SOCIEDAD
Efemérides 25 de noviembre

Diego Maradona y Fidel Castro: amor, dólares, habanos y mujeres

El líder cubano y el Diez se querían “como padre e hijo”, y ambos murieron un 25 de noviembre, pero con cuatro años de diferencia. ¿Los unió el amor o una estrategia política?

Diego Armando Maradona y Fidel Castro 20221124
Diego Armando Maradona y Fidel Castro. | NA

Fidel Castro y Diego Maradona murieron ambos un 25 de noviembre, con cuatro años de diferencia. Tenían afinidad política, una amistad y varias coincidencias.

Para Martín Guevara, sobrino de Ernesto Guevara, su acercamiento fue empero una estrategia: "Además de usarse mutuamente, eran iguales, idénticos; al futbolista solo una cosa le gustaba más que la atención de todo el auditórium, una montaña de billetes de moneda estadounidense, y a Guarapo (por Castro) el poder absoluto", escribió hace exactamente un año, en su cuenta de facebook el familiar del Che.

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Tatoos Diego Maradona
Diego Armando Maradona. Fidel tatuado en el gemelo izquierdo y el "Che" en el brazo derecho.

"Uno necesitaba la cancha llena y el otro la plaza abarrotada", sentenció lapidario Martín Guevara, hijo del hermano menor del guerrillero argentino qué más utopías adolescentes alimentó y más roperos decoró con su imagen por todo el mundo.

Diego Armando Maradona

Es cierto que los gustos de Maradona superaban todas las excentricidades. Cuando jugaba en el Napoli, se compró una Ferrari Testarrosa negra (US$ 430.000), como la que tenía Sylvester Stallone y luego la vendió, cuando Michael Jackson lo copió.

El Diez era sponsor de la casa suiza Hublot y usaba un reloj de 37.000 euros en cada muñeca. También se compró un camión Scania para moverse en plena campaña “antidrogas” por Argentina.

Diego Armando Maradona y Fidel Castro 20221124
Diego Armando Maradona y Fidel Castro. ¿Se admiraban mutuamente o se necesitaban?

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Entre muchos otros lujos, en Dubai Maradona se compró una playa privada en el archipiélago artificial de Palm Jumerirah, el que visto desde el aire tiene forma de hoja de palmera. Y, junto a Rocío Oliva, su última relación más estable, recorría los Emiratos Arabes en un Rollys-Royce Ghost de 570 CV azul shocking, valuado en € 300.000.

Cuando visitó Bielorrusia en el 2018, a Diego Armando Maradona se lo vio conduciendo un tanque anfibio Hunta Overcomer, un todoterreno de 95 hp y 2,3 toneladas de peso. No sabemos si se lo compró.

Fidel Castro

En cuanto a Fidel Castro, su vida privada es un enigma difícil de resolver. "Creo que conozco a Fidel mejor que mucha gente y lo considero un amigo de verdad, pero ¿quién es Fidel en privado? ¿Cómo es Fidel realmente? Nadie sabe", dijo una vez el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.

Le llevó décadas a la CIA tener imágenes de "Jaimanitas", la residencia privada de Castro en La Habana, que fue siempre un misterio secretísimo. Sin embargo, a menos que su jardín tuviera enterrados lingotes de oro no parecía nada extraordinario: una modesta casa de dos plantas y forma de herradura.

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En el año 1997, la revista Forbes lo incluyó en su famosa lista de las personalidades más ricas del mundo. El año 2006, cuando Castro dejó de tener primer plano político, la publicación experta en economía le atribuyó una fortuna de US$ 900.000.000. El “acusado” lo negó y dijo que ese dato era una "mentira repugnante".

Diego Armando Maradona y Fidel Castro 20221124
Maradona y Fidel Castro compartían largas charlas.

Forbes aclaró que la información contabilizaba su "poder económico sobre una red de compañías propiedad del Estado", más específicamente en el ítem "Reservas del Comandante", que se refiere a cuentas bancarias, negocios y posesiones que habría tenido dentro y fuera de la isla de Cuba.

A pesar de los mitos y rumores que corrieron, Fidel Castro no era deportista. Le gustaba pescar y lo apasionaba el beisbol, pero no hay registros oficiales de que haya jugado con los Yankees de Nueva York, como dicen los rumores.

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Si algo le faltaba a un deportista como Maradona, en el combo de sus “no permitidos” eran los habanos, pero los cigarros cubanos tienen su mística y unieron en sus bocanadas de humo azul las figuras de Fidel, Diego y el mismo Che Guevara. De hecho, en Cuba se dice que el famoso habano Cohiba fue inventado por Eduardo Rivera Irizarri, un amigo de un guardaespaldas de Fidel Castro, especialmente para él. Lujazo revolucionario.

Tratemos de analizar el vínculo entre Diego Maradona y Fidel Castro desapasionadamente.

Tatoos Diego Maradona
Maradona y su homenaje eterno a Fidel Castro.

Diego Armando Maradona y Fidel Castro, unidos

El día en que murió Fidel Castro, Diego Maradona dijo: “Fue como un segundo padre".

"Fidel, si algo he aprendido contigo a lo largo de años de sincera y hermosa amistad, es que la lealtad no tiene precio", le escribió en una de las muchas cartas que intercambiaron y que el revolucionario reveló selectivamente antes de morir.

"Es el más grande de la historia", reforzó Maradona elogiándolo públicamente una y varias veces.

Para Fidel –parece- Diego, era un hijo.

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Ambos eran tan amados como cuestionados. Fuera de Cuba, mientras el revolucionario cubano tenía una hermana –Juanita- que vivía en Miami, Fidel Castro enfrentaba un mar de críticas por su enemistad con Estados Unidos, el autoritarismo social, la renuncia a la democracia, el aislamiento internacional, la alianza política con la Unión Soviética y la proximidad posterior con Hugo Chávez, otra personalidad con la que Diego Maradona simpatizaba -y hacía buenos negocios.

Fidel Castro murió un 25 de noviembre

Fidel Castro murió el 25 de noviembre de 2016, en La Habana, Cuba. En 1953 había creado el Movimiento 26 de Julio, una organización nacionalista, antiimperialista y de izquierda, que reivindicaba la figura combatiente del poeta José Martí para derrocar al dictador Fulgencio Batista. Lo logró el 1 de enero de 1959, con Fidel Castro en el frente de lucha.

Desde el 27 de febrero de ese año hasta el 2008, cuando le cedió el poder a su hermano Raúl Castro, Fidel también ejerció el suyo en forma absoluta y vitalicia.

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Había estado cuatro veces en Argentina (1959, invitado por Arturo Frondizi; 1995, invitado por Carlos Menem; 2003, en la jura presidencial de Néstor Kirchner; 2006, en Córdoba, durante la Cumbre del Mercosur).

Sin embargo, la última visita de Castro al país lo consumió y en agosto de 2006 se anunció oficialmente que se alejaría “momentáneamente” del ejercicio de sus funciones. Nunca más las retomaría.

Fidel Castro
El líder revolucionario le dio la ciudadanía cubana a Diego Armando Maradona.

Diego Armando Maradona murió un 25 de noviembre

Maradona también murió un 25 de noviembre, pero en 2020, en Dique Luján, provincia de Buenos Aires. Lejos de la política, al menos al principio, su virtuosismo revolucionó las tribunas del mundo entero.

Su carrera deportiva en el país se inició en Argentinos Juniors y siguió en Boca Juniors; fue delantero en el Barça, el Napoli y el Sevilla Futbol Club; en 1993 regresó al país para darle lustre a Newell's Old Boys, pero se despidió de las canchas, como jugador, nuevamente en Boca Juniors, su mayor sueño de juventud.

Fidel Castro
Los habanos eran una pasión que compartían Diego Armando Maradona, Fidel Castro y Che Guevara.

En lo suyo, Maradona también fue un revolucionario. Jugó en cuatro Mundiales, hizo 346 goles, deslumbró en 679 partidos. Zurdo “de cabeza” y “de pies”, hizo un gol con la mano –la “Mano de dios”, el 22 de junio de 1986, en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. "Siempre soy cauteloso al usar la palabra ‘genio’. Me resulta difícil aplicar eso incluso a Mozart”, explicaba César Luis Menotti, su primer entrenador en la selección argentina.

“La belleza del juego de Diego tiene un elemento hereditario, su natural facilidad con el balón, pero también debe mucho a su capacidad de aprendizaje: muchas de esas pinceladas, esas pinceladas de 'genio', son de hecho producto de su duro esfuerzo. Diego trabajó muy duro para ser el mejor”, sostenía Menotti y terminó de consagrarlo.

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Además de sus interminables reconocimientos deportivos, la determinación de Maradona era ejemplar, cuando la ejercía. En 10 meses, pasó de ser obeso, con problemas cardíacos incipientes, adicto al alcohol y la cocaína, a convertirse en un una estrella de baile, ágil y esbelta, admirada por millones de televidentes, cada noche de sábado del 2005 en que se presentó en un espectáculo de la cadena italiana RAI. Y además, luego de cada actuación, al día siguiente, viajaba a Buenos Aires y seguía deslumbrando como conductor de La noche del 10.

“Bailar es como marcar un gol", decía humildemente; sólo él podía hacer algo así.

Fidel Castro
Luego de visitar Argentina por cuarta vez, en 2006, la salud del Comandante cubano se desplomó.

Fidel Castro, Maradona, las mujeres y sus “cinco” hijos

Fidel Castro tuvo cinco hijos de dos matrimonios, pero se llevó a la tumba los pormenores de su larga lista de amantes y sus consecuentes hijos naturales.

En el libro Without Fidel (2009), la periodista Ann Louise Bardach le atribuye once descendientes.

Parece que su estilo paterno no era cariñoso –el mayor, Fidelito, se suicidó hace unos años-, aunque se ocupó de que tuvieran una buena educación (casi todos estudiaron en las mejores universidades de Rusia) y de que no les faltara nada, económicamente hablando.

Diego Maradona Jr. criticó las comparaciones que hacen de Messi con su papá:
Diego Junior, el mayor de los hijos de Maradona.

Algunas cosas, de todos modos, fueron sabiéndose. Por ejemplo, que Alina Fernández, finalmente reconocida como hija legítima, fue una hija extramatrimonial que nació del vínculo amoroso del soldado siempre uniformado con Natalia Revuelta, una joven de la alta sociedad que entonces también estaba casada -como el comandante.

Aunque hay hasta ahora otros tres que siguen peleando por el reconocimiento y la prueba filiatoria, Diego Armando Maradona tuvo 5 hijos, igual que Castro: Dalma y Giannina, hijas de Claudia Villafañe; Jana, hija de la argentina Valeria Sabalain, radicada en España; Diego Junior, el mayor de todos, tiene un año más que Dalma y nació de una relación con la italiana Cristiana Sinagra; y Dieguito Fernando, que vino al mundo cuando Maradona ya se había distanciado de su mamá, la profesora de educación física Verónica Ojeda.

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Inolvidable para los argenitnos.
Diego maradona en Héroes (1987)
La Copa Mundial 1986, en México.

Maradona, Castro y la izquierda

Diego Armando Maradona y Fidel Castro se conocieron el 28 de julio de 1987, en La Habana.

Al goleador argentino lo habían invitado a pasar 9 días de vacaciones en las playas de Varadero. En ese mismo viaje, le entregaron el premio al Mejor Deportista Latinoamericano del año 1986, otorgado por la agencia Prensa Latina. Maradona fue recibido con honores. Pero había algo más, lo más importante, una cita arreglada con Fidel Castro.

La Plaza de la Revolución separaba el inmenso retrato del Che Guevara montado sobre el edificio del Ministerio del Interior de Cuba, de la Casa de Gobierno, donde se encontrarían.

Con una sonrisa generosa y un inmenso abrazo a Diego, Fidel borró de un plumazo el plantón “por una serie de compromisos fuera de agenda”. –llevaban varias horas esperando y ya era casi la medianoche.

Maradona

Fundidos en ese abrazo inicial, la cabeza del crack apenas llegaba hasta la pera del comandante. Se sentaron y conversaron durante cinco horas inolvidables para ambos. Se enamoraron.

Saltaban de un tema al otro y nunca se quedaron callados, incómodos, hasta que Fidel Castro le preguntó al crack: “Hay alguna fórmula infalible para tirar los penales?. “Antes de patear, miro al arquero”, le contestó Maradona.

El líder cubano se estiró, agarró un cuaderno y apuntó algo, diciendo: “Mañana mismo la pruebo”. Todos estallaron en risas. Estuvieron juntos hasta que despuntó el amanecer del 29 de julio.

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Y algo ya había cambiado en él. Poco antes, el deportista más famoso del mundo había rechazado todo encuentro que pudiera utilizar políticamente su fama y su liderazgo.

Sin embargo, en Nápoles lo había conmovido hasta las lágrimas ver a tantos italianos cantando su nombre con la imagen del Che Guevara vibrando en la prenda que cubría sus pechos. Comenzaba su giro hacia la izquierda política y en Cuba se cimentó. Tiempo después, Maradona se tatuó el rostro de Fidel Castro en su gemelo izquierdo y el de Ernesto Guevara en el brazo derecho.

Las cosas que los unieron

Luego de ese primer encuentro de 1987, cada vez que podía, Diego Armando Maradona regresaba a Cuba para visitar a Castro hasta que, en enero del 2000, el deportista le dijo a su entorno que quería tratarse en Cuba. El lugar elegido fue la clínica La Pradera, en La Habana, un centro de rehabilitación de adicciones en donde pasaría seis meses, lejos de la farándula y las malas influencias. Se quedó casi cinco años.

Jana Maradona
Jana Maradona.

Había llegado en un estado preocupante: obesidad, adicción al alcohol, coctel de medicamentos y un coma reciente, tras haber recibido el alta en el Sanatorio Privado Cantegril de Punta del Este, en donde había sido tratado por una “crisis hipertensiva y una arritmia ventricular”.

Dieguito Fernando y Diego Maradona
Maradona junto al menor de sus hijos, Dieguito Fernando.

En la clínica de rehabilitación, Maradona tenía su propia vivienda, en donde estaba con Claudia Villafañe y sus dos hijas, Dalma y Giannina; su representante, Guillermo Coppola, habitaba otra.

La rehabilitación fue muy sui generis y la polémica lo persiguió durante toda su estadía.

Maradona, casa regalada por Fidel y ciudadanía cubana

Al segundo día de encontrarse allí, Fidel Castro lo visitó durante 20 minutos. Algunos presentes notaron que Diego era una bola de nervios, pero el Comandante lo tranquilizaba. Tenía ese poder sobre él.

Por entonces, ya era “ciudadano cubano”, gracias a la gestión del propio líder de la isla. Le habían entregado un DNI de tela verde con letras doradas que decía: “República de Cuba, carné de identidad para extranjeros”. En el casillero de “Ocupación” decía “Deportista paciente” y para el estado cubano era el residente número 6010307788.

Dalma Maradona
Dalma Maradona, junto a su papá.

Durante su internación disfrutó de varias licencias y privilegios. Algunos se quejaban por el ruido que emanaba del centro médico en donde las visitas a Maradona –incluso de mujeres- eran incesantes. Entre ellas, la del cantante Rodrigo Bueno que viajó hasta allá para cantarle “en vivo” su nuevo tema, La mano de Dios, compuesto para él.

Cuando Diego ya se sintió bien, le sugirió a Fidel Castro que necesitaba una vivienda, según relató su biógrafo, Ernesto Cherquis Bialo.

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“Ese lugar en La Pradera lo puede usar alguien que lo necesite más que yo. Yo lo único que necesito es no moverme de Cuba para estar bien”, le habría dicho al líder revolucionario, quien de inmediato movió todos los hilos para que una casa de la zona residencial de Miramar, en La Habana, pasara a ser un bien vitalicio del crack. Lo único que le pidió es que no modificara la fachada, ley patrimonial en Cuba.

Dalma y Gianinna Maradona
Dalma y Giannina Maradona.

Con una sala grande y jardín, Maradona vivió allí cuatro años y era el lugar donde paraba cuando regresaba a Cuba. El Diez no modificó la estructura, pero dentro de ella hizo “la gran Charly García”, pintarrajeando las paredes con aerosoles de colores. Escribía frases, dibujaba. “Fidel, te amo”, por ejemplo.

La casa en donde Maradona vivió tiene un valor museístico importante ya que en el altillo el deportista guardaba cartas, objetos personales y la correspondencia que mantuvo con muchas personalidades del mundo entero. No habría que descartar que en un futuro no muy lejano se transforme en el museo de Maradona en tierras de su padre político, Fidel Castro.

 

MM/fl