A sus 74 años, Hugo Moyano deja las cosas bastante ordenadas en su familia. Sus hijos, al menos en materia política y sindical, conforman un verdadero clan. Los más conocidos son Pablo, con perfil combativo y gremial, que algún día se hará cargo en soledad de Camioneros; y Facundo, más diplomático, apuesta a la política partidaria, parlamentaria y (por qué no, algún día) ejecutiva.
Esta semana apareció en escena "Huguito", el sucesor de perfil bajo. Si bien no es el menor (tiene 34 años, uno más que Facundo), recién en estos meses ganó visibilidad. Su rol: abogado laboralista. Tiene un estudio jurídico donde asesora gremios, ostenta un importante cargo en Camioneros y tiene su lugar de peso en la CGT.
En diálogo con Perfil, "Huguito" habló de la multa por $810 millones que el Estado le impuso al gremio y explicó su tarea como abogado dentro de la central obrera. Además, consideró al ministro de Trabajo Jorge Triaca como "el funcionario más devaluado" y no descartó entrar en política.
—Perfil.com: El gremio de Camioneros ya apeló la medida del ministerio de Trabajo. ¿Cómo la analiza?
—Moyano: Lo que hemos afirmado, más allá del desastre financiero que implicaría esto para la federación y la obra social, es que el procedimiento para la multa es en base a la ley 18.695 que está previsto para los incumplimientos laborales de los empresarios, no para sanciones de organizaciones sindicales. No está de forma expresa. Tenemos un antecedente propio donde no fue considerado un requisito.
—¿Cuándo?
—En 2012 nos quisieron poner una multa de $4 millones, cuando estaba Carlos Tomada en el ministerio, a raíz de un paro de combustible. Ellos constataron que 800 trabajadores fueron afectados al paro y les dejamos sin efecto los argumentos.
—¿Pero el Gobierno no sabe esto?
—No sé si tienen mucho conocimiento. Son desordenados, para no decir desastrosos. En este caso es aún peor. En 2012 trataron de intimar y aplicar la multa en 9 horas pero se ocuparon de constatar que existían los trabajadores afectados. Ahora lo que hicieron es entender que asambleas informativas violaban la conciliación. No hablan del paro, sino de asambleas informativas de diciembre de 2017. Y reactivaron el expediente el 15 de junio, justo un día después del paro de Camioneros. Para esta multa utilizaron datos de solo seis empresas de CABA y GBA: tres de Pacheco, una de Esteban Echeverria, una de Ciudadela y una de la Ciudad. Y trataron de extender a 182 mil trabajadores que tienen ellos registrados en todo el país. ¿Cómo lo constataron? Es un delirio.
—¿Cuál es hoy su trabajo en la CGT?
—Yo integro el equipo jurídico. Somos varios abogados de las organizaciones más importantes. Hay de UOCRA, de UOM, de Comercio. Cada gremio designa su abogado y está dentro.
—¿Cuándo ingresó?
—Desde 2008 que estoy un poco en el asunto, más desde afuera, y en 2012 ya más firme.
—Tiene un estudio jurídico aparte de tu trabajo en la CGT.
—Si, es independiente de la CGT. Trabajamos con gremios, también casos particulares. Aparte soy secretario de Asuntos Jurídicos de Camioneros. Coordino a nivel nacional la cuestión jurídica de todos los sindicatos.
—¿Dónde se recibió?
—En la Universidad pública de Mar del Plata.
—¿Siempre estudió abogacía?
—Si. Luego hice una maestría de Derecho de Trabajo en la UBA.
—¿Cuándo se conocieron los tres hermanos? Usted y Facundo son hijos de Elvira de los Angeles Cortés, mientras que Pablo de Olga Mariani. Él vivía con Hugo, ustedes en Mar del Plata.
—Creo que fue 2002.
—¿Cómo es ser hijo de Hugo Moyano?
—Lo vivo con total naturalidad. Me llamo igual, así que cada vez que salta mi nombre tengo que marcar la diferencia. Nosotros nos criamos en MDQ alejados un poco de todo esto, no de la misma forma que Pablo.
—¿Qué realidad observa en la Argentina?
—Lo decía muy bien ayer mi viejo, la primera ministra es Christine Lagarde. Está en el lugar del Presidente. Las últimas reformas son recetas del FMI. No están disimuladas porque son los reportes anuales del FMI tratando de aplicarse en el país. Con la reforma laboral no pudieron. Y fue por la resistencia de varias organizaciones dentro de las cuales se destacó Camioneros y Pablo.
—¿Considera que ahí estuvo el quiebre con los Moyano?
—La tensión fue desde mucho antes, aunque ese fue un hecho importante. Eso lo vivi personalmente porque a Triaca le molestó muchísimo. Desde el Ministerio (de Trabajo) me decían que la reforma tributaria y la previsional eran tarea política de Rogelio Frigerio. Y de la reforma laboral se tenía que encargar Triaca. A mi me insistían, me decían que le diga a Hugo que no hacía falta hablar a favor, pero que diga que no era tan perjudicial, querían que mi viejo diga esto. Pero, ¿mirá si iba a hacer silencio? Ahí empezó todo el tema de las denuncias. Fue el germen del 21F. La marcha de noviembre, el intento en diciembre, luego no pudieron en enero y hasta Marcos Peña notó que era imposible.
—¿Duerme tranquilo a sabiendas del estilo de vida que tiene su familia?
—Si, más vale. Primero porque no existen motivos ni fundamentos para que avancen las denuncias. Pero al ser Moyano, cada cosa que pasa es titular de un diario. Hugo lo aclaró, el rumbo no se va a cambiar. Después, si son capaces de cualquier cosa, es otra cosa. Analizando lo jurídico, todas son vacías de contenido e instigadas desde la política. Patricia Bullrich y Gerardo Millman orquestan a ese personaje desastroso que es "Bebote" Álvarez en Independiente. Y luego está Graciela Ocaña que ahora se guardó por los problemas que tiene por denuncias en su contra.
—¿Qué piensa de Triaca?
—Es un ministro que no entiendo como sigue en su función. Está absolutamente devaluado ante la opinión pública y ayer leía que decía esto de "queremos respetar la ley". ¿Qué autoridad moral tiene Triaca? En el ámbito personal con su exempleada que tenía en negro, la denigró y ejerció violencia de género. En el ámbito público violentan las leyes constantemente. Ejemplo: soy asesor de uno de los sindicatos que tiene lugar en la agencia Télam y el Ministerio de Trabajo intervino un mes después de producidos los despidos.
—¿Por qué está tan cuestionado y desprestigiado el sindicalismo?
—Ocurre con todas las instituciones que hay de todo, buenos y malos. Hay dirigentes que no representan a las bases y tiene que haber una autocrítica. Pero a veces las críticas se profundizan en momentos clave. Cuando se ataca a un personaje sindical a veces hay que ver el objetivo posterior que es atacar a la organización sindical para allanar el camino en la búsqueda de dejar sin efecto los derechos laborales. Empezaron por los más groseros, "Caballo" Suarez, "Pata" Medina, para luego ir por la reforma laboral.
—Héctor Daer y Carlos Acuña estuvieron de acuerdo con la reforma laboral.
—No sé en que punto estuvieron de acuerdo. Nosotros desde Camioneros no estábamos de acuerdo y lo dejamos en claro. Triaca me trató de ligar a mi con la reforma laboral. Acuden a cualquier tipo de mentira.
—Su padre llegó a marchar por Ganancias, hizo paros al respecto. ¿Con el paso del tiempo reflexionan sobre ese rol?
—Hugo siempre estuvo parado en el mismo lugar. En ese momento era secretario de la CGT y eso era un reclamo legítimo que lo pedían muchos, inclusive ustedes los periodistas. Ahora es más grave la situación, estamos de acuerdo, aunque para mi es el sindicalista más importante de la historia argentina.
—¿Cuándo ven la foto de Moyano con Macri y el busto de Perón en plena campaña del 2015 qué sienten?
—Fue un hecho que ahora se profundiza por los medios. Tambien estuvo Gerónimo Venegas (extitular de UATRE) en ese acto y tenían grandes diferencias. Otro que estaba era Eduardo Duhalde que inclusive dijo que iba a votar a Scioli. A veces se sobredimensiona un hecho para marcar algo que no existe.
—¿Lo ve a Pablo al frente de la CGT?
—Si lo digo yo lo quemo, no va a querer que diga eso (risas). Pablo forma parte de una expresión del movimiento obrero que considera que los reclamos tienen que ser más firmes y exigentes.
—Hoy el Triunvirato no lo hace.
—Por ahí... soy abogado de la CGT, no quiero extralimitarme. Hay distintas vertientes, no es tan fácil llegar a un consenso. Hay sectores históricamente inactivos que son mas contemplativos y que, si bien declaran tener un mismo diagnostico hacia el gobierno, no tienen la misma fuerza.
—Massa, Urtubey, Cristina. ¿Qué le gustaría que pase dentro de la oposición para 2019?
—Lo necesario para que se termine este gobierno en contra de los trabajadores y el país. Tiene que haber una unidad.
—¿Tiene un candidato?
—Lo que trabajamos con Hugo, Pablo y Facundo es lograr la mayor unidad posible para enfrentar al Gobierno. La unidad tiene que surgir del peronismo y luego esa es la columna para una unidad mayor.
—¿Por qué la urna de la política no lo acompaña a Hugo?
—No es una situación sencilla. Es muy dinámica la política,
—¿Y usted querría ser diputado? ¿Hacer carrera dentro de lo gremial? ¿Dónde apunta?
—Ahora no me lo planteo, pero no descarto nada.