duró cerca de dos horas, en una caravana con autos, con gente agradeciendo, con señores mayores llorando, no tienen precio. Y bueno, es eso.

¿Fue una de las noches más felices de tu vida?

Fue la noche más feliz de mi vida.

Román Iucht: ¿Cuál es el secreto del éxito? No es el primer año de Independiente con la ilusión concreta de lograr el ascenso, ni de su proyecto, cuando arrancaba la temporada, de decir esta vez sí puede darse. ¿Por qué esta vez sí se dio?

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Bueno, es cierto, es la segunda vez que me toca vivir un ascenso de Independiente. En el 2005 llegué al club y estaba en el Argentino A, ascendimos a la Primera B, o la Primera Nacional, como se llama ahora, y esta vez ascendimos a la Liga Profesional.

¿Cómo se hace? ¿Cuál es la clave? Como todas las cosas en la vida, ¿no? Primero, pensarlo, diagramarlo, tener un plan, soñar ese plan, estar convencido de ese plan, y después mucho trabajo. Siempre, por supuesto, hace falta perseverancia en los momentos duros, difíciles, y como todo en la vida, hay que tener un poco de suerte, y también ese condimento. Esa mezcla de trabajo, perseverancia, calificación y suerte, tuvo estos resultados favorables.

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RI: La Argentina tiene a la selección campeona del mundo, al mejor jugador del mundo, acaba de ser sede de un Mundial Juvenil, ya tiene garantizada de mínima la posibilidad de ser anfitrión de un partido del Mundial 2030, y en todo lo que implica selección, un respeto extraordinario y unánime en el planeta fútbol.

Y en contraposición, una Liga de 30 equipos, un torneo de la Primera Nacional del que usted podría hablar mucho mejor que yo, lo que representa jugar 37 equipos un torneo, esto no tiene parangón en el mundo del fútbol al día de hoy.

¿Qué reflexión le merece este contraste y qué se puede hacer para intentar que el fútbol argentino se acerque todo lo que se pueda a la Selección Argentina?

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Puede que haya alguna falla del tipo conceptual, administrativa o de organización de los torneos. Puede que haya también algún fallo arbitrario discutible, pero esto pasa siempre en el fútbol. Yo creo que nuestro fútbol está en una transición entre lo que fue la era Grondona y la nueva diligencia, que se chocaron. Estos procesos no llevan días, ni meses, ni años, a veces llevan décadas. Esta nueva conducción de AFA lleva, creo, que cuatro años.

No hay que perder de vista lo deportivo. En definitiva, esto es un deporte que tiene resultados. Y en lo deportivo, Argentina acaba de salir, en ese periodo de Chiqui Tapia, campeón de América y tenemos al mejor jugador del planeta. Entonces, esos resultados deportivos son muy importantes porque movilizan a la sociedad y, básicamente, movilizan a los jóvenes a interesarse por practicar un deporte.

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Ahí es donde los clubes toman relevancia, como un lugar de contención de esa juventud que en vez de ir a hacer cosas raras en la calle, o estar drogados o ir a robar, se inclinan por el deporte.

Entonces, rescato eso y creo que hay que darle la derecha a esta diligencia, que nos puede gustar más o menos, para que tenga el tiempo de ir modificando y perfeccionando lo que creemos que hay que hacer.

Yo hago, aproximadamente, 2000 reportajes por año, y por lo menos 100 desde hace 20 años. Y una pregunta que siempre le hago a las personas exitosas es si creen en la suerte. Cuando me dicen que sí, los respeto más. Vos mencionaste la palabra "suerte". Tenés éxito en todos los campos de la vida. ¿Creés que la suerte juega un papel fundamental?

No, no creo que juegue un papel fundamental, creo que la suerte es necesaria e indispensable en algún momento.

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Me voy a remitir al campo deportivo, al fútbol, de lo que estamos hablando: la Selección Argentina jugó el mundial y salió campeona, pero tuvo suerte, porque a pesar de haber hecho todo bien, en el último minuto, el arquero, Dibu Martínez sacó una pelota de suerte con el pie, en el último minuto, y si no le pegaba en el pie y la pelota pasaba cinco centímetros más hacia la derecha o la izquierda, se metía en el arco y no éramos campeones del mundo.

Pero esa cuota de suerte, yo creo que es la que en la vida uno necesita. En qué instancia y en el momento crucial, es lo que marca la diferencia entre ser campeón del mundo o ser subcampeón del mundo.

¿Cuánto tiene que ver Mendoza con que haya sido la noche más feliz de tu vida? Con aquella frase de que "la patria es la infancia". ¿Cuánto es fútbol y cuánto tiene que ver con lo que representa emocionalmente el terruño?

Una cosa va unida con la otra porque, no por casualidad yo soy dirigente de un equipo que está en Mendoza, que es donde nací, en donde estudié, en donde me crie, en donde empecé a dar mis primeros pasos laborales, primero como abogado, después como empresario. Entonces una cosa está vinculada con la otra.

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Yo paso más tiempo en Buenos Aires que en Mendoza. Si me gustaba o me gusta el rumbo, podría haber decidido por meterme en la dirigencia de un club porteño. Sin embargo, no, lo hago en mi provincia, porque es ahí donde nací. Entonces, una cosa está ligada con la otra.

¿Tu padre era de Independiente Rivadavia?

Sí, pero nunca fue dirigente, iba a la cancha como hincha.

¿Él te llevó a la cancha a vos?

Cuando era chico, sí. Él me llevó a mí, y yo después llevé a mi hijo. Agustín también fue presidente de Independiente Rivadavia. Tenemos una historia familiar ligada a ese club.

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Y esa noche, ¿recordaste a tu viejo?

Muchísimo, porque en el primer campeonato de ascenso en el 2007, mi papá tuvo mucho que ver con ese campeonato, porque se disputaba como play-offs, o sea, el que perdía quedaba afuera.

Nosotros habíamos salido primeros en la zona de campeonato, pero nos tocaba ir a esas eliminatorias. Perdimos el último partido de eliminatoria, habíamos salido primeros, y quedamos afuera del campeonato. Resultó ser que había dos clubes, uno que podía ascender y otro podía descender, que arreglaron el partido entre ellos de manera espuria.

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Cuando terminó el partido, mi papá me dijo: “No, no estamos eliminados, vos tenés un as en la manga". Y yo, la verdad no tenía ningún as, y le dije, “no, viejo, no tengo un as en la manga. Estamos afuera, estamos eliminados”, y él insistió con que “no, yo te conozco”.

Bueno, me fui a dormir esa noche, muy angustiado por la eliminación, pero esas palabras que me había dicho mi padre me quedaron en la cabeza. Y yo dije  "tengo que hacer algo, tengo que buscar la forma, porque estos dos equipos han hecho trampa. No han jugado correctamente”.

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Al día siguiente, llamé a otro equipo de la ciudad de San Luis, que había perdido la categoría como consecuencia de ese arreglo de estos dos clubes, y le dije “miren muchachos, ¿por qué no hacen algo con ustedes?”. Se pusieron a trabajar en AFA, lograron demostrar que había habido un acuerdo espurio entre esos dos clubes, y en una sanción le quitaron 18 puntos a cada uno, con lo cual, ese equipo de San Luis no descendió, y nosotros pasamos a jugar la final.

Jugamos la final, la ganamos en el último minuto por penales también, y ascendimos a esta categoría, donde estábamos hasta el domingo, la Primera Nacional.

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Entonces, cuando fuimos a jugar el domingo, yo le dije “viejo, yo ya me ocupé del primer ascenso del 2007, este te toca a vos". Y yo creo que desde el cielo estaba mirando el partido y me ayudó a que el ascenso se produjera.

Por eso me acordé mucho de él, le agradecí mucho, me emocionó mucho más. Por eso digo que fue para mí casi una noche mágica, porque también tenía esta historia personal de vida, que era muy mía y la viví de esa manera.

MVB JL