CORONAVIRUS
Pandemia de Coronavirus

"Modo delivery": historias, miedos y anécdotas de un servicio esencial de la pandemia

¿Ganan más plata ahora? ¿Por qué se reúnen en grupos? ¿Tienen miedo? Te lo cuentan los empleados de Glovo, Rappi y PedidosYa. Galería de fotos

Delivery en cuarentena-Pablo Cuarterolo 20200506
Delivery en cuarentena | Pablo Cuarterolo

Antes los llamaban motoqueros, pero la palabra quedó antigua para estos empleados de servicios de reparto a domicilio desde que en todas partes del mundo comenzamos a verlos ya no solo en motos, sino en bicicletas e, incluso, en rollers. Hoy, “los chicos y chicas del delivery” son parte de esos servicios esenciales que la pandemia de covid-19 nos hizo necesitar día a día más que en la era a.C,, antes del coronavirusPERFIL, de la mano de su fotógrafo Pablo Cuarterolo, pasó un día con ellos, los trabajadores de las aplicaciones de delivery, hombres y mujeres que en esta emergencia sanitaria salen a diario a trabajar con un poco de miedo, es cierto, pero también con la convicción de que son parte del grupo “favorecido” con las excepciones desde el minuto cero de aquel 20 de marzo en que el presidente Alberto Fernández decretó el aislamiento social obligatorio que hoy va por su tercera fase, la “administrada”.

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Allí están, reunidos, casi en comunidad, en Parque Rivadavia, Plaza Las Heras, Plaza Serrano. Y vos te preguntás por qué se juntan así, como un grupo de amigos distinguidos por sus diferentes colores listos para una previa... Pero la razón es otra y tiene que ver con seguridad y conveniencia.

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Sin dar nombres, todos los empleados de Glovo (amarillo), Rappi (naranja) y PedidosYa (rojo) con los que hablamos coinciden es que esos lugares, como la zona de Alto Palermo, entre otros, son lo que ellos llaman "centros comerciales estratégicos". 

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"Por un lado nos juntamos de todas las empresas en esos lugares por un tema de seguridad. Estando todos juntos en los tiempos muertos es más difícil que nos roben. A muchos nos han robado celulares o la bicicleta, y si nos roban la bici nos cortan las piernas", explica uno de los empelados de Rappi, antes de salir a hacer una entrega.

Su colega de Glovo agrega: "Y además, estar todos en esos centros comerciales nos garantiza trabajo porque hay muchos locales de comida cerca, supermercados, farmacias... Hay variedad de negocios y eso nos garantiza más pedidos".

Delivery en cuarentena-Pablo Cuarterolo 20200506

Trabajar más, ganar más

Según un relevamiento realizado por la consultora Focus Market entre 1.000 consumidores en las grandes ciudades, las aplicaciones más utilizadas en esta cuarentena para pedir sus productos son: Pedidos Ya (40 %), Rappi (15 %), Glovo (10 %), Uber Eats (7 %), entre otras.

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Ahora, la pregunta del millón es: ¿Los empleados de reparto ganan más con la pandemia? Uno imaginaría que sí, pero la respuesta es unánime: como en tantos órdenes de la vida, todo es relativo. El caudal de trabajo aumentó mucho con el #QuedateEnCasa, “pero eso no necesariamente se traduce en mayor caudal de dinero”, nos dicen todos, casi a modo coral.

 

La ecuación es simple: “Estamos ganando un poco más porque estamos trabajando un poco más, pero tampoco es mucha la diferencia. La diferencia en realidad la hacés según el medio de transporte en el que hacés el reparto”, aseguran.

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Es decir, “si tenés moto es posible que ganes más que si tenés bicicleta porque podés hacer más repartos y así, obviamente, ganás más porque podés hacer más rápido los pedidos. Además, con moto te dan pedidos más lejos que se pagan más”. Efectivamente: moto mata bici.

¿Y la seguridad?

Miedo hay, coinciden, pero necesidad mata temor. “Tenemos que trabajar, esa es nuestra prioridad, y sí, obvio que nos preocupa el tema del contagio, pero tomamos los recaudos necesarios”, dicen desde los tres equipos.

Todos, sin excepción, usan tapabocas y guantes, y si bien las empresas les dan los barbijos o el alcohol en gel, otra de sus armas vitales de protección, la gran mayoría admite que los compran ellos.

“En Glovo nos dan los barbijos, pero hay que ir a buscarlos a la oficina central y es lejos, así que lo compré yo”, asegura un joven del grupo amarillo. En tanto, otro del team rojo dice que “en Pedidosya también nos dan el alcohol en gel, pero este lo fui a comprar yo”.

Paranoia

A la hora de las anécdotas, hay dos que ya son “el clásico del delivery en cuarentena”. “Si, la gente está muy perseguida y al momento de recibir el pedido se nota...”, dicen todos.

Muchos de ellos, por ejemplo, nos cuentan que varias veces les dijeron que el pedido lo dejaran en la puerta. “Nosotros tocamos timbre y por el portero te dicen: 'Ya bajo, dejame el pedido en la puerta que yo bajo, lo agarro y en una bolsita te dejo la plata”.

La otra es la que nos cuenta una joven mientras guarda en la conservadora el pedido que tiene que llevar ya a pocas cuadras:

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“No me olvido más, al principio de la cuarentena, y me pasó dos o tres veces, llego a un edificio, toco timbre, era un departamento en primer piso a la calle, y la persona que atendió me dijo que pusiera el pedido en una bolsa, una bolsa que ella me bajó por una cuerda desde el balcón, y en esa misma bolsa me puso la plata y después subió la cuerda con el pedido”, recuerda.

¿Alguna paga más?

La pregunta sobre si alguna de las empresas paga mejor que la otra también tiene una respuesta unánime, al menos en este universo al que retrató Perfil. Y la respuesta es no.

“No es que si trabajás en Rappi, en Glovo, en PedidosYa o en Uber Eats ganás más, sino que cada una tiene un sistema de trabajo distinto y cada uno ve qué le conviene más según su contexto personal. Unas te pagan por hora, otras por día de trabajo y otras por turnos”, coinciden los tres equipos.

Solo por hablar de números, hoy Glovo, por ejemplo, tiene cerca de 8.000 perfiles activos en su aplicación, distribuidos en las 10 ciudades en las que opera.

En el caso de Rappi, aproximadamente son 10.000 las personas que toman al menos un pedido al mes. Según informan las empresas, un repartidor que esté activo durante 10 horas pueden llegar a ganar de 1.000 a 2.000 pesos por jornada.

Pero, claramente, los gastos que tienen los trabajadores son muchos: combustible, monotributo, ingresos brutos, seguro, e incluso algunas apps cobran entre 500 y 600 pesos por utilizar la aplicación.

El nuevo enemigo

Más allá del covid-19, los empleados de aplicaciones de delivery hoy se enfrentan con una nueva competencia, y viene en cuatro ruedas.

“Desde la pandemia hay mucha gente haciendo reparto en auto y eso es porque con las restricciones, Uber ya no puede circular y lo que trabajaban en Uber se empezaron a ofrecer para hacer delivery en auto. Y eso sí es un problema porque nos quita trabajo y la competencia con auto es casi imposible si tenés bicicleta: Sí, auto también mata bici.

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Hoy, el clima está feo, ya se siente la ola polar de la que tanto hablaron los meteorólogos, y los chicos y chicas del delivery van y vienen rogando que no llueva.

"Ese es el gran problema de nuestro trabajo, y no tiene nada que ver con el coronavirus. Es natural y es de siempre; Cuando llueve o hace mucho frío se hace más duro, pero hay que trabajar”, dicen, casi también a coro, los jugadores del rojo, el naranja y el amarillo.

El encuentro termina y así, tras charlar con ellos -parte de un universo cosmopolita y multicultural donde encontramos muchos argentinos pero también jóvenes  colombianos y venezolanos- llega una de las "hora pico" y el almuerzo llama. Estén atentos si suena el timbre: Seguro que es el chico del delivery.

 

M.T.

Fotos: Pablo Cuarterolo