POLITICA
Rompió el silencio

Macri, entre autocríticas y culpas ajenas

Después de diez meses, reapareció y despertó elogios entre propios y críticas entre propios y ajenos. El debate: ¿fue una autocrítica suficiente?

Mauricio Macri 20201013
El ex presidente Mauricio Macri, en una entrevista en TN | Capturas de pantalla

Mauricio Macri rompió el silencio en un medio de comunicación local después de diez meses de haber dejado el poder. Despertó elogios de propios y críticas de propios y ajenos. Es que en su primera reflexión mediática respecto de lo que fue su gobierno alternó autocríticas con echar culpas a terceros. Y dentro de Juntos por el Cambio hay quienes esperan que se haga un diagnóstico más profundo de lo que fueron los cuatro años de Cambiemos en el poder. Cerca de Macri, en tanto, elogian la actitud del ex presidente y la destacan como inédita entre la dirigencia política argentina.

En total, hubo seis momentos de la entrevista que le concedió a Joaquín Morales Solá, por TN, en los que hizo una reflexión crítica de lo que pasó entre 2015 y 2019. Sin embargo, en los que más profundizó fue en los que tenía culpas compartidas o ajenas para repartir.

“Negamos la situación económica”

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La primera reflexión que Macri hizo de su mandato se remontó a los inicios y a una cuestión comunicacional. Aseguró que durante la campaña electoral contra Daniel Scioli hubo una negación de la situación económica del país y que cuando llegaron al poder y pudieron tomar dimensión del verdadero estado de situación se enfrentaron a un dilema: “Decir la realidad o apostar al brote de esperanza para reconstruir”. “Opté por lo segundo y creo que me equivoqué. Los esfuerzos fueron agotando a la ciudadanía”, sentenció el ex presidente. Durante esos primeros meses, en Cambiemos se dio una discusión respecto a cuánto debía dedicar Macri en su discurso del 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa a hablar de la pesada herencia y cuánto a los proyectos a futuro. Al final hubo un equilibrio, pero es cierto que a lo largo de esos primeros meses primó la estrategia de Jaime Duran Barba y Marcos Peña de no ahondar en las malas noticias. De una manera u otra, la autocrítica no hace eje en lo que fue la gestión gubernamental sino en la capacidad de una mayoría de argentinos en aguantar las políticas implementadas.

Mauricio Macri: "Esta cuarentena eterna ha sido muy dañina y sin ningún resultado"
 

“Actitud defensiva”

“En diciembre de 2017 entramos en una actitud defensiva y perdimos la capacidad de escuchar. Cuando lo recuperé, fue tarde”. Según Macri, los acontecimientos de ese fin de año, con los incidentes (piedrazos a la policía incluidos) en el Congreso durante el debate de la fórmula de movilidad jubilatoria, pusieron a todo su gobierno a la defensiva. Y enumeró que después de eso se concatenaron la sequía, el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos con la posterior guerra comercial con China y sus efectos en los mercados emergentes. El famoso "pasaron cosas" que ya había dicho durante entrevistas siendo presidente. “Eso nos fue apabullando y dejé de explicar lo que pasaba. Recién recuperé la capacidad de comunicarme con las 30 marchas, después de ese histórico 24 de agosto que me vinieron a buscar para que siga. Lamentablemente, ya era tarde", expresó. Una vez más, la autocrítica orientada a lo comunicacional.

La dura respuesta de Maradona a Macri: "Tus decisiones le cagaron la vida a los argentinos"

Delegar la negociación política

Uno de los puntos que más ruido generó de la entrevista fue cuando Macri apuntó al rol del sector que conducían Emilio Monzó (presidente de Diputados) y Rogelio Frigerio (ministro del Interior). Explicó que priorizó otras cuestiones y que no siguió de cerca la tarea de negociar con la oposición peronista. "No es excusa, yo debería haber puesto el foco ahí porque se jugaba mucho con el poder convencer y nosotros nunca llegamos a los acuerdos que necesitábamos para transformar a la Argentina", sentenció. La negociación con el peronismo siempre fue motivo de discusión interna en Cambiemos. Primero, entre quienes pedían que se convoque a un amplio acuerdo político-económico y los que creían que eso no era necesario. En el primer grupo no estaban solo Frigerio y Monzó, sino también dirigentes como Alfonso Prat-Gay o Ernesto Sanz. Primó la postura de los más puros del PRO. Después, a medida que fue evolucionando la gestión, las críticas venían desde los dirigentes del interior (sobre todo del radicalismo, pero también del PRO) que se quejaban del vínculo que se estaba teniendo con los gobernadores del peronismo.

En concreto, se hablaba de que se negociaba todo con ellos (a cambio de votos en el Congreso) y que los dirigentes propios no podían crecer en sus provincias. El punto de quiebre y que generó una lluvia de críticas llegó con los cierres electorales de 2019, cuando todos los gobernadores (excepto Juan Manuel Urtubey) terminaron jugando en el Frente de Todos. La discusión que quedó abierta es si Frigerio y Monzó respondían a las órdenes de Macri o tenían un poder delegado como plantea el ex presidente. Este martes, Sebastián García de Luca (diputado y ex vice de Frigerio) retrucó: “La gestión y la estrategia política se definía en la Jefatura de Gabinete, sus ojos y oídos, como Macri definió. No éramos nosotros quienes tomábamos esas decisiones, si participábamos desde nuestro rol lógico al que le dedicamos nuestra vida completa”. Más que una autocrítica, este punto pareció un pase de facturas en la interna de Juntos por el Cambio: fue Monzó el que hace unas pocas semanas planteó que Macri debería correrse del escenario político.

Más que una autocrítica, este punto pareció un pase de facturas en la interna de Juntos por el Cambio

“Fue insuficiente”

Consultado sobre su promesa de pobreza cero que tuvo al iniciar su mandato, el ex presidente consideró que su política al respecto fue “insuficiente”. “No fuimos en el mismo lugar”, señaló, algo que también despertó críticas y discusiones en las últimas horas. Por un lado, es cierto que la comparación es difícil de realizar ya que el Indec había dejado de medir la pobreza hacia finales del gobierno de Cristina Kirchner, sin embargo, hay especialistas que hicieron una reconstrucción estimativa de la curva de pobreza. En todos los casos, la pobreza hacia fines de 2019 (35,5%) era superior a la de 2015. Martín Rozada, por ejemplo, sostiene que era de 32,4%, mientras que Daniel Schteingart (y otros especialistas) la midieron en 26,9%. La primera cifra oficial de pobreza del Indec reconstruido, además, fue el primer trimestre de 2016 y dio 32,2%, también por debajo de lo medido en 2019. “Fue una enorme frustración”, reconoció el actual titular de la Fundación FIFA.

“Errores económicos”

La autocrítica más esperada probablemente fue la que más pasó de largo. Estaba hablando de temas judiciales e institucionales y lanzó: “Uno puede cometer errores como cometió mi gobierno en lo económico, pero todos los días consolidábamos un poco más las instituciones”. ¿Cuáles fueron esos errores económicos? En el resto de los puntos se refirió más a cuestiones comunicacionales, factores externos o falta de acuerdos. Pero no profundizó en cuáles fueron las políticas equivocadas de su gobierno. Más adelante, lo que reconoció fue que “no había un orden macroeconómico sólido: había una asimetría entre nuestra política monetaria y nuestra ecuación fiscal”. Pero una vez más, apeló a la falta de mayoría con la que contaba su gobierno en el Congreso para avanzar en un presupuesto que refleje una mejor simetría. No obstante, hay economistas del propio espacio que reconocen que el problema de no haber bajado más el déficit fiscal en 2016 y 2017 (algo que quedó expuesto en con la crisis de 2018) fue por decisiones gubernamentales, mientras que otros insisten con que de no haber sido así corría riesgo la gobernabilidad.

Tras el 12O, convocan para el 8N a otro banderazo contra el Gobierno

La altura de la expectativa

"Generé una expectativa y no estuve a la altura", concedió Macri en uno de los fragmentos más autocríticos de la entrevista. Allí apuntó sobre todo a la clase media, su principal votante, que debió soportar los aumentos tarifarios, la inflación y la caída del salario. "Llegamos a las PASO con mucha gente agotada, por lo que venía remando, y sintieron que su presidente se había equivocado el rumbo y que el esfuerzo no demostraba que trepar la montaña llevaba a algún lado. Decidieron volver al pasado y yo entiendo las razones", concluyó.

CP