Graciela Römer, analista política especialista en comunicación social, habló en Modo Fontevecchia por Radio Perfil (FM 101.9) y se refirió a la “irresponsabilidad” por parte del Gobierno y la oposición de enfocarse en las internas en lugar de generar acuerdos. Asimismo, destacó que “la verdadera tensión es la emergencia de un anarquismo reactivo de derecha” representado por Javier Milei, que es el “producto claro del nivel de deterioro de nuestra sociedad” así como, según explicó, sucedió con “Hitler, Mussolini y Perón”.
¿Cuál es tu perspectiva de cómo afecta la interna dentro del Frente de Todos al panorama electoral del año próximo?
Los argentinos deberíamos plantearnos sacarnos de encima años de decadencia. Es difícil tomar de la realidad tan compleja que estamos atravesando, el tema de la interna del Gobierno porque creo que es una gran irresponsabilidad. En los últimos años he pensado en esto como en el teatro de lo absurdo. Es una representación del disparate. Creo que es un comportamiento narcisista colectivo, casi un oxímoron, pero una perspectiva endogámica. Es enormemente irresponsable que demuestra el profundo desinterés por otra cosa que no sean los intereses políticos y personales.
Acá hay una interna por preservar la provincia de Buenos Aires. Asumir que esto es una situación perdida en términos políticos para el kirchnerismo y frente a esto plantear la independencia del gravísimo cuadro de situación que atravesamos que es una gran mentira. El área económica plantea un crecimiento pero en la realidad estamos recuperando situaciones anteriores a la pandemia. Este país vive de la dádiva del Estado.
He visto un trabajo de cuánto aumentaron los subsidios del Estado en los últimos diez años. Aumentaron más del 600% y en este gobierno ha aumentado considerablemente, no solo el empleo público, que es otro tipo de subsidio, sino también los planes sociales: estamos viviendo una irrealidad. Hay patologías sociales como el aumento de los subsidios, del consumo de drogas, la violencia en la calle que son preocupantes.
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De esto no habla nadie, solo se habla de la interna del partido del Gobierno y de la oposición. Esto es responsabilidad también de la coalición opositora. Está claro que hay una puja de liderazgo, cosa que es normal, lo que no lo es, es que no se privilegie una estrategia comunicacional hasta que se definan los programas específicos en función de quien dirime esos liderazgo.
Y, además, que no haya una propuesta global que dé sentido a la coalición. Porque si no pueden armar cuatro o cinco ejes, que tengan que ver con lo que tienen en común, vamos a seguir repitiendo esta grieta que no es nueva. Cristina (Kirchner) ha tenido la genialidad de montarse sobre la grieta, como buen perfil populista, y la ha profundizado. Pero la grieta es histórica.
¿Qué consecuencias electorales tiene esa escisión?
Los primeros que saben que perdieron esta elección son los kirchneristas. Por esa misma razón hay toda una estrategia de abroquelamiento sobre su propia base para sostener la provincia de Buenos Aires: ese es su proyecto político. El gran interrogante es la inmunidad del perfil de Cristina y las señales del sistema de justicia que empieza a mostrar cierto grado de autonomía. Ese es el punto. La verdadera tensión es la emergencia de un anarquismo reactivo de derecha, Milei es el producto claro del nivel de deterioro de nuestra sociedad, como lo fueron la emergencia de un Hitler, un Mussolini o un Perón, que se alimentaron de situaciones sociales muy deterioradas.
El fenómeno Milei es reactivo con una base emocional fuerte que va a estancarse. A menos que la oposición se suicide, tendrá posibilidades de un próximo gobierno. El nivel de deterioro, que lleva décadas, no va a solucionarse si no hay un gran acuerdo nacional. No creo en un proyecto nacional sino en acuerdos transversales que permitan coincidencias y negociaciones acerca de los ejes principales para empezar a trabajar para sacar este país y terminar con las corporaciones que son el cáncer de este país.
Me emocionó el primer discurso de Macri, cuando planteó el tema cultural como la gran deficiencia de Argentina para superar su situación, con la defraudación que esto produjo después. Me pareció que era poner blanco sobre negro y no hemos hecho nada de eso. Cambiar la cultura lleva décadas.
CB PAR