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Día 29: Urgencia y Ómnibus

Javier Milei nos pide que suspendamos la discusión democrática y que confiemos en su pericia para resolver lo que él llama “la crisis más importante de la historia del país”. Esta semana se cumple el primer mes de mandato y se tratan en el Congreso el DNU y la Ley Ómnibus. Ambos apuntan a la reestructuración total del entramado productivo, económico y social del país.

Las Cámaras comenzaran a tratar las iniciativas del Ejecutivo
Las Cámaras comenzaran a tratar las iniciativas del Ejecutivo | Télam

“A diferencia de la instancia de Urgencia, Argentina hoy está en un pase de guardia. En este momento, los profesionales se encuentran para hablar del paciente, debatir y tomar decisiones sobre cuál es el mejor tratamiento. Los problemas de nuestro país se arreglan con más democracia y no con menos, el Presidente aún está a tiempo de recapacitar sobre esto”, señaló Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del lunes 8 de enero de 2024.

Falta muy poco para cumplir un mes de la presidencia de Javier Milei y hoy comienza formalmente el tratamiento de la Ley Ómnibus y del Decreto de Necesidad y Urgencia enviado por el Ejecutivo al Congreso. En medio de una fuerte disputa con posiciones encontradas en todo el arco político, el gobierno trabajará para apoyar las leyes de emergencia que considere necesarias para dar sus primeros pasos de gestión. 

Esta semana entra en debate en el Parlamento la ley Ómnibus y el DNU 70/23, dos ejes sobre los que el gobierno plantea la continuidad de su gestión. La ley Ómnibus plantea verdaderamente un desafío legislativo: en ningún otro momento de la historia se planteó un cambio tal como el que deviene de las Bases de las que hablan las normas que envió el gabinete en cuanto a magnitud de temas y cantidad de cambios. 

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¿Buen o mal camino? Una encuesta develó qué piensan los votantes de Milei sobre el rumbo económico

Un dirigente de la oposición señaló que ante la necesidad de la discusión parlamentaria, el gobierno, textualmente, “llegó con un ómnibus y se irá con muchos remises”. Seguramente, el devenir de la negociación hable más de parcialidades que de totalidad. Tal es la esencia de la democracia. Se trata de ir por todos los caminos posibles antes de tomar atajos.

El diccionario define la palabra urgencia como: “Necesidad o falta apremiante de lo que es menester para algún negocio”.  En una segunda acepción, agrega: “Sección de los hospitales en que se atiende a los enfermos y heridos graves que necesitan cuidados médicos inmediatos”. Al respecto la Organización Mundial de la Salud entiende urgencia como una “aparición fortuita, en cualquier lugar o actividad, de un problema de causa diversa y gravedad variable que genera la conciencia de una necesidad inminente de atención por parte del sujeto que lo sufre o de su familia”.

En todas estas distintas caras del significado de la palabra urgencia, se deja ver el mismo común denominador: lo inminente, la necesidad de una intervención, de una cirugía que salve al paciente antes de empeorar o morir. 

Cuando un paciente entra en la sección de Urgencias de un hospital, no se pone a discutir con el médico, no hay una asamblea de profesionales que se debate y vota cuál es el mejor tratamiento. Hay un médico que decide y el resto obedece. Hay alguien que asume la responsabilidad de la situación. El tiempo que llevaría un debate sobre la mejor manera de intervenir sobre el paciente es completamente definitorio. Es una cuestión de vida o muerte. 

El DNU de Milei y el desafío del peronismo 

Todas las cautelares discuten sobre la necesidad y urgencia, que obviamente se trata de algo subjetivo. Para el jefe de los abogados del Estado, solamente el Presidente tiene la potestad de decidir qué es urgente y qué no para su propia perspectiva, dejando de lado a la justicia y al Congreso. 

Ese estado de excepción es el que pide el presidente Javier Milei a partir del Decreto de Necesidad y Urgencia 70-23. Ese es su relato. Nos pide que suspendamos la discusión democrática y que confiemos en su pericia para resolver lo que él llama “la crisis más importante de la historia del país”. Que sea con el consentimiento del paciente, que incluye a la mayoría del pueblo argentino que lo votó y también a quienes no lo votaron. 

Esta semana se cumple el primer mes de mandato y se tratan en el Congreso el DNU y la Ley Ómnibus. Ambos apuntan a la reestructuración total del entramado productivo, económico y social del país. La Ley Ómnibus, en su artículo 1, le otorga poderes extraordinarios al Presidente para que pueda legislar sobre los temas centrales de nuestro país. Esta parte de la normativa vuelve al Congreso prácticamente un órgano decorativo.  

Es cierto que estamos en un país presidencialista y que Milei se posó sobre una lógica de sanciones de DNU y paquetes legislativos que comenzaron anteriormente. 

Los Decretos de Necesidad y Urgencia a lo largo de la historia argentina

Entre mayo y diciembre de 1810, la Primera Junta de Gobierno, se puede decir metafóricamente, lanzó la primera Ley Ómnibus.  Creó La Gaceta, el primer periódico bajo un gobierno autónomo; liberó el comercio exterior, creó la primera escuadrilla naval y el Ejército. Creó el Departamento de Comercio y Guerra. Abrió la Escuela Militar de Matemática, destinada a la formación de oficiales jóvenes. Habilitó nuevos puertos para agilizar la exportación de productos del país. Decidió sofocar los epicentros contrarrevolucionarios y tuvo la iniciativa de reunir un Congreso en que hubiera representación de los distintos territorios del Virreinato.

Podríamos decir que se inauguró una tradición en la que los grandes cambios son hiper centralizados y a gran velocidad. 

Javier Milei defendió el DNU y la Ley Ómnibus: "No negociamos nada" 

Volviendo mucho más acá en el tiempo, en 1989, el gobierno de Carlos Menem envió junto a Roberto Dromi, su ministro de Obras y Servicios Públicos, su proyecto de Ley Ómnibus, llamado Ley de Reforma del Estado

Dromi, en declaraciones a la prensa sobre la Ley de emergencia económica en 1989, aseguraba que la Ley de emergencia económica tenía como fin paliar la crisis: “Se trata de medidas con las que el poder ejecutivo pretende paliar esta grave crisis por la que estamos atravesando”. 

La ley ómnibus que envió al Congreso Milei se inspira en aquella de Roberto Dromi, que en ese momento era considerado el tratadista de derechos de administración pública más importante de Argentina,  luego quedó catectizado por el mal funcionamiento de algunas de las privatizaciones, como una persona que perdió gran parte de su prestigio.

Menem, dos años después, emitió un DNU que desregula la economía. Un 31 de octubre de 1991, Carlos Saul Menem decretó la desregulación de la economía a través de una cadena nacional, en la que aseguraba que a partir de ese momento se rompía “la telaraña de un Estado prebendario”

Milei; el discurso y el método 

Las medidas de Javier Milei son similares a las de Carlos Menem, el discurso también, pero el tono hacía las instituciones es completamente distinto. Menem había ganado holgadamente y tenía mayorías en las Cámaras y además, provenía de otra tradición partidaria: el peronismo, el partido del poder en la Argentina. Milei muchas veces desdeña las instituciones e incluso mostró su ambigüedad cuando le preguntaron si creía en la democracia.

Carlos Menem no fue el único. En el reportaje que se le realizó a Rodolfo Barra para el Diario Perfil, con mecanismo de defensa y cierta forma de pinchar a la oposición, dice que el cambio de la moneda que hizo Alfonsín fue a través de un DNU,  es decir que cambió el régimen monetario sin haber pasado por el Congreso, porque antes de 1994 no había una regulación que le pusiese algún límite al DNU. Además, hay otro antecedente: el Plan Bonex, cuando se confiscaron todos los depósitos, de hecho muchas veces se habla de la posibilidad de que si no funciona el plan de Toto Caputo, la solución sea algo parecido al Plan Bonex. 

El ministro de Economía de Carlos Menem, Erman González, afirmaba que el Plan Bonex, “resuelve cuál va a ser el mecanismo de aplicación entre el sistema financiero con la cantidad de bonex faltantes que tiene para entregar a los depositantes”. 

Antecedentes como estos demuestran que el gobierno exagera cuando dice que esta es la “peor crisis de la historia”, hubo peores. 

Al mismo tiempo, la oposición exagera respecto de la potestad de crear DNU, lo cierto es que una cosa es crear un Decreto de Necesidad y Urgencia para cambiar la moneda o para confiscar todos los depósitos y otra cosa es mandar 300 medidas en un DNU. El Jefe de los Abogados del gobierno tiene razón desde la lógica pura sobre que la Constitución no aclara que el DNU pueda ser utilizado solo para una ley, pero desde el punto de vista de la esencia, no era esa la función de un DNU, que en su naturaleza, si es de urgencia, debería ser sobre un punto o una serie de puntos en particular. 

Nestor Kirchner también utilizó los Decretos de Necesidad y Urgencia, incluso, un caso típico de intervención sobre otro poder, es el discurso de renovación de la Corte Suprema del 5 de junio de 2003, cuando declaró que desde su gobierno asumían “un fuerte compromiso para lograr incrementar la calidad constitucional”. 

Cada uno viene a contar la necesidad de cambiar completamente las formas que lleva adelante la vida cotidiana. La Argentina vive en un continuo cambio y no cambio, cambia cada 180 grados. Es decir, los 90’ de Menem vinieron a sobreactuar el opuesto de los 80’ de Alfonsín; el 2000’, primero de Duhalde y luego de Kirchner, vino a sobreactuar los 90 de Menem;  ahora el 2023/2024 de Milei viene a sobreactuar los 2000’ del kirchnerismo. Cada uno, en cada ciclo, lleva el péndulo más hacia el extremo. ¿Es cambio o finalmente no cambia nada? Tal vez el verdadero cambio no sería el opuesto del opuesto, sino ir al centro y producir un sincretismo.

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Siguiendo con la renovación de la Corte Suprema, Néstor Kirchner asumió la tarea de juzgar a la Corte Suprema de Justicia que venía del menemismo y que se había ganado el mote de “mayoría automática”, porque todos los fallos convalidaban las decisiones del Ejecutivo. 

El 3 de diciembre de 2003, Eduardo Moliné O’Connor se convirtió en el primer juez de la Corte Suprema de Justicia en ser destituido por el Senado de la Nación.

El kirchnerismo protestaba contra la Corte de Mayoría automática y adicta al poder de los 90, pero también le hizo juicio a la Corte que no le daba la razón en nada al Poder Ejecutivo y que ahora se opone a las decisiones del gobierno de Milei que considera ilegales, como la ha manifestado su presidente, Horacio Rosatti, en más de una aparición pública. Es decir, aquella Corte de la que Néstor se quejaba, que finalmente cambió, es la misma de la que se quejó el kirchnerismo y probablemente ahora empiece a quejarse Milei, como ya anticipó Horacio Rosatti 

Además, cabe destacar que el cambio que genera para que se apruebe un DNU, tiene que ser votado por la mayoría, no sólo por las dos cámaras, lo cual fue una iniciativa del gobierno de Cristina Kirchner que hoy puede utilizar Milei y sin la cual sería muchísimo más difícil aprobar esta iniciativa. El DNU, para quedar inválido tiene que ser rechazado por las dos cámaras, por lo tanto con que una sola lo apruebe queda válido. Es decir, es mucho más fácil aprobar un DNU a través del Congreso que aprobar una Ley a través del Congreso, ya que en el caso del DNU hace falta que las dos Cámaras lo rechacen, con que lo apruebe una sola cámara alcanza, mientras que a las leyes le hacen falta ambas cámaras. Que se apruebe un DNU es muchísimo más facil que aprobar una ley.

En LLA creen que el DNU es “una obra maestra” y piden no poner frenos 

Siguiendo con el próximo gobierno, la gestión de Mauricio Macri tuvo 70 decretos de necesidad y urgencia. El 28 de diciembre de 2023, en un medio televisivo, Patricia Bullrich se refirió al DNU de Macri para defender al de Javier Milei: “Nosotros cambiamos la ley de medios y el ENACOM por DNU ¿Era urgente?”, obviamente refiriéndose a que la palabra “Necesidad y Urgencia” ha sido utilizada con total discreción por parte del Ejecutivo. 

Esto que dice Bullrich es una clave importante para analizar el fenómeno de Milei. La lógica del presidencialismo, de los DNU en los que no había necesariamente urgencia ya estaba. Milei se montó sobre aquella lógica y la llevó al paroxismo total. 

Continuando con la línea presidencial, Alberto Fernández, el 1 de marzo de 2020, aseguró en la apertura de sesiones legislativas que dictaría un “DNU que modifique la ley de inteligencia”. Recordar estos discursos enseña sobre la fragilidad del poder. Quien conduce un país tiene mucho poder poco tiempo. Se puede mentir a muchos poco tiempo, a pocos mucho tiempo pero no a muchos mucho tiempo, eso sucede con el poder presidencial, que tiene mucho poder poco tiempo. 

Otro caso de DNU fue el inicio de la cuarentena, anunciado el 19 de marzo de 2020, cuando Alberto Fernandez declaró que los ciudadanos “Deberán someterse al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio”

Tal vez el decreto de la cuarentena sea el más justificado de todos los decretos que hemos visto. Una pandemia mundial completamente desconocida y que pone en riesgo la vida de las personas. Noten que Javier Milei, Patricia Bullrich y Mauricio Macri se opusieron a este decreto y cortaron calles para protestar por él. Muchos de sus seguidores llamaron “Infectadura” a su aplicación.

El gabinete de Javier Milei
El Gobierno durante una cadena nacional

Llegamos al actual gobierno de Milei. Mucho se ha dicho sobre el DNU y la Ley Ómnibus. Retomando las palabras de Rodolfo Barra en la entrevista para Periodismo Puro, el procurador del Tesoro Nacional remarcó que “el Presidente no puede hacer lo que quiere, el Congreso puede derogar el DNU y va a encontrarse finalmente con el rechazo electoral”. Barra, varias veces, pareciera estar más allá del gobierno de Milei, menciona que el gobierno puede echar, si quiere, al Jefe de Gabinete simplemente por sentirse ofendido, pero al mismo tiempo declara que el Presidente no puede hacer lo que quiere. 

Barra, que obviamente es una persona que no depende de Milei porque tiene toda una trayectoria a lo largo de la historia pública, marca una especie de visión darwinista de la evolución política, en el sentido de que es probable que Milei falle, que el Congreso lo rechace, incluso asegura que es mentira que las instituciones no funcionen, el gobierno puede encontrar los límites tanto en la Justicia como en el Legislativo.

Ayer, Milei dio una entrevista en Radio Mitre y se refirió a la posición del Gobierno en la discusión de estas iniciativas en el Congreso, aseguró estar confiado de que la ley ómnibus “va a ir para adelante” y,  a la vez, declaró que ellos no tienen pensado negociar:  “Nosotros no negociamos nada”, dijo el Presidente sobre la ley ómnibus.

En primer lugar, sería muy enriquecedor que el Presidente pudiese dar entrevistas en medios de comunicación que no fueran los habituales. Hay muy pocas repreguntas y sería muy fructífero para el diálogo democrático que quién dirige los destinos de nuestro país, inicie un intercambio con periodistas que tenemos otra mirada diferente a los medios que suele concurrir. No solamente de este medio, sino de todos los medios a los que hace mucho que no da notas o no las dio nunca. 

En segundo lugar, hubiese sido interesante preguntarle si le interesa que los cambios que están escritos en ambas iniciativas se aprueben, porque no cambia las formas para que puedan pasar por el Congreso y las traten los diputados que ya dijeron que están de acuerdo con el contenido de las leyes pero no con el método. Esperemos que el contenido de estas leyes y otras decisiones del Gobierno no necesiten de un achicamiento de nuestra democracia para poder aplicarse. Esperemos que el nivel de empeoramiento de las condiciones de vida a las mayorías sociales no necesite para aplicarse de un empobrecimiento de las instituciones del diálogo democrático y de un momento de excepción como en el que lógicamente hay en una sala de Urgencia de un hospital. 

Barra: “El Presidente no puede hacer lo que quiere, el Congreso puede derogar el DNU y va a encontrarse con rechazo electoral” 

A diferencia de la instancia de Urgencia, Argentina hoy está en un pase de guardia. En este momento, los profesionales se encuentran para hablar del paciente, debatir y tomar decisiones sobre cuál es el mejor tratamiento. Los problemas de nuestro país se arreglan con más democracia y no con menos, el Presidente aún está a tiempo de recapacitar sobre esto. 

En la primera infancia la idea de Necesidad y de Urgencia tiene que ver con el hambre: el bebé llora para pedir el alimento y no tiene aún conciencia de que puede esperar. Hay necesidades que no son urgentes: son las de la reflexión, la estrategia y, diría Freud,  el deseo, en el cual también es necesario aprender, en determinados momentos, a reprimir la urgencia. Ser adulto es también tener la capacidad de poder esperar, también hay urgencias que no son necesarias. Se trata de madurez, un rasgo que es tan esencial en la política como la moderación. Ojalá el sillón de Rivadavia le otorgue moderación al presidente Javier Milei. 

VF DC JL