El vocero presidencial refuerza y replica las formas del Presidente con sus contestaciones burlescas y evasivas. Lejos de estar “de adorno”, parafraseando a Cristina Kirchner, podríamos decir que es uno de los “funcionarios que funcionan” en el Gobierno nacional.
Manuel Adorni |
CEDOC
“Cada mañana, el vocero presidencial Manuel Adorni despliega una interesante estrategia comunicacional, que se concentra en la provocación a los ‘enemigos’ del gobierno, e incluso a los periodistas que forman parte de sus conferencias de prensa, y va en línea con los modos “rebeldes” y disruptivos con los que el presidente Javier Milei irrumpió en el arco político”, indicó Jorge Fontevecchia en la apertura en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del martes 14 de mayo de 2024.
¿Por qué las personas en general aguantamos las decisiones que nos perjudican de los políticos? ¿Cuál es la razón por la que se trabaja cada vez más horas para poder sobrevivir sin rebelarse?Theodor Adorno, filósofo alemán, trató de dar respuesta a estas preguntas con una particularidad.
Adorno estudió el ascenso de Hitler y el capitalismo hiper consumista de posguerra en los Estados Unidos. Es decir, pudo ver la dominación en dos sistemas políticos muy distintos, pero según el filósofo de la escuela de Frankfurt, encontró similitudes en su forma de sometimiento y disciplinamiento social. Por un lado, el ascenso de Hitler, y por otro lado, la consolidación del modelo capitalista norteamericano.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
En un documental, Fernando Savater explica quién fue Theodor Adorno, y en qué momento histórico le tocó pensar y analizar la realidad. Señaló que “los ensayos de Adorno tienen una seducción especial” y “un estilo complejo, nada fácil, y sin embargo es seductor”.
Para Adorno la industria cultural es la respuesta a la pregunta de porque obedecemos y aguantamos mayoritariamente lo que deciden nuestros dirigentes políticos. La industria cultural entendida como los productos culturales y discursivos que le dan sentido a la experiencia de las personas.
Es decir, Adorno entiende que las películas, los libros, pero también lo que decimos los periodistas, y hoy podríamos agregar el contenido de redes sociales, organizan nuestra experiencia y le dan sentido a lo que percibimos de la realidad todos los días.
El cine nos cuenta historias de que, si nos esforzamos y trabajamos duro, al final de la película hay un final feliz. Las canciones, inclusive las de artistas jóvenes, hablan del dinero como el principal valor por el que hay que luchar, y podríamos decir que al periodismo en general le toca la responsabilidad de haber construido la idea de que no había alternativa al ajuste y al sacrificio fiscal.
Estas narrativas, estos discursos, hacen que las personas, por ejemplo, frente a los tarifazos de transporte o la pérdida de poder adquisitivo, se sigan esforzando para salir adelante.
El gobierno de Javier Milei es una gestión que tiene una clara obsesión por lo que llaman “batalla cultural”. Esto, en términos de Adorno, es entendido como un intento por dominar la “industria cultural”.
Y que los discursos que le dan sentido a la experiencia de las personas, sea un discurso libertario, de tolerancia al ajuste y de rechazo a todo lo que se considera “socialismo”, que es básicamente, pensar que el Estado debe jugar algún rol en la economía y la protección de los más vulnerables.
Eso tiene una particularidad en el pensamiento de Adorno, porque al igual que dice que la industria cultural es un medio de dominación, también considera lo contrario.
Adorno dijo que “en la ilusión hay una promesa de libertad con respecto a la ilusión”. Es decir, en “la ilusión”, una película, una nota, una novela o cualquier producto cultural hay una promesa de libertad con respecto a la otra ilusión, y los discursos que hacen que las personas obedezcan y aguanten todo lo que los gobiernos hacen.
De esta manera, Adorno, a los productores culturales, nos ubica como garantes del estatu quo y a la vez como posibles generadores de cambios, porque con los discursos que producimos, construimos la posibilidad de pensar otras alternativas posibles, por ejemplo, al presente ajuste que nos ofrece el gobierno de Milei.
Esto explica el especial ataque que tiene el Gobierno con los artistas, periodistas, actores, profesores universitarios y todo tipo de productores culturales.
A la vez, quien diariamente está encargado de dar esta batalla que también es cultural, es quien motiva el título de la apertura de hoy. Me refiero al vocero presidencial, Manuel Adorni.
Al mismo vocero muchos de sus detractores lo llaman, en broma, Adorno. Si hay algo que demostró en estos seis meses de gobierno es que no está de adorno. Es, como diría Cristina Kirchner, uno de los funcionarios que mejor funcionan del Gobierno nacional, aunque resulte antipático a la cultura progresista, y totalmente alejado del paradigma de alguien que admiramos como José Ignacio López, cuando fue vocero de Raúl Alfonsín, ejerce su tarea con total coherencia.
El papel de Adoni es preponderante en esta pelea por la agenda de la industria cultural. Es interesante como con sus provocaciones y respuestas fuera de todo tipo de protocolo, Adorni busca instalar titulares y la viralización en las redes sociales para redefinir las formas en las que las personas entienden la realidad.
Se podría decir que si Santiago Caputo es el Moisés de la comunicación de La Libertad Avanza, Manuel Adorni es el Aarón, el verdadero comunicador del gobierno.
En un repaso por los grandes hits de las provocaciones de Adorni, empezamos muchos años antes de ser vocero presidencial, cuando en el programa Intratables protagonizó una pelea con Nicolás del Caño, referente del movimiento de izquierda argentino, donde instala el discurso de “Argentina es un defaultador serial que gasta más de lo que tiene”. Y provoca al referente: “de las 200 lucas que ganás, 165 las das para que se hagan piquetes”, entrando en chicanas clásicas del estilo de su discurso.
El ejemplo de un Adorni cuatro años antes de llegar a la vocería de Gobierno. Evidentemente, desde aquella imagen de ese otro Adorni, entonces un polemista, y Nicolás Del Caño le había dicho algo que es cierto, que el endeudamiento del gobierno de Macri se fue en el financiamiento de la fuga de capitales, o sea del pago de la deuda a los que primero habían prestado plata a privados, algo que hasta el propio Macri admitió en parte.
Sin embargo, Adorni logró desviar el tema a las razones por las que se endeuda Argentina desde su constitución como Estado Nación. De esta manera, se instala la idea de que Argentina tiene problemas económicos porque gasta más de lo que recauda, ergo si se hace un ajuste y se gasta menos de lo que se recauda, se terminan los problemas económicos.
Bueno, esa idea tan simple como seductora, se vio en numerosas ocasiones y en distintos países que, como toda idea simple, es insuficiente para explicar la realidad.
Ya como vocero presidencial, Manuel Adorni desempeñó su sarcasmo y discurso “chicanero” desde su función sin ningún escrúpulo de comportarse como debería un vocero presidencial, y aprovechando las conferencias de cada día para dar espacio a su ironía, tal cómo cuando saludó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner con un saludo de cumpleaños muy particular.
“Desearle un feliz cumpleaños a la doctora Cristina Fernández de Kirchner, figura relevante de estos últimos 20 años de esta decadente Argentina, y aprovechamos para decirle que cambie alguno de sus ascensores económicos, ya que ayer alguno de ellos afirmó que el déficit está bien. En esta lógica, cada vez entendemos más por qué estamos como estamos.”
Es poco usual el sarcasmo y la ironía en un vocero presidencial. Felicitar a una persona por el cumpleaños y al momento decir que es parte de “la decadencia argentina”, es disruptivo y a la vez instala la idea de que todos los problemas del país son responsabilidad del kirchnerismo. Una idea bastante útil para todos los problemas económicos que enfrenta el Gobierno de Milei.
Otro ejemplo de su inusual ejercicio de la vocería de la nación, tomó lugar cuando, el 2 de febrero de 2024, el periodista Fabián Waldman le preguntó si existía la libertad de expresión en este gobierno, a raíz de la cantidad de colegas heridos durante la represión en el Congreso. La respuesta de Adorni fue un clásico: “sí, siguiente pregunta”.
Evidentemente, el vocero es un experto provocador.
Hay un término que la generación centennial, es decir quienes nacieron después del 2000, utilizan que es “basado”. Este término alude a quien contesta contundentemente y humillando al adversario en una discusión. Alguien basado, es rápido, conciso, agresivo y un poco humorístico.
Muchos jóvenes libertarios utilizan el “basado” para describir y compartir fragmentos de videos de las respuestas de Adorni a los periodistas.
¿Por qué decimos que Adorni hace provocaciones? El término provocación, desde su uso coloquial, se define como alguien que busca el conflicto, la reacción del otro para que se desate una pelea abierta.
En política, y más en particular en la jerga de la izquierda, los agentes provocadores son aquellos que intentan difundir mentiras sobre las organizaciones o sobre los dirigentes para desmoralizar los movimientos. Provocador es alguien que para mantener el estatu quo recurre a las mentiras, agresiones, calumnias e incitación al conflicto.
Evidentemente el Gobierno entiende que el conflicto le conviene porque permanentemente está buscándolo. Recordemos, también, la conferencia que tuvo lugar el día 8 de marzo, Día de la Mujer, donde, incitando a la provocación, se quitó el Salón de la Mujer de la Casa Rosada.
El vocero, entre varias de sus declaraciones provocadoras y despectivas, afirmó “Que haya un salón de las mujeres tal vez sea discriminador para con los hombres”.
En otro orden de provocaciones, la escenificación de poder sobre la pregunta de los periodistas, hace también a la idea de que no importa tu trabajo, lo que hagas o digas, el Gobierno es quien tiene el poder y puede contestar lo que se le ocurra sin ninguna consecuencia.
De las diversas ocasiones en las que el vocero materializó estas sensaciones, se destacan dos hechos. Cuando el vocero no contestó una pregunta y se excusó en su cansancio, y un momento en el que simplemente se fue de la conferencia.
El primero tomó lugar el 11 de abril del 2024, y luego de afirmar que el tema subsidios era extenso para discutir en la conferencia de prensa, agregó que “es un tema aburrido y estoy con falta de sueño”.
Y el segundo ocurrió el 6 de mayo del 2024, cuando una periodista española le preguntaó acerca de las fuentes que afirman que las mujeres españolas están en riesgo a causa de la inmigración ilegal, a lo que Adorni contestó que no estaba informado por lo que “no quiero contestar algo equivocado”. “¿Por qué no le dejás tus datos al subsecretario de Prensa? Ahora en un rato te contestamos”, agregó, antes de retirarse apresuradamente.
Bueno, también se lo vio bastante nervioso en esta oportunidad al vocero, pero hay que decir que no se pone nervioso nunca, y generalmente responde a todo.
Ahora pasemos a la conferencia de ayer, en la que Adorni se refiere al conflicto diplomático con España. Allí, dijo: "El Gobierno argentino insta a que los funcionarios del Reino de España pidan disculpas" justificando “no entendemos el motivo de su resquemor, el presidente argentino no hizo mención a nadie en particular”.
Sin duda Adorni es un funcionario importante en el gobierno libertario y más aún teniendo en cuenta la importancia que, como decimos, este Gobierno le da a la batalla cultural y la pelea por la hegemonía de la industria y la producción de bienes culturales.
Por momentos, Adorni funciona como un alter ego del Presidente, tanto en su contenido como en en sus formas alejadas de todo protocolo.
Algunos analistas explican el rol de Adorni en la Vocería. Juan Courel, consultor político y presidente de Alaska Comunicación, dice que “Adorni cumple el rol de vocero en su sentido clásico, amortiguando la palabra del presidente, limitando sus intervenciones y evitando que entre con frecuencia a controversias y conflictos” pero destacó que para cumplir ese rol, un portavoz necesita ser capaz de representar lo que el presidente desee instalar en la conversación pública, y agregó: “Más que moderar sus posturas públicas, las reproduce y las amplifica”.
Julieta Waisgold, analista política, explicó que en la historia reciente de nuestro país hubo más voceros políticos oficiando de voceros, que el vocero institucional. “Adorni refuerza, más que explicar o desarrollar, la palabra del presidente en los contenidos y en las formas”, señaló.
Javier Milei explicó las consecuencias de la gira por España, y afirmó que fue una demostración de que él es el máximo exponente de la libertad a nivel mundial “le guste a quien le guste".
También, degradó a los políticos argentinos comparándolos con liliputienses. “Yo estoy en otra liga y eso los irrita porque muestra la insignificancia de los políticos argentos, de lo berreta que son y el poco alcance que tienen”, sentenció. Además, agregó que “les encantaría estar donde estoy yo”.
Aquí hay una confesión del presidente Milei de cuál es su rol. Él no le está hablando al pueblo argentino, él le está hablando al mundo. Una parte de todos los habitantes del mundo, tienen ideas similares a las del Presidente, y esa suma de las minorías en decenas de países, son mucho mayores que el total de la población argentina.
Esa es la audiencia del Presidente. Y nosotros venimos sosteniendo desde hace bastante tiempo que para Javier Milei, la presidencia es una estadía, una etapa, hacia algo mucho más importante que es ser, como él mismo dice, el máximo exponente de la libertad, como él la entiende, a nivel mundial.
Ese es el papel, vocero mundial de las ideas libertarias, mientras que Adorni es el vocero local.
Es inevitable que uno escuche esta intervención con alguna sonrisa, porque lamentablemente detrás de esta suerte de megalomanía presidencial, se encuentran terribles problemas económicos que nos afectan a todos los argentinos.
Sería más gracioso si todo esto no nos estuviera pasando a todos los argentinos y pudiéramos verlo como lo ven los extranjeros, como algo ajeno que permite disfrutar el espectáculo sin tener que pagar los precios de las consecuencias.
Además de estas declaraciones, Javier Milei también afirmó que lo que pasa en España está promovido por el kirchnerismo, afirmando que el Gobierno español confabula con la corriente política en su contra. “Se comieron un tortazo enorme y quedaron mal parados”, aseguró. Y reclamó que “Sánchez, desde que asumí, nunca llamó para felicitarme”.
Calificó de cobarde al actual Presidente y lo acusó de “meterse debajo de las polleras de las mujeres”, afirmando que el español dio la órden de que las distintas funcionarias españolas lo atacaran. “Sanchez buscaba este tipo de provocación para acusarme de misógino”, manifestó Milei.
"Lo que pasa en España está promovido desde el kirchnerismo", sostuvo.
Este tipo de ideas, por más conspiranoicas que resulten, generan sentido. Hay parte de la base social que apoya a Milei realmente cree y está convencida de que sus problemas son generados por el kirchnerismo y la idea de la casta política.
Contra este tipo de discursos que solo perpetúan una sociedad indolente que aguanta todas las privaciones y dificultades que atraviesa, hay que seguir produciendo bienes culturales, periodismo en nuestro caso, sostenido en datos, con buena información y que permitan pensar otras alternativas posibles a los discursos de odios y de las fake news.
Hay decenas de videos y ensayos sobre cómo debe pensarse el rol presidencial, hecho por coachesde voceros presidenciales, donde señalan que “ellos son los principales responsables de cuidar la reputación de su marca”. Con esta ingenua explicación de estos coaches de voceros, podríamos decir que Adorni tiene su propio método donde provoca para no comunicar y comunica provocativamente para que hablemos de él.
Tanto es así que, en la última Feria del Libro, tuvo su propio imitador, un claro síntoma de que Adorni concita la atención.
Más allá de la calidad de la imitación, lo que vemos es que estamos ante un personaje que concita atención, que genera discusiones en torno a su propia figura.
Un tuitero con estilo, tanto que termina con la palabra “fin” sus posteos. Alguien que sabe, como en la canción que dio pie a este comentario, que el “provócame” también puede ser un llamado, una forma de seducción, una manera de estar en el centro de las discusiones.
