Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, reveló detalles sobre los grandes mercados de insumos y bienes. "Argentina tiene en su aparato productivo el principal rubro internacional de exportación", remarcó el Director del Comité de Economía Internacional del CARI en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Nos llamó la atención ver que en el primer cuatrimestre de este año, casi un 75% del total de las importaciones argentinas vinieron de Paraguay, triplicando incluso a los países más desarrollados que poseen tecnología que no podemos producir. ¿Es así? ¿Cuál es la explicación?
Efectivamente. Argentina, históricamente, ha tenido concentrada sus importaciones desde tres grandes mercados: China, Brasil y Estados Unidos, que explican la mitad de todas las importaciones en todo el mundo y tienen que ver con insumos o bienes de capital para la manufacturación.
Pero este año la Argentina tiene en su aparato productivo el principal rubro internacional de exportación, ya que dos tercios de todo lo que exporta está compuesto por la producción agropecuaria. El año pasado fueron 88.000 millones.
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Y este año, con la sequía, hay una merma en la producción de bienes primarios que se usan para la manufacturación de origen agropecuario, como la producción de aceites vegetales o harinas.
Justamente, Paraguay produce eso porque no tiene problemas de sequía. Este año se está exacerbando lo que ya antes sucedía pero en menor medida. Recordemos que Paraguay es el cuarto exportador de soja del mundo, tiene condiciones favorables y una cultura productiva.
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Paraguay es, en tamaño, dos estados brasileños o una provincia argentina. ¿Cómo logra ser el cuarto exportador mundial de soja con una superficie tan pequeña?
Lo es desde hace varios años. Tienen componente geográfico y climático que lo favorece, la soja no se puede hacer en cualquier lugar.
A su vez, hay un entorno institucional regulativo y político, la paraguaya es una economía relativamente abierta. Es muy fácil exportar en general, toda la producción soja la hacen sólo para eso. Allí no hay retraso cambiario, no hay retenciones y hay pocas regulaciones (la carga impositiva es muy baja).
De modo que todo es muy favorable y alienta la inversión para la producción, lo cual permitió un gran avance tecnológico en la producción agropecuaria. Es que en los últimos años este tipo de producción se complejizó y un entorno estable y abierto que favorece la autonomía de las empresas, también favorece al acompañamiento tecnológico.
Todo esto no refleja, también, una subvaloración de la producción agropecuaria argentina porque tenemos mucha subfacturación y exportamos parte de nuestra soja de Paraguay, entre otras causas. ¿Esos números no muestran un problema de Argentina y no sólo una ventaja de Paraguay?
Sin dudas son las dos cosas. En la Argentina se desalentó el desarrollo de la agroproducción. Algo que lo refleja es que si se mira la evolución de los últimos 20 años del valor agregado de este tipo de producción a nivel mundial, creció el doble que lo que lo hizo en nuestro país.
Pese a sus condiciones naturales tiene un desaliento a partir de sus condiciones impositivas, cambiarias, regulativas y de obstrucción del comercio exterior.
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Además, es muy posible que influya el movimiento hacia la economía en negro, flujos de la producción argentina que se facturan desde Paraguay, por ejemplo. Esto existe, aunque no es lo más relevante para explicar la situación adversa de Argentina.
Estamos perdiendo la oportunidad de mejorar la competitividad de su producción agropecuaria, que está pegando un salto tecnológico enorme en el mundo. Toda esta tecnología exige una economía conectada con el mundo, estable, que no limite importaciones y que aliente la inversión. Y en Paraguay y Brasil es más sencillo.
La venta del Banco Itaú
¿Por qué se va el Banco Itaú del segundo país de Sudamérica, después de su propio país?
Hay una respuesta interna que sólo sabe el banco, y tendrán que ver con razones microeconómicas vinculadas con el desarrollo de su negocio y de la dificultad para poner en práctica una estrategia.
La otra respuesta es más general. No es la primera empresa internacional que se va de la Argentina en los últimos tiempos, han sido muchas. Estamos perdiendo, groseramente, participación en la inversión extranjera directa en el mundo.
Argentina tiene un stock de 100.000 millones de dólares de inversión extranjera hundidos en el país, lo que representa el 0,2% de toda la inversión extranjera hundida del stock que hay en el mundo.
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Hace 20 años, nuestro país tenía el 0,9% de toda la inversión extranjera que hay en el planeta, es decir, hubo una gran pérdida de participación relativa.
Y es acá donde aparecen los fenómenos de las empresas multinacionales que se van, y esto es un proceso largo.
Específicamente en el caso del banco Itaú puede que esté influyendo que Argentina es una economía que afecta mucho la capacidad de acción de las empresas internacionales. Es que estas compañías necesitan flujo de entrada y salidas de divisas, un entorno bastante desregulado y previsibilidad.
Además, la Argentina tiene un sistema financiero que se ha achicado muchísimo. El crédito en el sector privado representa menos del 10% del PBI, mientras que en Latinoamérica tiene un promedio del 50%.
También, estamos muy interferidos por regulaciones gubernamentales en relación con otros países. En términos generales, hay un proceso de debilitamiento de la Argentina, relacionado con la salida de inversiones.
Relación bilateral con Brasil
Para Brasil la embajada argentina es la más grande después de Washington, por eso que la mayor empresa financiera brasileña se vaya del país es muy significativo. ¿Tiene alguna reflexión desde el punto de vista estratégico, más allá del punto de vista táctico?
En primer lugar, la relación económica entre los dos países se ha debilitado. La Argentina obstaculizó mucho la relación bilateral con Brasil. Y eso explica las dificultades para ponerse de acuerdo en el Mercosur.
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Por ejemplo, en el mercado automotriz existe el Flex, por el cual, si importo a Brasil tengo que exportar o viceversa. Y hoy no estamos importando autos de ahí, sólo exportando, así que en algún momento va a hacer ruido ese incumplimiento de la norma.
Hay una dificultad en la instrumentación de una alianza bilateral y que es consecuencia de las dificultades coyunturales argentinas, que impiden el desarrollo de estrategias internacionales.
AO JL