Marisol Román (25) regresó de Madrid con coronavirus el 12 de marzo. La internaron de urgencia y estuvo en una clínica privada desde el 13 de marzo hasta el sábado 21. Ese día le dieron el alta. "Me inyectaron en la garganta para que no me ahogue", llegó a contar a PERFIL ni bien instalada nuevamente en su hogar. Lo curioso del caso es que los médicos le dijeron que termine el tratamiento en su domicilio, aunque los nuevos estudios del Malbrán no le habían confirmado aún que se había librado del COVID-19.
Marisol tuvo un nuevo ataque de tos. Esta vez fue el domingo cerca de las 20 y el susto fue mayor cuando encontró su barbijo lleno de sangre. "A las 2 AM recién pudo llegar la ambulancia. A la noche mi familia me escuchó gritar y llamaron a la urgencia. Siempre estuve consciente pero muy nerviosa porque no podía dejar de toser y eso es peor. En ese ataque no pude aguantar y empecé a llorar y a apretar el pulmón derecho. Me duele mucho el pulmón, es el mayor síntoma en este momento", relató a este medio. Ingresó nuevamente a la clínica y le realizaron más estudios. "Me hicieron una tomografía y análisis de sangre. También un electrocardiograma, por suerte no pasó a mayores. Tuve pérdida de sangre, pero no fue neumonía", explicó.
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Tratamiento. La joven explicó que ahora tiene que hacer un aislamiento de 21 días, mientras espera los nuevos resultados del Malbrán. "Por ahora sigo siendo positiva del coronavirus. Tengo que esperar. Me duele bastante el cuerpo, mantengo el reposo absoluto". Marisol contó también que medicamentos le recetaron desde la clínica: "Me dan codeína (analgésico para calmar la tos) que es muy fuerte, paracetamol y ansiolíticos".
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"Me cuesta respirar bastante. Estoy completamente aislada en mi habitación. Me cuidan mi padre y mi tía, y no hay ningún tipo de contacto. Me dejan comida en la puerta del cuarto con platos descartables. Yo lo agarro con guantes de látex y barbijo, que uso todo el día, no me lo saco en ningún momento", relató. "Ayer tuve 37.5 de fiebre, no me tendría que haber subido tanto, pero bueno, tengo que tener paciencia", finalizó. ¿Cómo seguirá su caso? "Todos los días me hacen chequeo dos médicos vía telefónica. A partir de ahí se van tomando decisiones".
CP